Por Lucio Garriga y Gerardo Szalkowicz*
La realidad brasileña parece complejizarse cada día más. Por un lado, el presidente de facto Michel Temer logró que el Congreso aprobara la reforma laboral que eliminará derechos básicos de las y los trabajadores. Por otro lado, el juez Sergio Moro condenó en primera instancia al ex presidente y líder fundador del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva a nueve años y medio de prisión y a 19 años sin poder ejercer cargos públicos. En esta entrevista, el analista y periodista brasileño Beto Almeida analiza las múltiples crisis que atraviesa el gigante suramericano y asegura que la arremetida judicial contra Lula “es una obra de ficción” y sólo busca “impedir que sea candidato presidencial porque no hay ningún otro que lo pueda derrotar”.
-¿Qué hay detrás de la condena contra Lula?
-Se trata claramente de un juicio muy amañado, muy sucio, y una condena para impedir que Lula pueda volver a la presidencia a través del voto popular porque no hay ningún candidato que lo pueda derrotar. Lo acusan de recibir un departamento pero esa propiedad está a nombre de la empresa OAS, es una acusación completamente fraudulenta porque él no es propietario de ese inmueble. Sin dudas, la acusación contra Lula es una obra de ficción.
El problema es completamente político. Hacen esta maniobra jurídica con el juez Sergio Moro, un juez que está claramente vinculado a los Estados Unidos y a los partidos conservadores, de hecho su papá es fundador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Todo va a depender de la segunda instancia y de la movilización de los sectores populares para que el golpe contra Dilma Rousseff, que sigue hoy con medidas bastante impopulares, sea interrumpido, derrocado. Pero para eso es necesario crear condiciones para que Lula pueda tener el derecho de postularse. Impedirle ese derecho sería algo absolutamente anormal, extraordinario, porque no hay pruebas concretas.
El futuro de Lula se definirá cuando el tribunal se pronuncie en segunda instancia. ¿Cuándo se espera que sea ese fallo y qué expectativas hay?
-Todo lo que hemos visto en este proceso es una serie de decisiones muy amañadas, muy irregulares, muy politizadas. Lula fue condenado recientemente en primera instancia pero los medios de comunicación están presentando un fallo condenatorio contra Lula desde hace mucho tiempo. La próxima etapa será por el cuarto tribunal de Porto Alegre, que recibirá mucha presión de los medios y de los poderes económicos para que Lula no pueda volver a la presidencia. Esto llevará a una situación de impasse político nacional muy fuerte. Esto ya ha ocurrido en otras etapas del país para que estadistas populares no puedan ser presidentes o no puedan ejercer plenamente su papel político, como con Getúlio Vargas. Es claramente un juicio viciado, lleno de ilegitimidad, y se espera que tenga su resolución recién en agosto del próximo año. Sacar a Lula del juego político será algo muy traumático que incluso podría generar reacciones impredecibles especialmente en las masas populares.
¿Cómo percibe el clima político en la calle y cómo intuye el futuro próximo del escenario brasileño?
-La tendencia que se verifica hoy es de una polarización muy fuerte, y muy peligrosa porque evidentemente Lula tiene una popularidad muy alta pero los sectores conservadores sienten que es indispensable impedir que Lula sea candidato porque no tienen ningún candidato que pueda competir con él. El país está entrando en una zona muy compleja, no veo una salida a través de un acuerdo político, la polarización me parece inevitable y se pueden generar situaciones muy explosivas porque hay una determinación de que este país no pueda ser parte de los BRICS, no pueda luchar por la integración latinoamericana. Esto es lo que quieren los conservadores, no quieren fortalecer el MERCOSUR, quieren una dependencia con los EEUU y Lula es exactamente lo contrario. Es un hombre que representa la integración latinoamericana, el dialogo con África, con Rusia, con China, y esto es sumamente peligroso para los intereses norteamericanos. La polarización y la confrontación pueden traer situaciones muy explosivas. Las diferencias internas en las élites se apagan ante el antagonismo que expresa Lula y su popularidad.
Es necesario entonces crear un frente político que sea más amplio que un frente de izquierda, hay que buscar una conexión con otros sectores, y Lula es el que impulsa esta idea de ampliar porque no se puede quedar aislado, eso facilitaría una salida conservadora.
*Entrevista realizada en el programa “Al sur del Río Bravo” que se emite por Radionauta FM