Por Camila Parodi
Con su origen en los movimientos de desocupados y desocupadas, las mujeres organizadas en la Asamblea de la Federación de Organizaciones de Base (FOB) desde hace más de diez años que ponen su cuerpo en la lucha por el cambio social. Ante la próxima convocatoria ´Ni una menos´, Marcha dialogó con sus integrantes sobre la participación en la misma.
-¿Qué es para ustedes el feminismo popular?
Como mujeres piqueteras tomamos la calle y fuimos protagonistas de una lucha donde en un principio poníamos el cuerpo pero no nuestra voz. Desde el inicio nuestra organización, como la mayor parte de las organizaciones en los barrios, estuvo formada en su mayoría por mujeres y hablando entre nosotras nos dimos cuenta que nos pasaban las mismas cosas y comenzamos a preguntarnos hasta qué punto podíamos hablar de cambio social si no repensábamos las relaciones de poder que formaban parte de nuestra vida cotidiana y el lugar que teníamos en nuestras organizaciones.
Nuestras asambleas se convirtieron en ese espacio que necesitábamos para reafirmarnos como mujeres, encontrándonos entre pares para hablar de nosotras, qué sentimos, necesitamos y deseamos. De las violencias que sufrimos a diario encontramos el puente de lo personal a lo político y social, y en cada paso nos empoderamos más. Como feministas sentíamos que la construcción de poder popular implicaba necesariamente un cambio en los roles y modos que como mujeres tomábamos.
-¿Y a través de qué practicas construyen y abonan a ese feminismo?
A través de nuestras asambleas y formaciones internas politizamos la maternidad, los roles y mandatos, el amor romántico, la autonomía sobre nuestros cuerpos, la sexualidad libre y placentera, el aborto, la violencia obstétrica, el placer, el orgasmo, reivindicamos la autodefensa y, a la vez repudiamos la violencia hacia nosotras por ser mujeres. Hablamos de patriarcado, de capitalismo y de colonialismo como sistemas de una misma trenza de opresiones.
Con nuestras compañeras de Córdoba compartimos la diversidad y nos enunciamos lesbianas, trans, mujeres. Entendiendo que las diferentes identidades no existen si no se nombran, pero tampoco son fijas o estancas, tenemos cada una el dinamismo identitario de cualquier cuerpo. Ahora tomamos la voz y pusimos en palabras y en acción nuestros deseos y los multiplicamos en stencils, murales, cartillas, volantes y armamos un puesto feminista en la feria del barrio, vamos a los Encuentros Nacionales de Mujeres, somos parte de la Campaña Contra las Violencias Hacia las Mujeres, tenemos nuestra agenda de fechas feministas y seguimos en las calles poniendo nuestro cuerpo y nuestra voz, felices en la lucha.
-En relación a la reciente convocatoria ´Ni Una Menos´ realizada por amplios sectores de la sociedad, ¿cuál encuentran como valor simbólico y/o pragmático de la misma?
La convocatoria del 3/6 Ni una menos, no nos sorprende porque en nuestras Asambleas donde construimos el feminismo popular, venimos problematizando los femicidios entendiéndolos como la expresión más extrema del patriarcado, como también lo son las muertes de mujeres en abortos clandestinos o las desaparecidas por la trata.
Nosotras, junto con otras organizaciones del campo popular y dentro de la Campaña Contra las Violencias Hacia las Mujeres, salimos a las calles para barrer al patriarcado, para que llegue la libertad a nuestra compañera quechua Reina Maraz. También para denunciar una justicia patriarcal que constantemente falla contra las mujeres, así como también año a año ocupamos el escenario público cada 8 de marzo, 25 de noviembre o en los Encuentros Nacionales de Mujeres donde denunciamos una y otra vez que los femicidios son la máxima expresión de violencia hacia nosotras por ser mujeres. Con nuestros carteles, pancartas y consignas decimos que nuestro cuerpo no es territorio de conquista. La puesta en escena de la consigna “Ni una menos” es producto de luchas feministas, de un largo proceso colectivo que tiene a la organización como único camino.
-¿Cuál consideran que fue (y es) el aporte del feminismo organizado para que hoy esta temática esté en agenda?
La lucha inclaudicable por nuestros derechos y por nuestra vida. La fuerza de la organización que multiplicamos entre compañeras en los barrios con la certeza de que “juntas somos poderosas”. El saber que el movimiento feminista no es indiferente a lo que viene pasando en Ciudad Juárez como el ejemplo más claro de la violencia hacia las mujeres como un mensaje social para intentar disciplinarnos o controlarnos. Pero sabemos muy bien que “el femicida no es un enfermo, es el hijo sano del patriarcado”.
-Esta concentración es por lo que falta en materia de violencia machista muy a grandes rasgos pero, ¿qué falta?
Creemos desde nuestra Asamblea de Mujeres lo que hace falta es que más mujeres se junten y organicen desde el feminismo. Que se visualicen las violencias y el sistema patriarcal. Desde las responsabilidades del Estado falta la implementación de la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, falta que se implemente en los colegios la ley 25.673 de salud sexual y reproductiva, falta la legalización del aborto.
También falta que los medios de comunicación dejen de ser cómplices de los femicidas, culpabilizando en sus coberturas a las mujeres o cuestionando sus acciones. En sus programas mercantilizan los cuerpos de las mujeres y luego salen con el cartel de Ni una menos. Todavia hay un largo camino por delante en la problematización de los femicidios. Nosotras siempre decimos que la revolución será feminista o no será y vamos en ese camino.
-Los diversos movimientos y colectivos de mujeres del campo popular han decidido participar de esta convocatoria, ¿cómo será o su participación en ella?
Nosotras vamos a marchar dentro de la Campaña Contra las Violencias Hacia las Mujeres. Junto a las organizaciones, colectivas y diversos espacios con quienes construimos y caminamos el feminismo popular. Vamos a salir llenando de contenido la consigna porque creemos que el Estado, la Iglesia, la Justicia y los Medios son responsables. ¡Ni una menos, porque vivas nos queremos!