Por Luz Ailín Báez – Fotos por Oscar de la Vega
A 12 años de la segunda desaparición de Julio López, entrevistamos a Ruben, su hijo. Además, habrá diversas actividades en La Plata y se presentará el documental “Todos Somos López. Donde empieza la vida y termina la muerte”
Llegamos un minuto antes de lo pactado. Entre valijas y gente esperando colectivos y micros de larga distancia, lo vemos a Rubén. Está sentado en una de las mesas del bar de la terminal de ómnibus de La Plata. Koqui, su compañera desde hace veinte años, está sentada junto a él. Nos presentamos. La atmósfera bulliciosa se desvanece cuando Rubén comienza a hablar.
-Nuevo aniversario de la segunda desaparición de tu padre. ¿Hay novedades sobre su búsqueda? ¿Cómo sigue la causa?
-Novedades creo que nunca hubo reales. Hace mucho tiempo que yo personalmente no hablo con la fiscal, habla el abogado que representa la familia porque la última vez que hablé o que hice un pedido en forma personal al fiscal- hace 4 años- fue cuando Etchecolatz apareció con un papelito. Hace rato. No se si fue 2014. Fue en uno de esos juicios. Por esa foto. Le pedí a la fiscal que le pregunte qué quiso decir con esa foto, qué pretendió hacer con ese papelito donde se leía “Julio López” en una cara y “secuestro o secuestrado” en la otra del papel. Todavía estoy esperando que me llamen. No hizo nada. Para ir al juzgado, para hacer todo y que no hagan nada, me cansaron. Que seguramente era lo que quería el fiscal. Esa fue la última vez.
Después hubo dos o tres cositas más dando vueltas. En algún momento reflotaron alguna investigación en contra nuestra. Una denuncia que habían hecho a un amigo mío- Ricardo- y a mí. Supuestamente habíamos escondido el cuerpo de mi viejo en la casa quinta de mi amigo. Esto porque un chico nos vio de espalda sobre un espejo. Nos leyó los labios y nosotros decíamos eso. Después nos enteramos que este chico era hijo de un policía. Terminó siendo policía de la provincia de Buenos Aires. Como para que te cierre el círculo. El chico era menor de edad en ese momento. Yo sé quién es porque atamos conjeturas con mi amigo pero no tengo la prueba. Oficialmente nunca supe el nombre. Declaró bajo reserva de identidad por ser menor. Lamentablemente después nos enteramos de quién era porque hablan donde no tienen que hablar.
-Carlos Rosenkrantz, impulsor del 2×1 es el nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. ¿Cómo ves vos, cómo ve tu familia, esa designación? ¿Cómo sienten esta arremetida contra las políticas de derechos humanos por parte del gobierno?
-La verdad que nos preocupa muchísimo. Es el autor intelectual del 2×1. Fue quien lo promovió, más allá de que después hubo dos jueces que lo votaron, inclusive cambiando su pensamiento jurídico como [Elena] Highton de Nolasco. Ella marcó una instancia en derechos humanos que después lo revierte con el fallo del 2×1.
Estamos preocupados porque en definitiva, la línea sucesoria del país en una eventual acefalía, el presidente de la Corte Suprema sería el presidente provisional de la Argentina hasta una nueva elección, si es que así la dictaminara.
Preocupados porque es un gobierno que lo que tiene que ver con política de derechos humanos no le importa absolutamente nada. Lo ha demostrado. Tenemos casos como el de Santiago Maldonado. Tenemos el caso de Rafael Nahuel, de Facundo, de este chico que el otro día sin querer lo matan porque iba a la casa de su madre en el Chaco. Hay muchas cosas que vienen avasallando este gobierno. Y queda en evidencia con este nuevo presidente de la Corte Suprema, casi te diría que fue medio forzada la salida de Lorenzetti en cuanto a su función como presidente de la Corte. Da la impresión de que fue como un golpe de Estado en la Justicia. Evidentemente hoy al gobierno no le estaría cerrando, no le estaría siendo funcional. Rosenkrantz y Rosatti que fueron impuestos por decreto y tras el reclamo popular se revirtió pero volvieron a ser presentados los mismos.
-En relación a esto que mencionás de Santiago Maldonado y el reclamo popular, hace un tiempo en los medios dijiste que la situación de tu padre era una presunta desaparición mientras que lo de Santiago se trataba de una desaparición forzada en el marco de una represión de Gendarmería, ¿qué percepción tenés sobre la reacción de la sociedad ante los casos de tu padre y este tiempo en el que Santiago Maldonado estuvo desaparecido?
-Bien vale aclarar. La carátula de la causa de Santiago hoy en día es desaparición forzada de persona seguida de muerte. En el caso de mi viejo la carátula es presunta desaparición forzada de persona. Presunta porque nunca se pudo establecer que el Estado o un agente del Estado haya sido partícipe. Lo que no quiere decir que el día de mañana se encuentren las pruebas y se cambie la carátula. En el caso de Santiago es desaparición forzada porque Gendarmería, en un acto ilegal, lo desaparece. Después se comprueba que murió en circunstancias que no están determinadas. Los peritajes dejan bastante que desear. No lo digo yo, lo dice Santiago… lo dice Sergio. En realidad lo dice Santiago, cuando se le hace la autopsia. Fue un acto fallido pero está bueno, porque el cuerpo habla. En esa circunstancia yo marcaba ese parecido pero con diferencias.
En relación a la reacción popular, fue la misma en los dos casos. En ambos casos fueron mucho más movilizadas en los primeros tiempos. Hay una diferencia en cuanto a la cobertura y tratamiento de los medios. En el caso de mi viejo siempre estuvieron todos los medios, los que hoy llamamos hegemónicos- que hoy son favorables a este gobierno y en el anterior no lo eran- que a nosotros siempre nos trataron bien salvo alguna cuestión, algún medio. En el caso de Santiago fue muy claro qué medios estaban en contra. En cuanto a la movilización popular siempre estuvieron a favor de ambos, haciendo marchas. Siempre el reclamo y el apoyo de la gente sigue estando hasta hoy en día. En el caso personal, con más antigüedad. En el caso de Santiago, al ser más reciente hay más efervescencia, en el caso de mi viejo, ya 12 años, generalmente cada vez que se cumple un aniversario y sino merma.
-Con el caso de Santiago Maldonado reapareciste en los medios. ¿Actualmente te encontrás militando en algún espacio u organización de derechos humanos?
-Tuve que aparecer para aclarar esa diferencia que te decía al principio. Cuando vos preguntabas al gobierno ¿Dónde está Santiago? Te decían ¿Y Julio López? Como si fuera uno más desaparecido que el otro. En cuanto a la participación, estoy en la Mesa por los Derechos Humanos de La Plata desde hace más de dos años, integro la Comisión Permanente de la Memoria de Berisso y soy presidente de la Fundación Construyendo Conciencia. Y más allá de eso, nos invitan a colaborar con la presencia. Hace 15 días estuvimos en Lujan en homenaje a Cholo Budassi que fue un detenido en la dictadura y que hizo mucho por elevar los juicios en San Nicolás, muy recordado por eso. Nosotros no lo conocíamos, pero se presentó en el espacio de memoria y en el cementerio cerca de donde está enterrado el Cholo y nos invitaron a colaborar y de alguna manera, a través de audios, con la familia de Rubén y Sandra (docentes recientemente muertos) nos han pedido colaboración y ahí hemos estado. Se nos incomoda trasladarnos, porque las marchas son días de semana y nosotros trabajamos, pero por lo menos el acto de presencia con un audio.
-¿Cuál es tu actual ocupación? Más allá de la militancia
-Desde hace 42 años carpintero, en carpintería en madera.
-¿Como pegó en el entorno de los DD.HH. de La Plata la muerte de Chicha Mariani?
-Dolió muchísimo, una luchadora, sobretodo porque no se pudo abrazar con Clara Anahí. Dolió porque quien la entregó -Echecolatz el es el que la entrega a los apropiadores- no lo dice. Y lamentablemente Chicha se fue sin saber. Dolió mucho más porque ese día, cuando en la sede del rectorado se estaba haciendo el velorio y se estaba retirando el cortejo fúnebre fue justo cuando empezó la represión a los trabajadores de los Astilleros Río Santiago, así que alguno de los trabajadores que habían cobrado literalmente, porque les habían partido la cabeza, se resguardaron en la universidad a hacerse las primeras curaciones, fuimos a colaborar, a ver que podíamos hacer. Así que Chicha en el último momento también colaboró con la protección a los trabajadores.
-Hay cientos de historias conectadas, hay como un vaivén del pasado al presente que se reitera y que tiene miles de vidas unidas por la represión y por el accionar de las fuerzas de seguridad. Hace poco Etchecolatz envió una carta a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, postulándose nuevamente para un puesto en la policía, meses antes le otorgaba la prisión domiciliaria que luego le fue revertida. ¿Qué sienten, opinan como familia?
-Te cuento cómo fue la historia. Lo que pide Etchecolatz es volver a cobrar el retiro por la jubilación. Los policías cuando pasan a retiro efectivo, porque no se jubilan, y están prestos si el poder de turno los reconvoca vuelven al grado del momento en que se retiraron. En el 2017 desde la secretaría de DD.HH. se dan cuenta que el nunca había sido exonerado, nunca había sido echado de la policía de la provincia. Durante treinta y pico de años, él teniendo pena desde el año 86 nunca se lo había exonerado, o sea que siguió siendo policía inclusive después de tener cinco condenas a cadena perpetua, hasta el año pasado, prontamente tendrá otra más porque está siendo juzgado ahora por Brigada San Justo. Eso te genera que durante 30 años, o sea saqué la cuenta de 10 gobernadores y no se cuantos ministros de seguridad y justicia (habíamos sacado la cuenta) nadie se había dado cuenta que no lo había echado de la policía y eso te genera bronca. Esto le cabe a los anteriores gobernadores, del primero al último. Mirá la paradoja que se lo echa en un gobierno como este y los gobiernos anteriores no se dieron cuenta, quiero entender porque son burros. Lo mismo a mi viejo no lo buscan y no se lo encuentra porque son burros, porque si lo hacen a propósito no encontrarlo sería peor. Aquellos que dictaron cinco condenas a Etchecolatz y nunca se dieron cuenta, condenas por genocida, no te digo por las condenas anteriores de apropiación y secuestro, en el año 86, no recuerdo bien las carátulas, en el año 89 y 98 tienen la condena simbólica en los juicios por la verdad ¿y nadie se da cuenta? O son burros o lo hacen a propósito. Yo me imagino la situación: todos los meses al sector administrativo de la policía llega el certificado y dicen bueno le firmamos, y ¿nadie se da cuenta que es un condenado? Siendo del punto de vista administrativo, el gobernador no tiene que saber que todos los policías procesados fueron echados por la justicia, pero de ahí para abajo tenés asesores, ministros, el abogado que lleva adelante cada uno de los ministerios ¿nadie se dio cuenta?
-¿Quizás eso habla del entramado vigente?
-Es la protección, fijate que cuando Etchecolatz estuvo en prisión domiciliaria- que nada tenía de prisión- a este señor lo visitaban en el bosque de Peralta Ramos (Mar del Plata) funcionarios en actividad, comisarios, ¿Por qué? Porque todavía se le rinde respeto, porque todavía hay un marco que lo cubre y es eso un pacto de silencio.
-En el libro Los días sin López dicen que tu madre, Irene y sus hijos no querían que Julio testimoniara en los juicios. En el año 99 él da su testimonio por primera vez ¿Cómo era tu relación con tu padre por aquellos días?
-Desde que mi viejo volvió nunca contó que le había pasado, nunca le preguntamos que le había pasado. Había un pacto entre mi viejo y mi vieja que se quería olvidar esa situación y así lo seguimos nosotros, no hablábamos de eso. En el año 98 mi viejo leía el diario El Día de La Plata, rebautizado la Noche Oscura, recuerdo muy fuerte que mi vieja me marca uno de los artículos que dice “Albañil de los Hornos declara en los juicios por la verdad”, y dice “ahí lo tenés a tu padre” y me lo dijo con mucha bronca. Entiendo a mi vieja, porque mi vieja no quería que fuera a declarar. Si mi papá le hubiese hecho caso a mi vieja hoy estaría, pero también entendimos la necesidad de contar lo que había visto y había sufrido mi viejo.
Koqui [pareja de Rubén]: -Te cuento una anécdota. No sé cuánto hará el tiempo porque ya hace un año que ella falleció… 3, 4 años… me dice “si vuelve, lo echo”. Te imaginás yo, me puse de los pelos, ¿cómo lo va a echar? Todo el mundo buscándolo y ella lo quiere echar. O sea, en ese momento no entendí. Y me dice “sí, porque no me hizo caso. No tendría que haber ido a declarar sino yo no estaría así”. Estaba enojada más que nada.
Rubén: ¿Comprendés las dos situaciones?
-Sí, hay una tensión entre la imagen del ciudadano para con la justicia y la verdad y por otro lado…
-Pasó que nosotros cuando fuimos y escuchamos el testimonio de mi viejo en el juicio por primera vez, escuchamos todo su relato. Teníamos vagamente una idea pero nunca nos había contado todo, el total de lo que había pasado. Ahí comprendimos qué había pasado, por qué quería contar. Y lo apoyamos. La verdad que nos pareció bien pero hasta ese momento, 2006, no comprendíamos esa necesidad.
-¿Hasta ese momento no habían hablado?
-No. Muy poquitas veces. En algún sentido era muy bicho él, muy pícaro. Contaba algunas cosas a algunos primos. Nos dimos cuenta después, ni bien desaparece cuando se da esa “tormenta de ideas”, como lo llamó el abogado, cuando todos tiran algo que pudo haber pasado. Entonces uno dice “a mí me contó una vez que estuvo en Arana”, otro dice “ah pero a mí me contó que estuvo en tal lugar”. O sea, a dos o tres personas les había contado hechos, como si fuera una película, una escena pero fragmentada y a cada uno le había dado un pequeño dato.
-¿Vos crees que él sabía o intuía lo que le podía pasar?
-Si lo intuía no le importó porque él lo único que quería era ir a ese juicio, contarlo y nada más.
Koqui [pareja de Rubén]: El sábado y domingo anterior a ese lunes que desapareció se lo veía tranquilo. Estaba contento porque al otro día le iba a ir a ver la cara a Etchecolatz. De las once de la noche a las siete de la mañana no sabemos qué pasó.
-¿Qué fue lo último que hablaste con él? ¿Qué recordas?
-El lunes era la lectura de los alegatos. El domingo a la tarde me acompañó a Martínez, cerca de Olivos, yo tenía laburo ahí. Fuimos a cargar la camioneta, nos acompañó hasta el fondo a un amigo Sergio y a mí, cebando unos mates, se fumó un pucho y se fue a escuchar el partido. Dijo que iba a cargar y era mentira, llevó una tablita y el resto lo cargamos nosotros.
Nos volvimos como a las 7 y pico. Esa fue la última vez que lo vi, la última conversación que tuve con él. Después él se quedó viendo lo que en ese momento era Fútbol de Primera porque había jugado Boca y se quedó a esperar el resumen del partido, como se hacía en esa época. Dicho de paso, volvimos a eso. En vez de avanzar retrocedimos, eso es lo más duro de este momento. Diría que dimos pasos casi cercanos al 76, en muchas situaciones. Pasó con la maestra Corina el otro día, nos retrotrajo totalmente a esa manera de pensar, ese accionar que espero realmente no sean grupos parapoliciales y mucho menos que estén fomentados por el Estado.
-Y sin embargo, tuvo mucho eco el caso en los medios de comunicación hegemónicos. ¿Por qué crees que le dieron lugar a esa noticia?
-Te cuento y después vuelvo a esto. Cuando salió el pedido de reincorporación de Etchecolatz, nos enteramos un domingo como a las 10 de la mañana, creo que en Clarín, alguien me avisó o lo vi por Facebook. Salté con todo en las redes sociales y empecé a hacer algunas llamadas. Tuve una respuesta de un alto funcionario de la policía de la provincia de Buenos Aires, donde me dice “mirá Rubén, esto fue rechazado la semana pasada, no sabemos porque salió hoy domingo”. Te lo resumo: durante la semana habían pasado cosas, necesitaban noticias para tapar. El domingo tenían que instalar dos o tres días que habláramos de algo. Ese medio fue Clarín. Largaron la noticia sobre Etchecolatz para tapar lo que pasaba en el país.
¿Por qué Clarín, un medio tan apegado al gobierno nacional, sale a contar esta historia? ¿Y por qué en tantos noticieros hegemónicos le salen a pegar a Macri? Están queriendo instalar otro candidato. Macri les fue útil, esa es mi opinión, ya no sirve y por eso empiezan a pegarle. En algunas cosas le pegan, sólo de lo que les conviene.
-El gobierno de María Eugenia Vidal convirtió algunos ex centros clandestinos en sitios de memoria. ¿Qué opinas de eso?
-Sí, el Pozo de Arana y la Comisaría 5ta. Me llama mucho la atención. En ambos participo colaborando en algunas cosas. En ambos estuvo mi viejo así que estoy en las comisiones de familiares que se encargan de eso. Es raro decirlo porque mucha gente malinterpreta. La semana que viene habrá alguna novedad al respecto de los centros clandestinos, no lo puedo contar ahora.
Volviendo al tema, este gobierno en dos años entregó y reabrió un centro clandestino como lugar de memoria como es Arana que ya está para visitar. Para la comisaría 5ta falta mucho, todavía no está. Fue entregada a Abuelas de Plaza de Mayo en comodato. Esto en dos años. El gobierno anterior en ocho no había hecho casi nada. Era un gobierno, sobretodo el provincial, que estaba pegado a esta situación. Son las cosas que no terminamos de entender. Vos tenes, por más que te guste o no, un Secretario de Derechos Humanos en la provincia de Buenos Aires como es Santiago Canton con una mirada totalmente distinta a la Claudio Avruj, te guste o no. Ahora, yo también digo “qué raro que Santiago Canton esté con este gobierno” pero por lo menos ha logrado que estos dos centros clandestinos de detención y exterminio sean sitios de memoria.
-Esa tensión que mostrás me lleva a la foto que se habían sacado los funcionarios de Cambiemos que decía “no al curro de los derechos humanos” y que algunos funcionarios no estuvieron presente o decidieron salirse.
-Creo que no todos piensan de esa manera. Lo mismo pasó con ese videíto de “queremos flan”. La verdad que es una falta de respeto al pueblo, al pobre, al humilde, no al que seguramente votó a este gobierno. No es una función que este gobierno sienta y los derechos humanos no son un curro. Nosotros hace 2 años y pico que a cada lugar que vamos cuestionan nuestros datos, salvo el otro día que nos consiguieron alojamiento en San Nicolás todo fue bancado por nosotros. Por que movilizarse hoy a cualquier lugar implica un gasto de $3000 o $4000 y no están las condiciones para esos gastos. Durante doce años todo fue bancado por nosotros, los pines, las banderas, la organización, todo lo que hicimos. Yo no recibo nada que no tenga que cobrar por ley como es la ley reparatoria, “la ley de hijo”.
No es un curro. Ahora a aquellos que pretenden decir que todos lo que estamos activando desde los derechos humanos estamos currando, yo los invito a venir, a que participen y vean. Porque es un mito instalado con mucha mala intención como el que “se robaron todo”. Hasta ahora nunca pudieron comprobar nada de “lo que se robaron”. Me parece que éstos que están ahora se está queriendo robar más de lo que los anteriores supuestamente robaron.
Es la misma situación. Instalan un latiguillo que termina mucha gente convencida de esa historia. Lo mismo vimos con jubilados que le están sacando los medicamentos y sin embargo, ellos dirían “los vuelvo a votar porque los anteriores se robaron todo”. ¿Dónde está lo que se robaron? ¿En las universidades? ¿En las netbooks? ¿En los jardines? Y si robaron que vayan presos, eso es simple.
– En relación a esto, el año pasado fuiste candidato por Unidad Ciudadana en Berisso, ¿cómo sigue tu participación?
– Sigo siendo parte de la lista. Soy sexto concejal electo no en funciones porque entraron cuatro. En realidad dos tendrían que irse para que yo pueda asumir.
-¿Tenés planes de continuar con tu participación?
-No, creo que no. Me parece que estoy en otra sintonía. Es más, si me tocará asumir en esa función lo pensaría mucho para estar seguro. Hoy te diría que casi no asumiría porque no me gustaron ciertas situaciones que se dieron, sobre todo en Berisso donde en una lista supuestamente de unidad, al otro día que se perdió la elección se pelearon todos. Y a mi no me da la cara para hablar con el vecino diciéndole “soy de tal lista de unidad” cuando al otro día estaban todos peleados. Pero lo digo en particular del distrito que represento.
No reniego de lo que hice absolutamente para nada. Estoy ahí porque se me permite ser crítico de esa situación. El día que no se me permita criticar todas las cosas malas que pasaron con el Gobierno anterior, y te digo el caso de mi viejo, ese día me voy y no hay ningún tipo de problema.
-¿Cuáles recuerdos tenes de él en tu infancia? ¿Cómo lo recordás a él más allá de la figura de Julio López para la sociedad argentina?
-Como un tipo sencillo que nos marcó, tanto a mi hermano y a mí, con el ejemplo. Pero con el ejemplo sin palabras, el ejemplo de laburar. A mi hermano le bancaron los estudios porque quiso estudiar. Yo me hice el burro porque la verdad a mí no me gustaba, me gustaba hacer carpintería.
Él era un tipo comprometido con sus compañeros. Un tipo que iba de su casa al trabajo y del trabajo a su casa. Los fines de semana se dedicaba a su casa, a levantarla, agrandarla y haciendo lo que tenía que hacer.
Cuando le sobraba un rato los fines de semana iba a la Unidad Básica de la maestra, de la cual la mayoría de sus compañeros fueron secuestrados, de los cuales volvieron solamente dos.
Siempre en su casa con sus hijos y su familia. No era de ir al boliche. No iba al centro de jubilado en su época de jubilado. No iba a la cancha de bochas, salvo cuando la teníamos a unas cuadras, que un vecino hizo una cancha de bochas en la parte de atrás de su casa, pero íbamos todos los vecinos, jugábamos
No iba a esos lugares dónde iba el común de los abuelos a tomar un vermut o vinito. Él no hacía eso, de jubilado su recorrido normal era dar una vuelta en bicicleta a la mañana, hacer los mandados.
Le hacía los mandados a los vecinos, porque había un matrimonio que tenía problemas físicos y él les iba a comprar y traer el diario. Le hacía la cola en el banco a una señora, él le guardaba el primer lugar para que fuera a cobrar. La señora llegaba a las diez, ella entraba y salía.
Y mantener su quinta, con sus flores, zapallos, plantas de acelga, sus rosas, una planta de limón y el orégano en el jardín, eso hacía. El tipo te lo marcó con eso y no te lo decía. No venía y te lo decía. Con tal que solamente una vez me pego un alpargatazo que me dejó marcado en la espalda y nunca más tuvo que decirme un “estate quieto”. Creo que todavía debo tener la marca de la alpargata de yute, esa que parece hilo. Fue la única vez que me pegó, yo seguramente había hecho una cagada. Recuerdo el correr y (golpea una mano con la otra fuertemente una vez)… el planazo en la espalda, pero por eso hoy seguimos en la misma sintonía. Era comprometido con sus compañeros. Él cuando va a declarar a los juicios tenía la necesidad de contar más sobre lo que había visto que de lo que él había sufrido.
-Hace poco tiempo se fue Irene, ella como compañera de tu padre en su primer ausencia, su presencia y su nueva ausencia, ¿Qué tenes para decir de ella?
-Que ella estuvo durante once años y un mes esperando que alguien le dé una respuesta. El mes que viene va a ser un año de su muerte. Ella estuvo 11 años y un mes sin que nadie le pueda dar explicaciones y se fue sin saber qué pasó.
Fue una mujer de pocas palabras, luchadora. Fue ama de casa toda su vida pero cuando a mi viejo lo secuestran en el 76 tuvo que salir a barrer casas y a limpiar una panadería y traer un pan duro para que nosotros pudiéramos comer. Lo hizo, sin ningún drama.
Luchó a su manera y protegió a su familia a su manera tratando que mi viejo no nos contara. Pero no le recrimino nada. Nos criamos así pero yo no tengo reproches. Una mujer que luchó hasta el último momento. Lo único que quería era saber qué había pasado.
Es más, el martes (por hoy) se estrena el documental y hay un testimonio que fue grabado creo a fines del 2014 o principios del 2015, donde ella lo único que pide es saber qué pasó, no pide más.
-¿Cómo van a ser las actividades por el aniversario?
-En principio en 8 y 51 de la Ciudad de La Plata, frente a los Tribunales se va a instalar una imagen muy importante que se está terminando. La hicieron en el Astillero Naval Río Santiago, me la entregaron ayer y tiene que ver con el contexto actual.
Ellos hicieron varias y esta que hicieron ayer no la podían entregar antes porque no tenían oxígeno para hacer el corte de la chapa porque no le entregan los materiales. Tiene que ver con todo un contexto.
Vamos a estar de 13hs a 15hs con esa imagen en 8 y 51 para interpelar a la Justicia, en este caso a los jueces que manejan la justicia para preguntarles qué están haciendo y donde están.
También a la noche vamos estar en el Cine Gaumont estrenando el documental “Todos Somos López. Donde empieza la vida y termina la muerte”, a las 20:30 hs. Es libre y gratuita, lo vamos a entregar con reserva y con nombre a todos los que quieran asistir . También se estrena en varios espacios INCAA. Más adelante se va a estrenar tambien en Morón, en La Matanza y otros lugares.
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