Entre el 26 de julio y el 1 de agosto se realizó la Semana Continental de las Semillas Nativas y Criollas. Dialogamos con integrantes del Movimiento de Semillas Campesinas de Misiones.
Por Vivian Palmbaum
Cada 26 de julio es el inicio de la siembra y “la época de la multiplicación de la vida”. La semana llega hasta el día de la Pachamama, el primero de agosto, en que se rinde homenaje a nuestra Madre Tierra. Una tradición muy arraigada en los pueblos indígenas que le rinden un necesario reconocimiento a la tierra, porque entienden que sin ella no hay vida. Así fue que surgió la iniciativa desde el Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe (MAELA) para llevar adelante la Semana Continental de las Semillas Nativas y Criollas, de gran importancia para los pueblos indígenas.
Marcha dialogó con Gerardo Segovia, del Movimiento de Semillas Campesinas de Misiones, que nuclea a diversas organizaciones del campo y la ciudad cuyo objetivo es la defensa de las semillas nativas y criollas, de la biodiversidad y de los bienes comunes.
Gerardo Segovia contó que “éste es el vigésimo tercer año que se realiza la caminata, es un momento muy especial del ciclo de la naturaleza. Frente a la propuesta quedate en casa, aíslate, confínate, nosotros desde Misiones, todo el colectivo, propusimos hacer lo que siempre hacen las semillas: viajar”. Además, contó que “este año una propuesta novedosa fue el viaje, la canasta viajera con semillas de todos los guardianes y guardianas de la provincia de Misiones. La propuesta fue unir Iguazú-Posadas por la Ruta 12, pasando por cada una de las localidades. También otra propuesta fue salir desde El Soberbio el día 25 hasta llegar a Iguazú el primero de agosto, todo por la Ruta 14, siguiendo los departamentos de Guraní, San Pedro, Gral. Manuel Belgrano”.
Hacia un cambio de paradigma
El domingo en Iguazú se realizó el ritual de inicio: “esto fue realmente muy emocionante,” — contó Segovia— “ver que aun con el aislamiento se realizó el ritual del intercambio de semillas de mano de guardianas y guardianes”. Explicó que “compartimos la semilla de un guardián que trae la historia de 12 mil años de relaciones, de adaptaciones al clima, de sabiduría, de vínculos con el cosmos. Lo que se comparte es una lógica diferente, tanto educativa como económica y política, por eso nos parece muy importante reflexionar sobre este momento. Nosotros decimos que esta semana es la más anticapitalista que hay porque los agricultores proponen otra lógica, otro paradigma donde están la semilla y la vida como centro y no la mercancía”.
Gerardo explicó que “desde el 26 de julio, día de las semillas, hasta el 1 de agosto, día de la Pachamama, las semillas se intercambian entre las manos campesinas para realizar ese diálogo entre las semillas y la tierra para poder sembrar. El intercambio de semillas es la fiesta más importante de los campesinos y agricultoras”.
Desde el 2015 se viene trabajando en todo el continente la semana continental de las semillas nativas y criollas. Segovia relató que “en la provincia de Misiones organizamos ‘Semillas viajeras polinizando soberanía’ con el Movimiento por las Semillas Campesinas de Misiones y el Foro Agrario Misionero, entre muchas otras organizaciones”.
Desde el colectivo impulsan que se declare la semana municipal y provincial de las semillas criollas y nativas y que los legisladores nacionales y provinciales puedan lograr que se declare también a nivel nacional. “La centralidad de la soberanía alimentaria está en la disputa por la semilla. Nosotros creemos que tiene que quedar en manos de campesinos y campesinas, huerteros urbanos, los que tienen la semilla en las terrazas, en los patios, la autoproducción de semillas y no que la semilla sea controlada, patentada y comercializada como una mercancía por las transnacionales, las corporaciones, los Monsanto, los Bayer y los Singenta. Semillas libres para pueblos libres”.
MAELA – Movimiento Agroecológico de América Latina y El Caribe
En ocasión de la Semana Continental de las Semillas, el MAELA publicó una Declaración que pone énfasis en el modelo productivo. “En esta Semana Continental de las Semillas, desde el MAELA queremos advertir sobre los procesos que ya comentamos: el acaparamiento de bienes naturales por parte de grandes empresas, la expansión de cultivos transgénicos, las leyes de semillas que restringen el uso propio y ponen en peligro la conservación de las semillas nativas y criollas. Asimismo, vemos con preocupación la desvalorización por parte de algunos gobiernos y sectores de la sociedad, del rol de las familias rurales como proveedoras de alimentos de calidad a los pueblos y ciudades”.
Destacan que desde hace tiempo, “junto a varias organizaciones veníamos denunciando que la aplicación de sistemas agroalimentarios industriales que acaparan tierra, arrasan los montes, contaminan el ambiente y destruyen la biodiversidad, vienen creando las condiciones para que nuevos virus y enfermedades emerjan y se propaguen. Estos sistemas extractivos han provocado cambios drásticos que impactaron, impactan y lo seguirán haciendo en el futuro, sobre los territorios, si no revertimos nuestra forma de ser, habitar y cuidar la ‘casa común’, la madre tierra”.
Entre otras cosas, insisten en que “desde nuestras comunidades y organizaciones trabajemos juntos en nuestros territorios para la construcción de políticas públicas para que nuestras semillas nativas y criollas sigan alimentando la vida en libertad y soberanía”.