Por Laura Cabrera. Marcha dialogó con La Quinta Idea, equipo de comunicación que busca darle mayor valor a un derecho infantil: el juego. Mediante la consigna “jugar también es cosa seria”, el quinteto visibiliza la importancia de que los adultos compartan momentos lúdicos con niños y niñas.
“Los estados partes reconocen el derecho del niño
al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas
propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”
(Artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño)
“Andá a bañarte, ya no es hora de jugar”, le dice una madre a su hijo, quien ríe del otro lado de la ventana, en el patio de una casa. “No te rías, yo no estoy jugando”, aclara. Y es así: a los niños y niñas se les plantea que una cosa es el juego y otra la seriedad. ¿Por qué no entender al juego como “cosa seria”? Eso se preguntaron Denise Cigliutti, María Eugenia Deseff, Sebastián Karp, Daniela Ramos y Alejandra Torres, estudiantes de Comunicación de la UBA e integrantes del equipo La Quinta Idea, surgido en una cátedra junto a la consigna “Jugar con niños”.
Actualmente la iniciativa se difunde por redes sociales, medios de comunicación y mediante intervenciones callejeras en la Ciudad de Buenos Aires. Marcha dialogó con el grupo que, ante el tópico, decidió sacar a la calle la promoción del derecho al juego a partir de la relación entre el adulto y los niños, entendiendo al juego como un vínculo necesario, tanto como la alimentación, la salud y la educación.
¿Cómo surge la iniciativa?
Comenzó en el Taller Anual Obligatorio de Opinión Pública y Publicidad de la carrera de Comunicación Social de la UBA, cátedra Lipetz. Nos plantearon la idea de trabajar con la temática “Jugar con niños”. Fue a partir de entonces que comenzamos a indagar acerca del juego en los niños y observamos que la mayoría de los adultos no le otorga a este espacio la importancia que debería tener. Argumentan no tener tiempo para jugar con los chicos; que las actividades diarias como el trabajo, la escuela, ir al médico o preparar la comida, no les dejan lugar para poder compartir con los niños y jugar con ellos. Además, piensan al juego como una actividad meramente infantil, de la que se sienten simples espectadores.
¿Por qué deciden trabajar ese derecho en particular?
Porque creemos que si bien se trata de un derecho que todos tenemos presente y tomamos como dado e indiscutible, los adultos no terminan de tomar conciencia acerca de la importancia y las implicancias que el juego tiene en el desarrollo de los niños.
Ustedes plantean el juego como algo serio, ¿cómo consideran que el adulto entiende al juego?
Nosotros creemos que los adultos son conscientes de que el juego es un derecho muy importante para los chicos y saben que es importante que ellos cuenten con la posibilidad de desarrollar actividades lúdicas. Sin embargo, también sostenemos que no terminan de darle la verdadera importancia que merece. No llegan a percibir que el juego es tan importante en el desarrollo físico y psíquico del niño, tanto como lo es la educación y la salud, nutrición, cuidado personal o formación ética, por ejemplo. Lo que nosotros planteamos es la necesidad de elevar el status del juego hasta emparejarlo con los otros aspectos que los adultos consideran vitales. Es por esa carencia que tampoco terminan de reparar en la importancia de que ellos también participen de estas actividades para acompañar, guiar y fomentar el juego en los niños. No hay que dejar de tener en cuenta que son los adultos mismos el primer “juego”con el que cuentan los más pequeños.
¿Se le da la importancia que tiene como derecho?
Sí. Pensamos que la mayoría de los adultos valoran al juego como a un derecho indiscutible del niño. Lo que sucede es que no terminan de comprender la importancia del mismo en su desarrollo físico y psicológico. No está establecido para ellos el hecho de que el juego también es educación, es salud, es aprendizaje y motor de crecimiento constante.
¿Cómo creen que repercute el juego en el aprendizaje y desarrollo de los niños?
Creemos que el juego repercute en todas las esferas del desarrollo del niño, tanto en sus aspectos físicos como psicológicos. El juego es como un termómetro para los chicos. Si un niño juega, es porque se siente bien, porque está feliz. Que no tenga ganas de jugar da cuenta de cierto malestar en él. Está comprobado que el juego aporta importantes beneficios, ya que estimula una gran cantidad de aspectos del desarrollo infantil. Quizás una de las cuestiones más importantes es la del descubrimiento constante del lugar que cada uno de ellos ocupa en el mundo. El juego fomenta el autoestima, fortalece los vínculos que se desarrollan con sus compañeros de juego (se trate de adultos o niños), ayuda al desarrollo de habilidades cognitivas y motrices y fija pautas de disciplina y comportamiento. En definitiva, jugando, los niños comienzan a formarse como personas íntegras. Jugando, los niños crecen.
¿Qué acciones llevan a cabo para visibilizar la campaña?
Para visibilizar la campaña empezamos con el desarrollo de las redes sociales propias de la iniciativa. En Twitter @jugaconellos y en Facebook jugá con ellos, proponemos y compartimos consignas sobre los beneficios de jugar con los niños. Para medios gráficos desarrollamos una campaña de titulares en donde se enfatizan los cuidados que los adultos tienen con los niños y, a su vez, proponemos que los adultos acompañen a los más pequeños en el juego, y le destinen el mismo tiempo e interés que aplican a otras esferas, como la alimentación y educación, entre otros aspectos esenciales.También estamos intentando difundir la iniciativa en radio, a fin de poder llegar a una mayor cantidad de gente y lograr concientizarlos acerca de que el juego también es cosa seria. También realizamos una actividad en Parque Centenario, donde desplegamos un mural para que niños y padres completen con dibujos, realizados por ellos, contándonos los juegos que realizan juntos. Repartimos stickers y caramelos para los que participaron. Los invitamos a todos a que se sumen a nuestra campaña de concientización para que los adultos empecemos a involucrarnos más en el juego de los niños, ya que de esta forma los ayudamos a crecer y a conformarse como personas íntegras. Porque, como sostenemos a lo largo de toda nuestra campaña, jugar también es cosa seria.