Por Verónica Lazarte, Evelina Naveira y Celeste Mac Dougall / Foto por Nadia Sur
El 10, 11 y 12 de octubre se realizó el 30 Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata, pero la verdadera novedad estaría en que resurgiría el taller N° 50, de Mujeres y Estrategias para la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), realizado por última vez en 2009 en el Encuentro de Tucumán. Algunos de los desafíos debatidos y la articulación en Red.
El colectivo de Docentes por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, conformado por trabajadoras de la educación de diferentes zonas del país y que a la vez integran la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, vimos la necesidad de debatir en Mar del Plata alrededor de un taller específico de Mujeres y Estrategias para la Implementación de la ESI con el objetivo de evaluar en diferentes instancias y regiones su nula, poca o deficiente aplicación.
Durante las dos jornadas del taller, que dada su masividad, se desdobló hasta en 4, se habló sobre la necesidad inminente que a nivel federal se da de garantizar una implementación efectiva, obligatoria y regular de la ESI. Para esto, pensamos en conjunto qué cosas se ponen en juego cuando se aborda, tanto institucionalmente como de forma personal. El derecho, el placer, la construcción de las identidades; cuál es el rol activo o pasivo de los gremios docentes en la exigencia de su implementación en las escuelas; y el cómo acompañar a las docentes perseguidas institucionalmente por intentar aplicarla, fueron nuestros temas de intercambio y debate en la búsqueda de conclusiones y propuestas.
¿Cuáles son las limitaciones para la implementación de la ESI?
En el taller, se abordaron por un lado, los problemas relacionados a la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral por parte del Estado (falta de presupuestos y capacitación, provincias sin ley de ESI o con educación religiosa en escuelas públicas, directivos/as que no se ajustan a cumplir con la normativa, etc.), y por el otro, las cuestiones pedagógico- políticas que hacen a la labor de las trabajadoras de la educación que ya venimos aplicando la ESI, como discusión de los materiales con los que contamos y la falta de capacitación dentro de las carreras docentes y/o de contención en los ámbitos laborales institucionales educativos y sindicales.
Dentro de los déficits más importantes, la ESI no es parte de la currículas dentro de las escuelas sino que termina siendo aplicada gracias a voluntades individuales o como eje transversal para trabajar dentro de horas libres o espacios generados por docentes interesadas, que a la vez, son las que reclaman mayor capacitación y que denuncian que “la institución escuela” propone a determinadas docentes para dar las clases de ESI que adhieren a corrientes fundamentalistas religiosas, o con enfoques biologicistas o biomédicos, repitiendo de esta forma los patrones que se le critican a la Educación Sexual tradicional.
Eran muchas las que nos encontrábamos en las palabras de otras mujeres cuando expresaban “a mí en la escuela donde trabajo me pasa esto”, o “en mi escuela soy la loca que habla de sexo”, o “cada vez que hay una problemática vinculada con alguna temática de la ESI me dicen en la escuela, ¿podes ocuparte vos?”. A casi 10 años de sancionada, la ley 26.150 que establece Educación Sexual Integral como un derecho de todxs lxs estudiantes, desde el nivel inicial al superior (cual no se extiende ni contempla al nivel universitario), encontramos trabas o limitaciones en su implementación.
Obstáculos institucionales que muchas veces ponen en peligro la fuente laboral de lxs docentes con sumarios, amedrentamientos y persecuciones, como así también los materiales para trabajar la Educación Sexual en las escuelas se encuentran desactualizados o incompletos. También se formuló la necesidad de reconocer el derecho a la Educación Sexual Integral dentro de los espacios de educación no formal (bachilleratos populares) de nuestro país. Ver la ESI no solo como un derecho para niñxs y adolescentes, sino también para lxs docentes fue otro de los ejes planteados.
A la vez, también acordamos en caracterizar el rol deficitario de los gremios docentes –tanto desde los oficialistas como los combativos-, en relación a que no tomaban como tema principal en sus reivindicaciones o demandas el tema de la Educación Sexual Integral, instando a que incluyan el pedido de mayor presupuesto.
En ESI la gran mayoría somos mujeres, también las sumariadas
La gran mayoría de las que trabajamos ESI en las escuelas del país somos mujeres. Hay una especificidad que nos atraviesa, ya que somos las que nos preocupamos por estos temas, las que queremos hablar de violencias en las aulas, las que queremos hablar de aborto, las que hablamos de relaciones de géneros equitativas; somos las mujeres las que no queremos construir personas sumisas y complacientes y las que activamos en cumplimentar estos derechos.
Durante el taller nos enteramos de las situaciones de las provincias y de la existencia de compañeras sumariadas por abordar contenidos que son obligatorios. Y es por eso que armamos una articulación en Red que nos sirve no sólo para compartir materiales, experiencias, prácticas y cuadernillos, sino también para responder conjunta y rápidamente, de manera colectiva ante estos casos de sumarios a docentes.
En relación a la experiencia de conformarnos en Red, el debate surgió en relación a que, si bien las docentes que integramos el colectivo somos las que tenemos el conocimiento para abordar la ESI, desde el llano, y que de hecho lo hacemos, es el Estado el que debe cumplir con la obligación de presupuesto, personal capacitado y materiales adecuados. Un ejemplo de esta estrategia de acción es la publicación del cuadernillo “Docentes por el derecho al Aborto” que tiene el objetivo de interpelar y exigir a que el Estado de haga cargo de una necesidad que no está cumpliendo: el trabajar en Red, de forma horizontal y difusión de materiales. Y por eso nos estamos organizando.
Las propuestas de construcción colectiva- educativa
Las propuestas que surgieron durante las tres instancias del taller, y que seguramente se llevarán adelante durante todo el año y hasta el ENM de Rosario, giraron alrededor de la exigencia hacia el Estado en implementar la ESI dentro de las currículas, dentro del horario de clases, no dentro de espacios optativos u opcionales; en capacitar a toda la comunidad educativa, auxiliares y personal docente y no docente; y extendiéndose la ESI a todas las instituciones que pueden llegar a trabajar relacionadas con el ámbito educativo, fuerzas de seguridad, abogadxs, etc.
Que el año que viene el taller sea autónomo, mujeres y estrategias para la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), y no dentro de mujeres y educación porque nos parece un eje fundamental como trabajo dentro de las instituciones si queremos alcanzar una sociedad y una educación libres de violencias. Si no educamos en ESI a toda la población, estamos empezando de atrás para adelante y reproduciendo el heteropatriarcado que queremos desterrar.