Por Mario Hernández. El dirigente sindical Omar “el caballo” Suárez está siendo investigado por el desvío de fondos. Su historia y la vinculación con Carlos “el indio” Castillo, procesado en 2011 por privación ilegal de la libertad, torturas y homicidios durante la dictadura. Continuidades de un sistema represivo dentro de la burocracia sindical argentina.
El pasado lunes Clarín dedicó dos páginas al dirigente del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Omar “El Caballo” Suárez, donde se preguntaba si sería el próximo líder sindical en quedar tras las rejas luego de Juan José Zanola (bancarios) y José Pedraza (ferroviarios), por el uso de fondos sindicales para negocios personales que motivaron una denuncia penal de dirigentes opositores.
La denuncia apunta contra una red de empresas en las que se mezclan parientes y allegados de Suárez, creadas con dinero de los afiliados. Además, habría robado materiales del Estado estimados en $ 2.000.000 de la isla Demarchi para usarlos en Corrientes en donde se construyó una casa flotante. La nota periodística consigna que “El caballo” Suárez, chofer del anterior líder radical del gremio, Juan Arce, tomó el SOMU por la fuerza en 1989 mediante un operativo llevado adelante, entre otros, por Carlos “El Indio” Castillo.
¿Quién es Carlos Enrique Castillo (a) El Indio?
Carlos Castillo fue el sucesor en la jefatura de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) en La Plata de Patricio Fernández Rivero, quien fuera custodio de José Ignacio Rucci. La CNU fue creada a fines de la década de los ’60 como grupo de choque de la ultraderecha peronista en la Universidad y devino en una organización parapolicial a mediados de los ’70. Su primera aparición ocurrió en diciembre de 1971 cuando asesinaron a la estudiante Silvia Filler de 19 años, luego de interrumpir a balazos una asamblea estudiantil en la Facultad de Arquitectura de Mar del Plata.
A partir de 1974, Castillo coordinaba los atentados con el Jefe de la Unidad Regional de La Plata, Comisario Masulli. Este liberaba las zonas para los operativos a través del Oficial principal Julio César Garachico, torturador de Jorge Julio López en el Centro Clandestino “El Pozo de Arana” y el Suboficial Mayor Juan Bilardo. Los contactos de Castillo con el Regimiento 7 de Infantería hasta mediados de 1975 fue el Coronel Mario Sila López Osornio y desde octubre de ese año en adelante, el Coronel Roque Carlos Presti, luego titular del Area 113 quien, como tal, controló los campos de concentración de la zona. Estas conexiones con la Policía bonaerense y el Ejército ubican a la CNU y a su jefe en La Plata, Carlos Ernesto “El Indio” Castillo, dentro de la estructura del aparato terrorista de Estado, lo que califica a sus acciones como crímenes de lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptibles.
Recién en julio de 2011 el Juez federal Arnaldo Corazza dictó el procesamiento de Castillo y de Juan José Pomares (a) Pipi, otro miembro de la banda que al momento de su detención, el 5 de julio de 2011, trabajaba en la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires donde pocos días antes había sido nombrado en la Planta Permanente con la Categoría 13. Ambos fueron considerados “prima facie” coautores penalmente responsables “de los delitos de privación ilegal de la libertad, torturas y homicidios” en el marco del expediente nº 9, caratulado “Domínguez Silvia Ester s/denuncia”. Esta causa investiga los secuestros y asesinatos del sindicalista del Hipódromo platense, Carlos Antonio Domínguez, y de los estudiantes de la Universidad de La Plata Guillermo Miceli, Graciela Martini y Néstor Hugo Di Noto cometidos a principios de 1976 por el grupo de tareas paraestatal CNU.
Una investigación de los periodistas Daniel Cecchini y Alberto Elizalde Leal del 2011 publicada en Miradas al Sur permitió reconstruir una lista de 61 víctimas y establecer de qué manera operó, entre 1974 y marzo de 1976, como instrumento del aparato terrorista de Estado del gobierno nacional de Estela Martínez de Perón y del provincial de Victorio Calabró, para continuar actuando luego del golpe del 24 de marzo a las órdenes del Ejército y la Armada. No obstante, Gastón Ponce Varela, uno de los integrantes de la banda ejecutado por Montoneros a mediados de 1975, solía jactarse delante de testigos de haber asesinado a “más de noventa zurdos”, al tiempo que le adjudicaba a Castillo por lo menos 110 muertes, según consignan los mencionados periodistas en el libro La CNU. El terrorismo de Estado antes del golpe.
Mano de obra ocupada por la burocracia sindical de ayer y de hoy
Vinculados en los ’70 al ex secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci o a Lorenzo Miguel, ex secretario general de la UOM, como los casos de Jorge Hugo Dubchak, uno de los primeros integrantes de la CNU o Eduardo Fromigué (a) Oso, ambos asesinados en 1975 por sus propios compañeros de la UOM, cuando eran convocados para asesinar dirigentes sindicales opositores como Carlos Scafide y Salvador de Laturi (Propulsora Siderúrgica) o a Roberto Achem y Carlos Miguel, reconocidos dirigentes de la Asociación de Trabajadores de la Universidad de La Plata (Atulp), en la actualidad esos vínculos se renuevan.
Gerardo Rafael Blas (a) El Flaco Blas, miembro operativo de la CNU, es un hombre de confianza de Alfredo Atanasoff, ex secretario general de los Municipales y Ministro de Trabajo durante la presidencia provisional de Eduardo Duhalde, que se ocupa de la concesión del hotel del gremio en el barrio de Constitución o como “El Indio” Castillo quien secundado por Osvaldo “Paqui” Forese, que integró la banda de Aníbal Gordon, ayudaron a “El Caballo” Suárez a hacerse del SOMU, tal vez rememorando el operativo conjunto que realizaron con aquél para secuestrar y asesinar al médico platense Mario Gershanik en la madrugada del 10 de abril de 1975.