Nos definimos desde lo colectivo. Por eso, ante el 34 Encuentro en La Plata, un panorama político, el recorrido reciente que hicimos como comunicadoras y algunas razones de porqué nos encontramos y porqué, un año más, estaremos ahí, en año electoral y en territorio querandí.
Por Camila Parodi y Laura Salomé Canteros / Foto: Dagna Faidutti
Del 12 al 14 de octubre en la ciudad de La Plata, se llevará adelante el 34 Encuentro (Pluri)Nacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries. En año electoral y en territorio querandí será, una cita más en la que nuestros debates, desafíos e interrogantes -colectivos e individuales pero multiplicados por miles- se harán presentes en uno de los hechos sociales y políticos más importantes del movimiento global de liberación feminista.
Es que estos últimos cuatro años, al menos desde el cono sur, se delineó un feminismo que se sintió incómodo con el corset de la “agenda de las mujeres” y que en todos los espacios de la arena pública empezó a exigir que sus propuestas -muchas surgidas en Encuentros-, estuvieran en el primer plano de las políticas, aun a pesar del intento de cooptación de sus demandas que ejerció la derecha. Y así lo demostró cuando se enfrentó al proyecto neoliberal del gobierno de Mauricio Macri organizando el “Paro de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans” en 2015 y a la militarización impuesta por los gobiernos de los llamados “países más poderosos del mundo”, organizando el “Foro Feminista contra el G20” en 2018.
En los últimos cuatro años, período en que la Argentina entró en crisis por seguir un modelo de especulación financiera, el feminismo organizado nunca abandonó las calles y se manifestó -levantando bandera coyunturales pero también históricas- contra los femicidios y las violencias machistas, por el aborto legal, la soberanía alimentaria y contra el extractivismo neoliberal que arrasa los territorios. Participando además de las masivas manifestaciones por la aparición con vida de un ícono de la época: Santiago Maldonado. Construyendo la verdadera resistencia al fascismo en América Latina y el Caribe mientras dentro de las dirigencias de organizaciones sociales, sindicatos y partidos populares, se conservaban o tejían nuevas alianzas con el conservadurismo eclesiástico católico y evangélico que en toda la región amenaza con destruir el acceso a derechos conquistados.
Somos Encuentro, estamos haciendo historia
Si bien la historia de los Encuentros se remonta 34 años atrás, son las distintas historias mínimas las que tejen su recorrido. Por ejemplo, la nuestra, la que compartimos como colectivo organizado en la comunicación y que comienza hace 5 años en el Encuentro de Salta en 2014. Un año antes, en San Juan, cientas de miles marchamos contra la Barrick Gold acompañando a sus habitantes que sostenían su resistencia contra la megaminería. Allí la Mesa Latinoamericana de Feministas comenzó a ser para nosotras una instancia para conocer y difundir la situación de las compañeras de otros territorios y ampliar el marco de estrategias y complicidades feministas ¡porque libres y sin fronteras nos queremos!
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Al año siguiente fue el turno de Mar del Plata, en una provincia de Buenos Aires gobernada por Daniel Scioli. Su ubicación permitió que muchas más se acercaran y protagonizáramos una de las marchas más largas y que recorrió el centro de una ciudad turística. Por primera vez, el operativo de las fuerzas represivas fue feroz y se hizo visible llegando a su punto más hostil cuando agredió el final de la marcha y en complicidad con un grupo neonazi, “la catedral se convirtió en comisaría”, iniciando una lógica -que se intensificó- durante el gobierno de Cambiemos: la de “cacería” en los espacios masivos para propiciar la dispersión del movimiento e introducir el miedo para frenar la participación de otras.
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El primer “Ni Una Menos” y las marchas multitudinarias del decir un “basta” colectivo nos impulsaron a un 31 Encuentro, en Rosario, que fue bisagra hasta ese momento y que nos mostraba una certeza: sólo podíamos seguir creciendo. Sabíamos que los procesos de transición tienen su tiempo pero aceptamos colectivamente ese desafío que en menos de dos años sería masivo. Con la propuesta de seguir compartiendo nuestra mirada popular de los Encuentros compartimos un taller con las compañeras del Barrio de Moreno y con otras periodistas feministas para reflexionar sobre cómo era la imagen que las corporaciones mediáticas realizaban sobre nosotras y cuáles eran las alternativas para conspirar juntas.
El 32 Encuentro nos encontró al noroeste del país, en Chaco, con una historia repetida de violencias sin reparos institucionales necesitaba del apoyo de las compañeras. Conocimos a Miriam Miranda, de Honduras, quien aprovechó la instancia de Encuentro para denunciar la situación que atraviesan las Defensoras de los territorios en Centroamérica y en esa oportunidad, vimos cómo las decisiones electorales modifican nuestros objetivos, como el gobierno de Peppo en Resistencia necesitaba mostrarse amigable, recibiría a las mujeres con los brazos abiertos -forma contraria a su maltrato cotidiano con sus ciudadanas- de forma que no hubo represión institucional de su parte. Sin embargo, al finalizar capturamos un momento de violencia de parte de “ciudadanos” hacia las compañeras que se organizaban para volver. Pudimos comprobar que partidos de oposición controlaban listas de presentes para incitar al caos. También al finalizar ese Encuentro, nos llegaría la noticia durante el viaje que aparecía el cuerpo de Santiago Maldonado tras meses de desconcierto luego de una feroz represión en defensa de territorio mapuche.
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Chaco: el Encuentro de las resistencias
La conocida violencia de la Gendarmería en los territorios mapuches y el asesinato de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel se transforman en el 33 Encuentro en Trelew, un apoyo y acompañamiento a las hermanas originarias que hasta el momento no habíamos visto. Los debates por la autodeterminación de los pueblos, la construcción de autonomías y la necesidad de reflexiones anti coloniales habilitaron una propuesta que este año es central: “Somos plurinacionales”. Es que debatir las naciones y la violencia de las fronteras es abolir una de las imposiciones más viejas del heteropatriarcado. Una forma de seguir avanzando.
El 34 Encuentro. Desde dónde lo contamos
Desde 2011 formamos parte de un Colectivo Editorial que debate dentro del periodismo popular aportando una mirada feminista y dentro del periodismo feminista aportando una mirada popular. Hacemos comunicación contra la desinformación poniendo en la escena voces colectivas, representando la forma creativa en que nos organizamos; muchas veces sin recursos materiales, no pocas veces engañando la creciente feminización de la pobreza.
Cubrimos como equipo: Salta 2014, Mar del Plata 2015, Rosario 2016, Chaco 2017 y Trelew 2018 y las multitudinarias manifestaciones “Ni Una Menos” -en junio de 2015, 2016, 2017 y 2018- y Paro Internacional de Mujeres -octubre 2016, marzo 2017 y 2018-. También estuvimos en la vigilia y cobertura del debate de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo -Martes Verdes, 13 y 14 de Junio de 2018 y 8 de Agosto de 2018-. Ante cada uno de estos sucesos, decidimos dejar de lado el factor masivo y la pretensión de espontaneidad para dar lugar, en formato de notas, entrevistas, análisis y opinión, a la voz de quienes construyen cada día dentro de organizaciones de mujeres, disidencias y del feminismo popular organizado, las herramientas para una vida libre de violencias y llena de libertades.
Somos cronistas de una época y con una foto o narración brindamos una mirada sin estereotipos -sin fronteras- de las históricas y las luchadoras. Contamos una era única en la que las compañeras con las que crecimos políticamente son protagonistas. Somos parte de una generación que dice “ya no nos callamos más” y por eso, construimos relatos de liberaciones. Resistimos la lógica comercial de los medios que proponen una perspectiva de género para sostener cautiva una audiencia que pretenden pasiva. Lo hacemos de la mano del periodismo popular y feminista. El que, al igual que nosotras, está destinado a vencer.