Por Andrea Sosa Alfonzo. El conductor del tren Sarmiento que colisionó en la Estación Once, Julio Benitez, se presentó a declarar este lunes ante el juez Ariel Lijo, a cargo de la causa. Ser o no ser motorman y las maniobras electorales.
Las suspicacias de los medios de comunicación y de los referentes más significativos de la escena política estuvieron a la orden del día previo a la presentación del conductor de la formación chapa 05 de la línea Sarmiento, Julio Benitez, en los tribunales del magistrado Ariel Lijo, Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal 4, quien dispuso su detención y atención médica por el equipo forense.
La clínica Dupuytren tuvo hasta horas del mediodía del lunes alojado al conductor, Julio Benitez, quien a causa del accidente sufrió politraumatismos varios y fractura del tabique nasal. Fue fuertemente custodiado por Policía Federal hasta los tribunales para que el magistrado que está a cargo de la investigación del choque de la formación, Ariel Lijo, indagara al motorman.
Entre angustia y premonición. La defensora legal de Benitez, Valeria Corbacho dijo que sólo recordaba “flashes del accidente” luego de que el motorman quedara detenido por “estrago doloso” a comprobarse una vez que el juez acceda a las imágenes de la cabina. Esta pena prevé hasta diez años de prisión “por imprudencia o negligencia”.
Benitez declaró que había sufrido momentos de ahogo durante el trayecto hacia Once y sostuvo que tiene un recuerdo borroso y no recuerda “haber extraído e disco” rigido de la cámara de la cabina. Además mencionó que “muchas veces tengo las herramientas encima” por si “tenemos que hacer alguna reparación”. La abogada defensora, que pertenece al departamento legal de La Fraternidad, confirmó la información proveniente del blog del maquinista donde se detallaba que en un sueño tenía una colisión “similar a la que luego ocurrió. Le llamó la atención el sueño recurrente “y se lo mencionó a una psicóloga de la ART”.
Las versiones sobre las imágenes de la nueva tragedia del Sarmiento del sábado pasado, cuando dicha formación impactó contra los paragolpes del andén 2 de la estación Once ocasionando más de 100 heridos, arrojó versiones que hasta ahora no son comprobables.
Las especulaciones acerca de un boicot por parte del kirchnerismo a días de las elecciones en la Ciudad se enfrentaron a las denuncias acerca de las causas estructurales y desinversión en el transporte público desde la oposición. La figura del motorman y la direccionalidad de la responsabilidad individualizada rápidamente tomó tenor en los principales referentes del oficialismo y de los medios de comunicación.
Del boicot a la criminalización de los trabajadores
El clima apresurado y de primereo enrareció el día con diversas declaraciones. Por esas horas, el secretario de Seguridad de la Nacion, Sergio Berni, denunció a Benitez y le exigió explicaciones respecto a “por qué no estaba el disco rígido en el lugar que tenía que estar” pero sí en cambio “en su mochila”. Y acusó a La Fraternidad de boicotear la seguridad, asegurando además que en época de elecciones “siempre pasan cosas que dejan dudas”.
El delegado de la línea Sarmiento, Ruben “el Pollo” Sobrero, declaró que es “poco creíble que haya sacado la caja” refiriéndose al motorman y en cambio devolvió la gentileza acusando a los militantes de La Cámpora quienes llegaron con el secretario de Seguridad al lugar del accidente e ingresaron a la cabina, insinuando que la teoría de los discos rígidos en la mochila fue una “prueba plantada”.
“El sistema de cámaras está hecho para que no pueda ser saboteado. Acá se discute otra cosa, cómo tapar 20 años de afano. El gobierno eligió echarle la culpa a los trabajadores”, replicó Sobrero.
Por su parte, Paolo Menghini familiar de una de las víctimas de la Tragedia de Once, declaró que “es poco serio que un secretario de Seguridad se haga eco de lo que un dirigente de una organización social –refiriéndose a las declaraciones de D´Élia- cuando tira como teoría un sabotaje sin ningún elemento para decir tal cosa”.
Y agregó que la preocupación debe residir en las condiciones del transporte público y de la responsabilidad del Estado y quienes gobiernan. “¿Qué hizo De Vido durante 10 años de gobierno? Dejaron a los Cirigliano hacer lo que quisieron, incluso acabar con la vida de nuestros seres queridos”, denunció. “El motorman debe dar respuesta, claro que sí, pero para arriba hay muchos que deben dar respuestas”, agregó.
Hay “una visión de que la historia empieza donde quieren ellos” señaló Menghini haciendo referencia a las declaraciones del vicepresidente Amado Boudou cuando mencionó que “el camino sigue siendo el de la inversión”.
Mientras que el gobierno nacional exige la rendición de cuentas por obras a las empresas operadoras de la línea Mitre y Sarmiento, Metrovías y Ferrovías (que integran la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento, UGOMS) al mismo tiempo se gastaron 2400 millones de dólares en contratación directa a una empresa china para proveerse de nuevos vagones. Las estaciones se pintaron, apareció nueva señalética electrónica y un sinfín de “mejoras”. Este martes, familiares de víctimas de la Tragedia de Once del 22 de febrero de 2012, se reunirán una vez más en el hall de la estación para exigir justicia.