Por Noelia Leiva. Colectivos de militancia territorial y de la comunidad trans reclamaron ser parte del flamante organismo provincial. Es urgente: en lo que va de 2015 ya se conocieron tres femicidios.
Verónica Ruiz, Claudia Edith Palma, Marcela Mamaní, Marta Subelza, Cassandre Bouvier y Houria Moumni son sólo algunos de los nombres que sintetizan que en Salta el patriarcado mata. En una de las provincias con más femicidios, se promulgó la Ley 7863 por la cual se pone en funcionamiento el Observatorio Provincial de Violencia hacia las Mujeres. Representantes del movimiento feminista señalaron como necesaria la creación del organismo destinado al “monitoreo, recolección, producción, registro y sistematización de datos e información” sobre este flagelo pero denunciaron un “doble discurso” sobre la problemática de cara de la conducción política. Quieren participar.
El ente, que es autárquico y autónomo, tendrá el objetivo de recolectar información sobre cómo la violencia machista deja su marca en las salteñas para elaborar un informe anual, y celebrar convenios que puedan generar propuestas para detener ese daño. Con su inauguración, se modificó el artículo 96 de la Ley de Educación de la provincia, debido a lo cual habrá contenidos dedicados a las distintas formas de maltrato por razones de género en la currícula escolar. Su mesa directiva estará conformada por una persona elegida por el Poder Judicial, una por el Ejecutivo, dos por el Legislativo y sólo una proveniente del campo de la militancia, aunque con la obligatoriedad de acreditar laureles académicos en la materia.
“Existe un observatorio pero ¿para qué? Soy pesimista en la medida en que no hay objetividad en su estructura de diseño de estrategias”, denunció Irene Cari, que desde el Foro de Mujeres por la Igualdad de Oportunidades fue integrante de la Comisión Organizadora del 29º Encuentro Nacional de las Mujeres (ENM) realizado en Salta en 2014. “Hay un discurso de doble cara. Por una parte existe un discurso político que impide dimensionar la problemática de la violencia de género en todas sus expresiones y, por otra, cuando dicen que la elección de las integrantes será ‘por concurso’ en realidad no creemos que habrá cambios, porque muchos colectivos no fuimos convocados”, planteó la militante.
Para Cari, hay un antecedente, que es que el Plan de Emergencia contra la Violencia de Género –publicitado con bombos y platillos en las calles de la capital salteña durante el ENM- “aún no articuló ninguna acción positiva para prevenir y asistir a las víctimas”. No obstante, hay un enfoque saludable desde el que se define el Observatorio, que es el de entender que este tipo de heridas sociales se debe contemplar en el marco de la lucha por la defensa de los derechos humanos.
El órgano fue aprobado en diciembre de 2014 y hace poco más de 15 días que entró en vigencia, por lo que aún no se conoce públicamente a sus integrantes. Además de los cinco directivos o directivas, prevé un equipo interdisciplinario que aborde la problemática desde distintas aristas. Deberán llevar a la práctica el eje de la discusión durante el tratamiento legislativo de la norma: la impugnación de la “naturalización” del sometimiento machista.
Mientras, en la calle “las mujeres siguen en total desconocimiento de los espacios rectores de sus derechos. Cuentan sus peripecias en los pasillos de los tribunales y que los abogados muchas veces no responden a lo que ellas desean para su autonomía, las llevan a las tortuosas mediaciones” con su agresor, denunció Cari. En los casi cuarenta días que lleva el 2015 se registraron tres femicidios.
Las mujeres trans también quieren participar
Desde la Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina (Attta) reclamaron su participación en el Observatorio. Una de las muertes en manos de varones que se registró en lo que va del año fue la de Jimena Álvarez, una chica trans que, según la versión más difundida en la prensa local, se había “caído” al canal de la Esteco, donde fue encontrada. Sin embargo, la autopsia indicó que sufrió múltiples golpes antes de fallecer.
“Creo que debemos ser parte, lo ocurrido con Jimena lo demuestra. El que atravesamos es un problema social y cultural”, indicó para Marcha Mary Robles, referente salteña de Attta. Si bien su provincia adhirió a la Ley Nacional de Identidad de Género, “todavía es nueva y no está asumida en la vida cotidiana” por lo que “depende” del colectivo lograr “el fortalecimiento social e institucional” del paradigma de la equidad.