Por Camila Amatriain. Enrique Viale analiza las implicancias de la nueva Ley de Hidrocarburos y la imposición del fracking. Las implicancias de la consolidación de una matriz energética que impide la soberanía y la salida a través de energías alternativas.
Fm Che Barracas dialogó con el abogado ambientalista, Enrique Viale sobre las implicancias del fracking en Argentina, a pocos días de la publicación del libro “20 Mitos y realidades del fracking” de la editorial El Colectivo, que realizó junto a Pablo Bertinat, Eduardo D´Elia, Observatorio Petrolero Sur, Roberto Ochandio y Maristella Svampa.
Las resistencias y los graves conflictos que provoca la imposición del fracking en diversas regiones del mundo, ponen de manifiesto, la mayor de la veces, las falsedades que existen detrás de la fractura hidráulica de esta técnica de explotación de los hidrocarburos no convencionales. La nueva Ley de Hidrocarburos, que deberá ser discutida en Diputados para su sanción definitiva, habilitaría 35 años para los yacimientos no convencionales y 30 años para los desarrollos offshore en la plataforma marítima argentina.
-El acuerdo Chevron YPF generó mucha polémica. Y ahora la modificación de la Ley de hidrocarburos que ya fue sancionada por el Senado va a intervenir a futuro sobre la matriz energética y el ingreso de transnacionales. En tu opinión, ¿cuáles son los puntos más conflictivos y tensos de estas reformas?
-Este proyecto de ley impulsado por el ejecutivo y por el CEO de YPF, Galuccio, está ahora a la espera de su tratamiento en Diputados. Un poco viene a consolidar este modelo de explotación de hidrocarburos no convencionales, con partes escandalosas, y una legislación con beneficios impositivos y financieros, “con la misma lapicera” decimos nosotros, que la legislación de los `90 que entregó los bienes naturales. Esta legislación viene a consolidar la entrada de transnacionales al país y sobre todo a impulsar esta técnica tan controvertida que es la fractura hidráulica, prohibida en muchos países del mundo como Francia, Bulgaria y Alemania.
-Aparece algo muy latente que es la cuestión de la urgencia de estas reformas sin obviar los intereses que hay detrás. ¿Qué perspectivas tenés vos?
-Coincido con el diagnóstico. Este tipo de legislación express se hace a espaldas de la sociedad y recordemos que el fracking está avanzando sobre territorios indígenas sin la consulta libre, previa e informada que establece un convenio internacional que firmó la Argentina, que es el convenio 179 de la OIT. Dicho convenio establece la obligación de consultar a los pueblos indígenas de lo que pueda pasar en sus territorios. En cambio, se los invisibiliza.
-Mientras el Gobierno nacional instala que hay una falencia en cuanto al recurso energético, sostiene el discurso de la soberanía energética. ¿Cuán cierto es esto?
–Uno de los mitos en el libro es ése. Detrás del consenso del fracking hay un discurso nacional, de una YPF argentina que toca el corazón de muchos que todavía tienen o ven en esta recuperación de YPF algo positivo. Lo cierto es que se expropió el 50 por ciento de las acciones, que sigue siendo una sociedad anónima y la explotación de Vaca muerta se está haciendo con una de las peores trasnacionales del mundo, Chevron. Es decir, una empresa norteamericana prófuga de la justicia ecuatoriana. Esto, choca de frente con todo el relato emancipador.
Por otra parte, al consolidarse el peor de los caminos, impide además la posibilidad de desarrollar energías alternativas que verdaderamente promuevan soberanía e independencia energética. Esta ilusión de mantener el crecimiento ilimitado, y pensar que los hidrocarburos pueden ser para siempre, cierra el camino para estas otras energías.
-En torno al medioambiente, en cuanto al uso del agua en el fracking y la contaminación de las napas, ¿es la única alternativa que hay para extraer este tipo de hidrocarburos?
-Para estos hidrocarburos no convencionales, la única forma de hacer la explotación es de esa manera y es muy controvertida precisamente porque se utiliza muchísima cantidad de agua y químicos, con pozos que atraviesan acuíferos y que ponen en riesgo no solo el agua superficial, sino las napas subterráneas. El potencial de contaminación de acuíferos en este sentido, resulta para siempre.
-¿Qué es lo que se hace con las regalías? ¿Se invierte en desarrollo de energías alternativas o esto no está planteado en la reforma?
-No, al contrario. La presidenta, Cristina Fernández, dijo “ahora tenemos petróleo para cien años”. Algo muy parecido a lo que había dicho Obama años atrás y luego tuvo que rectificarse. Hay una gran burbuja financiera detrás del fracking, que luego cuando se hacen los estudios de impacto ambiental, se dan cuenta que no era tan salvadora como se creía.
-Se trata de tapar una coyuntura energética pero no se piensa en lo que viene…
-En el libro editado por “El colectivo”, una editorial independiente que ha hecho un gran esfuerzo por publicarlo, mencionamos varios mitos que están desarrollados por Pablo Bertinat, especialista en energías alternativas, quien demuestra que hay otros caminos. Hoy tenemos una gran especulación financiera junto al reinado del petróleo, con las internacionales haciendo lobby para que se mantenga esta visión.
-Hoy el debate solo pareciera existir entorno a los beneficios económicos y no a los ambientales. Sobre todo en el discurso de los medios masivos…
-O se minimizan los impactos que no solo son ambientales. Por eso ahí el abordaje interdisciplinario del libro también es interesante. Marsitella Svampa, explican que esto no es sòlo un impacto ambiental sino también refiere a los impactos sociales y culturales que hay detrás de esta expansión de la frontera hidrocarburífera.
El fracking está avanzando sobre lugares impensados sobre el alto valle de Río Negro, sobre plantaciones centenarias de peras y manzanas, transformando todo el sistema productivo. Todo va más allá de la afectación ambiental.