Por Laura Salomé Canteros
Las y los trabajadores del municipio de Quilmes se encuentran en movilización permanente. Desde el lunes realizan un cese de actividades en solidaridad con aproximadamente mil personas que fueron cesanteadas en sus funciones. Ayer tras una reunión acordaron algunas reincorporaciones pero además de los despidos denuncian el vaciamiento de la política pública en niñez y adolescencia.
“Cada trabajador/a es indispensable para garantizar los derechos de lxs pibxs quilmeñxs”, dice un cartel en la puerta de la subsecretaria de infancia dependiente de la secretaría de desarrollo social del municipio de Quilmes. Y así es. Las y los trabajadores están en permanente asamblea y organización porque saben de luchas y defensas de los puestos laborales.
La asunción de Martiniano Molina al frente del municipio de Quilmes fue una de las respuestas políticas más contundentes de parte del electorado en contra del poder peronista enquistado desde hace años y que llevaron adelante los llamados por la prensa hegemónica y parte de la militancia “varones del conurbano”. ¿Bocanada de aire fresco o inexperiencia en el ejercicio de la función pública? A menos de un mes de su asunción, el ex chef, decidió despedir (y dejar sin sustento) a profesionales de la psicología, la abogacía y el trabajo social de la subsecretaria de infancia del municipio, hecho que se dio en el marco de la cesantía de más de mil contratos laborales.
Es por esto que desde el lunes pasado se inició una medida de fuerza de parte de las y los trabajadores de la subsecretaría y que tuvo ayer su pico de máxima agitación cuando cortaron algunas calles en horas de la mañana en el centro de Quilmes para arribar marchando a la subsecretaría de infancia y luego dirigirse a la secretaría de desarrollo social. Y no están solos ni solas. Están siendo acompañados/as por varias organizaciones gremiales, sociales y políticas. Exigen la reincorporación de todas las personas despedidas pero fundamentalmente las del área de desarrollo social desde donde reclaman desde hace tiempo mejoras laborales para garantizar el ejercicio de sus funciones, en pos de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Promesas y no de campaña
Luego de una reunión realizada ayer en horas de la tarde y que fue postergada en varias ocasiones, con excusas, y transcurso en el que la secretaria de desarrollo social de Quilmes, María Ángeles Sotolano, amagó con no recibir a las y los delegados de las y los trabajadores despedidos, uno de lxs trabajadorxs de quienes preservamos su identidad contó a Marcha que “fueron reincorporados cuatro compañeros de infancia, siete de inclusión (desarrollo social)” y que la dirigencia del municipio reconoció que “echaron a personas que trabajan”. Sin embargo afirmó que “no existe la intención política de volver a incorporar a todos los compañeros”, en relación los mil despidos y que en relación a esto seguirán en las calles.
Las reincorporaciones se firmarían en horas de esta mañana y serán acompañadxs ya que se asegura hay miedo de parte de la planta laboral de amedrentamientos y amenazas de parte del funcionariado del municipio de Quilmes y algunos delegados sindicales que instaron a amenguar la lucha.
“Los contratos de las y los empleados municipales están siendo puestos a revisión”, declaró otro de los trabajadores en lucha. Y no es de extrañar, esta política PRO se viene repitiendo en otros despidos masivos que encaró la gestión macrista en los últimos días y que resuenan en forma de tiranía y avasallamiento a los derechos laborales (600 despidos en el Centro Cultural Kirchner, 2 mil en el Senado de la Nación y más de 7 mil en total en diferentes municipios bonaerenses).
En un comunicado la asamblea de trabajadorxs de la subsecretaría de política integral de promoción y protección de los derechos de la infancia y adolescencia rechazó la “informalidad en la comunicación institucional”, la “carencia de razones concretas” que avalen los despidos y las maniobras de “incertidumbre y temor”, así como los “mecanismos de amedrentamiento” de la gestión de Molina.
Si el Estado no garantiza derechos, ¿quién lo hará?
Según el paradigma de protección y promoción de la defensa integral de derechos de la infancia, el Estado se debe comprometer a generar las condiciones generales para el desarrollo de las oportunidades y el acceso a los derechos a la vez que las provincias o los municipios son las autoridades públicas encargadas de actuar frente a la amenaza o concreta vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes.
“A los fines de poder promover y proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes quilmeños, es necesario respetar los derechos de los trabajadores, ejecutores imprescindibles de la política pública de niñez”, sostienen las y los trabajadores en lucha.
Pero ni la protección ni promoción de los derechos de niñez y adolescencia ni los derechos laborales parecerían ser prioridad para la gestión de Mauricio Macri como presidente de la Nación, ni de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, ni del intendente de Quilmes, Martiniano Molina de quien se dice habría aumentado su dieta en un 30% y los gastos de representación en un 50%. Sus decisiones políticas así lo indican.
Martiniano Molina, fue electo con el 44,49% de los votos, lo que lo convirtió en intendente al ganarle al candidato del FPV y ex jefe comunal Francisco “Barba” Gutiérrez, quien obtuvo sólo el 32,31% del electorado. En una nota anterior, en el portal analizábamos lo que se venía con su asunción: “se avecinan tiempos de privatización de servicios esenciales y de viejas caras en las oficinas del poder quilmeño. Quienes conocieron las caras de los años noventa en Quilmes, las volverán a ver en la municipalidad”.
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