En el paisaje cultural de la Ciudad de Buenos Aires, la salsa ha ido ganando terreno. Charlamos con las organizadoras de ¡Que salgan las bestias! Una rumba pensada por y para la comunidad queer, en que migración y disidencia consolidan una propuesta disruptiva para quienes quieren bailar la salsa, por fuera de los estereotipos y roles asignados.
Por Nieta de Lobas/ Fotos Laura Sussini
¡Que salgan las bestias! (QSLB) es una alianza entre argentines y migrantes. Una rumba en la que confluyen DJs, artistas visuales, músicxs, bailadorxs y saberes de diferentes corrientes salseras que circulan en Buenos Aires. Las fiestas ocurren desde junio, y su objetivo es generar un espacio donde la salsa se habite sin imposiciones de género ni discriminación, tanto en la pista de baile como en la práctica musical. La Candela Viva (DJ), Camila Benitez (percusionista) y Laura Sussini (fotógrafa) son las creadoras y nos cuentan las motivaciones, deseos y necesidades que atraviesan la gestión de este proyecto.
NIETA (N): ¿Piensan el proyecto como una investigación? ¿Cómo surge en esta idea el concepto de bestias?
CANDELA (CAN): El concepto reúne algo del folclore, del sabor, del tabú, del carnaval, de lo prohibido, y, al mismo tiempo eso también, es la identidad del colectivo, de la diversidad y del ser Bestia. La estética del flyer es la que nos ha servido para comunicar el concepto.
LAURA (L): Yo pienso como una investigación, esto de rastrear a las bestias, que pueden estar ahí afuera o pueden ser las bestias internas. Sabemos que hay bestias escondidas y están apareciendo. Por ejemplo, apareció un chico trans que hace drag y que también tuvo su tránsito por la salsa. El drag también es un proceso que acompaña la fiesta y que, por ahora, es paralelo. Nos preguntamos a quién nos gustaría homenajear o parodiar. Y, dentro de las disidencias, QSLB tiene una impronta más bien lésbica. En principio comenzamos la investigación por el lado del drag king. Nos interesaba indagar en las representaciones de la masculinidad. Ahora la pregunta es por las representaciones que se salen del binarismo de género.
N: ¿Hay un consenso entre ustedes?
L: No, porque es muy amplio, en principio la bestia es algo no humano, una criatura, un monstruo. Yo veo que en los flyers típicos de salsa, la estructura es siempre la pareja heterosexual, paki.
CAN: Para mí es algo ambiguo. Yo firmo mis pinturas como Bestia, es mi nombre artístico de la plástica, porque siempre me gustó considerarme una Bestia, porque aparte lo que dice Laura, remite mucho a lo que es desagradable, a lo molesto.
L: También el concepto es algo que está resonando en un montón de lugares y de personas. Es una figura queer. Hace diez años cuando se hablaba de disidencias era muy limitado y binario: gay/lesbianas. Pero ahora es súper fluido.
N: Camila, ¿cómo llegaste a la salsa?
Camila (CAM): Con Fuego en el 23. Fue un flechazo mal. Yo tocaba en una banda de afrobeat, y me llevó un compañero. Estaba fascinada con la fiesta, me curtí bastante con dejarme llevar en el baile. Me preguntaba porqué me interpelaba tanto, me fijé qué pasaba con eso. Yo pensaba cuando fui a Colombia y decía que me gustaba mucho la salsa, todos eran como “¿Por qué? Sos argentina, y sos lesbiana”. Buenos Aires es una ciudad que visibiliza mucho el colectivo (LGTBIQ+) pese a que hay discriminación. Hay mucho movimiento, y en todos los países hay gente del colectivo que es de ese palo pero no está en las movidas salseras porque tiene un rechazo. Pensé desde ese punto, cómo reivindicar esto y sanar otras cosas de cada lugar que sufrimos por la discriminación. Pensé: “¿cómo unir el amor de lo propio, desde un lugar que te hace bien?”
N: Laura, ¿vos también llegaste a través de Fuego?
L: Sí, ahí di mis primeros pasos en la salsa. Después con el paso de los años fui sintiendo una incomodidad en la pista, empecé a cuestionarme la feminidad que estaba performando. Quise ampliar las posibilidades del cuerpo y del baile y, mágicamente, en medio de la pandemia, en un parque, conocí a Agostina, que es la profe de Mujeres que guían. Ella viene de la salsa cubana.
La fiesta en Q.S.L.B comienza con una hora de clases con la profesora Agostina Mingrone. Tiene como premisa que el género no debería determinar el rol al bailar. Imparten la idea de que cualquiera puede guiar/llevar y cualquiera puede ser guiadx, y jugar con las posibilidades de bailar entre dos, tres, o más personas.
N: Tengo una amiga que dejó de bailar salsa porque no quería cumplir el papel de guiada, hasta hace poco no existía otra posibilidad si eras mujer, pero hay lugares donde aún se perpetúan esos roles.
CAN: En mi caso, el baile nunca ha sido atravesado por un rol femenino/masculino, siempre he detestado que me quieran llevar. No tuve esa presión de tener que cumplir un rol pasivo en la pista, prefería bailar sola, o bailaba con ciertas personas que yo sabía que podía tener un diálogo del toma y dame, que es lo que realmente busco.
Empezó a salir la idea de hacer la salsa queer para tener un espacio en el que también empezara yo a incluirme en la comunidad, porque nunca tuve un drama con mi sexualidad y que me gustaran las personas en general, pero empecé a ser consciente de ello en los escenarios a los que fui, que construí y fui participe. Entonces dije: “no puedo catalogar en qué punto del arcoíris estoy porque soy todo y nada a la vez, pero no pertenezco del otro lado, necesito hacerme sentir y hacerme visible ¿Cómo hacerlo? Por medio de mi cultura, y como yo hay muches”. Hacer algo que tenga que ver y buscar al resto de lxs migrantes salserxs queer, construir una comunidad y hacerlo todo de nuevo quizás, pero desde otro punto de vista.
N: Cuéntenme de lxs DJ´s.
L: Estamos invitando a DJs que conocemos de circuitos queer, ajenos a la salsa, con la intención de generar cruces entre ambientes y espacios.
Cami: Dj Galga en la última fiesta hizo toda una transición de la salsa al perreo, pasando por momentos de psicodelia. Un set preparado especialmente para nuestra fiesta. Yo estaba afuera, empecé a escuchar y la miraba diciendo ¡esto es hermoso!
N: No recuerdo haber visto una orquesta salsera donde no prime la presencia de los hombres ¿Qué te pasó cuando viste la movida de QSLB ?
CAM: Les escribí y les dije que estaba a disposición de lo que necesiten.
CAN: Y nosotras nos lo tomamos en serio…
L: Y despertaste a un monstruo que es la Orquesta Disidente.
CAM: Desde mi lugar siempre tuve un pensamiento político con determinadas situaciones. En su momento tomé la decisión de no tocar más en ciertos lugares porque no me gusta el trato, no me sentía cómoda. Entre las bandas que yo tocaba se armaban debates y planteos, porque había situaciones de poder, hasta que llegó un momento que nos dimos cuenta de que necesitábamos un espacio o algo. Y surgió este proyecto y dije: “¿Si hacemos una descarga?” Pero ni pensé que podía pasar. Me puse a hablar con un par, y se armó un grupo y después otras amigas se pasaron la voz, y se re picó. Seleccioné un repertorio para QSLB y generó algo muy groso, porque es un espacio de práctica que no existe, como en el funk, jazz, en el hip hop, pero en la salsa, que tiene específicamente una descarga que es algo fundamental para desarrollar el estilo. Y lo bravo es la comunicación así, no la pautada. Las pibas y pibis no tenemos las mismas posibilidades que los pibes, algunas tienen mucha data y son referentas, pero también sufrieron un montón y ahora se trata de posicionarse en un lugar.
N: ¿Cuántas tocaron la última vez?
Cami: Éramos dieciocho, pero va variando. Pueden ser mucho más.
N: También entiendo esta posición como una denuncia.
CAM: Obviamente me llegaron comentarios de chabones de felicitaciones, pero también queriéndome decir qué hacer. Yo les digo que vengan a acompañar, que vengan a ver, por ahí desde ese lugar no lo ven, siempre están del otro lado.
N: ¿Y sentís que la dinámica es distinta?
CAM: Totalmente distinta. Yo también trato de expresar que todo es constructivo y de aprendizaje y que exista el diálogo constante. Me acuerdo una vez, estábamos tocando en una fecha, y el director nos puteó un montón y se fue del escenario.
N: Hay buen recibimiento en esta movida por parte de musiques.
CAN: ¡Re! Por ejemplo, yo estaba en el patio hablando con una amiga y me presenta a Caro, le comento que nos falta pianista, y ella me dijo “yo toco el piano y toco salsa”. ¡Qué! ¿Dónde estabas? Y le dije: “bueno, ¿te gustaría estar en la Descarga? Viene a todos los ensayos.
N: Hay una visión negativa de la salsa en cuánto a las letras, porque “tienen mucho contenido homofóbico o transfóbico”. ¿Cómo se posicionan ante esto?
L: Hay algo del lugar fácil de pegarle a la salsa como si fuera el único género musical machista y siento que hay incluso un poco de racismo ahí.
CAN: Y clasismo…
CAM: Y que eso interpela a toda la historia. Para mí hay cosas que están buenas por ejemplo con los coros: les digo cambiémosle el género, y queda totalmente contestatario; o cambiar el coro y ponerle otro, o elegir otros temas que hablen por ejemplo de denuncias, del barrio, de comida.
L: A mí me parece re zarpado lo que hacen. El tema con el que empieza la Descarga Disidente en Q.S.B es Mamá no quiere que yo juegue a la pelota, y eso cantado por el colectivo, ya resignificó la letra.
N: ¿Qué son esos libritos que tienes ahí?
CAN: Son “Diccionarios Salseros” que traje de Colombia.
N: Qué maravilloso. A ver. Bonche: “Rumba en la que todos bailan, hasta que se rompa el cuero”.
Podés seguir a ¡qué salgan las bestias! en su página de Instagram. https://www.instagram.com/quesalganlasbestias/
Este viernes 12 de agosto, de 22 a 5, en Espacio Simona (Alvarez Thomas 661), podés ser parte de esta propuesta única. Entrada ARG$700, incluye orquesta y clases.