Por Leandro Segado
En el día de ayer, 20 de mayo, se realizó en el monumento al General Simón Bolívar, ubicado en el Parque Rivadavia, el Segundo Acampe Antiimperialista, con la presencia de distintas organizaciones del campo popular.
El escenario se compuso por el despliegue de carpas y gacebos, acompañados de las diferentes banderas de cada una de las organizaciones que participaron en la medida de lucha. Las consignas que motivaron este segundo acampe antiimperialista fueron la restitución de las Islas Malvinas por parte de los ingleses a la Argentina, que el Imperialismo yanqui deje de entrometerse en los asuntos domésticos de los países de América Latina y el Caribe –sobre todo en Venezuela–, el apoyo al reclamo de una salida al mar para Bolivia (negada actualmente por el gobierno chileno de Bachellet), por el retiro de las bases militares yanquis en Colombia y en América Latina entre los reclamos principales. A partir de las 14 hs se fueron instalando las diversas carpas, armando y decorando lo que sería después el escenario: a los pies del caballo en el que se erige el Libertador Simón Bolívar. Cada organización convocante tuvo su lugar en el micrófono garantizando la circulación de la palabra y las miradas que cada grupo tenía para aportar. Entre intervención e intervención música latinoamericana, alegre y combativa, ambientaba la escena. Esto sirvió para atraer a más gente que transitaba por el parque o por la feria del libro. Entre las organizaciones presentes se encontraban Resumen Latinoamericano, Frente Popular Darío Santillán, Congreso de los Pueblos (Colombia), Marcha Patriótica (Colombia), Quebracho, Los Pibes y La Simón Bolívar.
El imperialismo en América Latina
Estados Unidos si bien entró en una nueva ronda de negociaciones con Cuba, mantiene su política criminal de bloqueo económico, comercial y financiero hacia la Isla. En Venezuela ha intentado realizar, con sus aliados “escuálidos”, un golpe de Estado (que fracasó por la fortaleza de su pueblo y su gobierno) y luego su presidente Obama declaró que Venezuela representa una amenaza a la seguridad nacional de ese país. En Colombia, en medio de un proceso de negociaciones por la paz que no incluye al ELN, que no es discutido desde los territorios y desde la totalidad de organizaciones sociales y que no genera condiciones para que sea paz completa (es decir, una paz que no allane el camino para que luego se consolide un capitalismo pacífico que generará desigualdades y violencia), permanecen las siete bases militares del imperialismo yanqui. En Paraguay, el Estado de Israel (que está cometiendo un genocidio sobre el pueblo palestino), entrenará fuerzas de seguridad. En Argentina, las Islas Malvinas continúan ocupadas por Inglaterra, vestigio de la política colonial que históricamente llevó a cabo.
La resistencia
Sin embargo, no todo es avance de las fuerzas imperialistas. Numerosos pueblos están en pie de lucha. Entre las más relevantes podemos nombrar que en México, los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos, están haciendo una gira sudamericana para acumular fuerza y exigir justicia y la renuncia del presidente Peña Nieto; Cuba sigue manteniendo su heroica lucha; el pueblo venezolano sigue dando muestras de que el proceso iniciado con Chávez generó cambios estructurales y que no se pueden eliminar con decretos; en Chile las movilizaciones estudiantiles (que dejaron recientemente un saldo de dos estudiantes asesinados por un fascista) crecen y mueven el tablero de la política; en Guatemala las movilizaciones piden por la renuncia presidencial también. En Argentina, con esta actividad, se aporta un granito de arena para dar una lucha que intente aglutinar un conjunto de procesos de resistencia que se dan a lo largo y ancho del continente.
Sobre el final del acto hicieron uso del micrófono Norma Moreno, la embajadora de Nicaragua, quien repudió “las políticas injerencistas, arbitrarias y perversas del imperialismo nortemaricano”, recordó a las mujeres caídas en las luchas por la independencia de las naciones latinoamericanas y las de las luchas actuales, llamó a concientizarnos y realizar una “identidad regional” y citando al Che nos interpeló a “sentir como propia cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo”. Recordó el 120 aniversario del nacimiento del General revolucionario nicaragüense Augusto César Sandino y sus ideas. Cerró el acto Carlos Martinez Mendoza, el embajador de Venezuela que caracterizó como determinante la solidaridad popular de América Latina y el mundo para que Estados Unidos no siga avanzando sobre el proceso de Venezuela. También, recordó que el 19 de mayo se celebró un nuevo aniversario de la muerte de José Martí, y el día 20 del mismo mes, un nuevo aniversario de la primera constitución de la revolución independentista de América Latina: la de Haití. Hizo un llamado a la unidad de los movimientos sociales y políticos como llave para frenar los ataques imperialistas. También indicó que la responsabilidad en cambiar la sociedad, a través del poder popular, no es sólo de los gobiernos sino también de los movimientos sociales. Expresó sus deseos de la creación de una ciudadanía latinoamericana y caribeña para la unidad de la región, la necesidad de gobiernos populares que solucionaría problemas materiales de toda la región. Indicó que los problemas principales a destrabarse son la paz de Colombia y la colonización de las islas Malvinas por parte de Inglaterra.
Para terminar, una frase de Sandino que fue nombrada por Norma y que identifica a las luchas de resistencia ante el imperialismo: “nuestra causa triunfará porque es la causa de la justicia, porque es la causa del amor”