Por Mauricio Polchi – @MauriElbueno
El viernes 5 de agosto la CGT emitió un comunicado titulado “De mal en peor” y reclamó reabrir las paritarias salariales para afrontar el proceso inflacionario. Al día siguiente, el Ministro Triaca descartó el pedido de los gremialistas. El domingo 7, día de San Cayetano, cuando miles de personas marcharon desde Liniers a Plaza de Mayo, el funcionario le pidió a Dios que cuide los empleos de los argentinos. Bajo su gestión, en solo 8 meses, hubo 160 mil despidos.
A las 9 y 48 de la mañana del domingo 7 de agosto, día de San Cayetano, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, lanzó un insólito mensaje por las redes sociales. Y encima, lo hizo mientras miles de trabajadores y trabajadoras de la economía informal, desocupados y desocupadas, ya avanzaban sobre Avenida Rivadavia para recorrer la Capital Federal desde el barrio de Liniers hasta Plaza de Mayo y reclamar por “Paz, Pan, y Trabajo” y las “Tres T” del papa Francisco: “Tierra, Techo y Trabajo”.
El Ministro Triaca tiene en su haber 160.000 despidos en todo el país entre el sector público y privado. En ese contexto, y en un exceso de fe cristiana por San Cayetano, el funcionario soltó un mensaje desmedido por twitter y pidió que “Dios nos acompañe cuidando el trabajo”. Evidentemente, mientras espera que lleguen las inversiones que supuestamente reactivarán la actividad laboral, el funcionario clama por soluciones desde el más allá y se encomia al Todopoderoso para que resuelva los graves problemas sociales que él mismo genera.
La exposición discursiva de Triaca ya se había iniciado un rato antes de la misa dominical, cuando aprovechó la tapa del diario La Nación para ventilar que el macrismo “no renovará el pacto antidespidos con los empresarios”. El mensaje, un guiño de clase para el sector financiero, descarta un segundo capítulo del fallido acuerdo que presentó Mauricio Macri para oponerse a la ley que el Congreso sancionó, y luego el propio presidente vetó. La iniciativa oficial, “con varias firmas que lo suscribieron igual cesantearon”, tiene un plazo de vigencia de 90 días y vence esta semana. Si se aplica el lenguaje policial, con este reacomodamiento, las patronales tendrán la zona liberada.
“No hay motivos para reabrir las paritarias”, agregó Jorge Triaca y desestimó el pedido de la ambivalente CGT, que este último viernes emitió un duro comunicado titulado “De mal en peor”. La central obrera, mientras ensaya una postura opositora sin medidas de acción, transita un proceso unificación interna y no logra gravitar más allá de la pirotecnia verbal.
Sin embargo, la respuesta popular a las medidas de ajuste estuvo en la denominada “Caravana de la Dignidad”, en coincidencia con la festividad católica del santo patrono de la Providencia. Mientras caía el amanecer, se daba la concentración en los alrededores de la iglesia de San Cayetano ubicada en el barrio de Liniers. Con el cielo bien celeste, todos y todas marcharon a plaza de Mayo tras caminar más de diez kilómetros. A la movilización, originalmente convocada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), junto a Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa (CCC), se sumaron en los últimos días dirigentes sindicales y políticos opositores con críticas al gobierno de Mauricio Macri.
El acto fue cerrado por tres oradores, Esteban Castro, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular; Amancay Aradura, de la Corriente Clasista y Daniel Menéndez, de Barrios de Pie. Los tres lanzaron fuertes críticas al gobierno.
En sus exposiciones, reclamaron “un salario universal complementario” y la declaración de la “emergencia social”. Los organizadores explicaron que con esta movilización buscaban “la unidad de todos los trabajadores” para darle difusión a una “agenda de los más pobres” para construir “una sociedad más igualitaria, sin esclavos, ni excluidos”.