Por Marina Leone y Laura Salomé Canteros / Foto: Veinticuatrotres
Tras cinco años de búqueda de justicia, comienza en los Tribunales de Lomas de Zamora el juicio por el femicidio de Ornella Ragno. El único imputado, Martín Romañach, llega libre y con denuncias de haber violentado a otras mujeres. Se espera una condena de 25 años de prisión.
Ornella Ragno tenía 20 años y vivía en Lanús, sur del conurbano bonaerense. El 12 de febrero de 2013 se encontró con Martín Romañach, a quien había conocido a través de las redes sociales. Era la segunda vez que se iban a ver, él la citó para que lo ayude a cuidar a su abuela que estaba accidentada y ella aceptó de buena fe.
Esa noche, Ornella le dijo a su padre, Daniel, que se quedara tranquilo, que se iba a juntar con un amigo y que iba a volver temprano. Sin embargo, según consta en la reconstrucción del hecho, Martín la llevó al octavo piso del edificio -una suerte de terraza inhabilitada-, de donde ella “cayó” y murió, producto de las heridas que le provocó el impacto, en horas de la madrugada.
Daniel Ragno fue notificado de la muerte de su hija, Ornella, nueve horas más tarde. Romañach había denunciado el hecho ante la Comisaría de la zona. Presentaba marcas de rasguños y golpes.
Cinco años después comienza, en los Tribunales de Lomas de Zamora, Buenos Aires, el juicio oral y público por el femicidio de Ornella Ragno. La primera audiencia será el lunes 12 de marzo a las 10. La carátula es “homicidio agravado por violencia de género”, y el proceso lo llevará adelante el Tribunal Oral en lo Criminal 7. Muchas pruebas fueron “extraviadas” y varias son las denuncias de que Romañach, que llega al juicio en libertad, no solo violentó a Ornella, sino que otras también padecieron sus violencias física y psicológica.
“Cosa de chicos”: tras el femicidio, el circuito de la violencia institucional
Tras la masiva marcha que visibilizó el jueves 8 de marzo, el segundo Paro Internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans, las violencias machistas y una de sus máximas expresiones, el femicidio, son cada vez más repudiados en esta sociedad que pretende cuerpos y subjetividades libres. Sin embargo, para quienes luchan día a día por haber sido violentadas, o quienes llevan adelante la voz de quienes ya no pueden defenderse; el acceso a la justicia y la reparación aun son derechos pendientes.
“Siempre se trató de desacreditar la imagen de ella, es cosa de chicos me decían. Se respetó más al victimario que a la víctima”. Con estas palabras, graficó los cinco años que pasaron desde el femicidio hasta el inicio del juicio, Daniel Ragno, padre de Ornella. Contó que en los primeros tiempos iba al juzgado todos los días a conocer los avances de la investigación, que muchas veces no obtenía respuestas y que otras le comunicaban retrocesos como el extravío de pruebas. “Ellos pensaban que yo me iba a cansar, que me iba a ir a mi casa, pero no”, contó con una foto de su hija entre las manos.
Daniel Ragno afirma que el imputado se niega a declarar y que no entiende cómo la causa, que estuvo a punto de cerrarse, no avanzaba. “Hicieron todo para que no se esclarezca”, afirmó, “el problema es que vivimos de estadísticas”, agregó sabiéndose luchador, “pero poné una al lado de la otra y vas a ver el largo camino de mujeres muertas que hay. Para el Estado Ornella es un número. Yo quiero que Ornella sea una bandera para que no haya más Ornellas. Que [las mujeres] puedan vivir tranquilas, desarrollarse en paz”.
“Somos tu voz. Somos tus gritos que exigen justicia”
A la par de los rastros que dejó Ornella cuando se defendió de la agresión de Romañach y de la lucha de su padre en la búsqueda de condena, hay otras mujeres que se vuelven fundamentales en esta historia acallada. El testimonio de Claudia, por ejemplo, fue clave para que la causa judicial retomara impulso. Ella fue novia del imputado por casi un año y declaró, al igual que otras, que tuvo que soportar de su parte violencias psicológica, fìsica y sexual, según la Ley de Protección Integral.
A pesar de las amenazas que recibió, Claudia se mantuvo firme todo este tiempo gracias a la plena convicción de que Ornella merece justicia. Porque ella también vivió las violencias de Romañach en su propio cuerpo. Por eso, ensaya y le dedica unas palabras pensando en ella, hermanándose en la lucha que es la de todas. “Acá estamos quienes luchamos a lo largo de estos cinco años”, le escribe Claudia a Ornella. “48 horas faltan para el comienzo de lo que será tu juicio. Creo que jamás te hubieses imaginado hasta dónde ibas a llegar. Y todo lo que lograste aunque no te podamos ver ni escuchar”, agregó.
“Somos tu voz, tus ojos y tus oídos. Vos fuiste el motor y la fuerza que nos impulsó a desenmascarar a tu asesino, a acorralarlo entre las cuerdas”, siguió Claudia, “caminamos juntas de la mano, saltando los obstáculos que nos ponía el patriarcado”, y finalizó, hablándole no solo al poder judicial sino también a toda una sociedad que de a poco aprende a dejar la indiferencia y asociar a las mujeres con la vida y no con la muerte, “Ornella, somos tus gritos que exigen justicia”.
El lunes 12 de marzo comienza el juicio en los Tribunales de Lomas de Zamora. Familiares y amigxs convocan a concentrar allí para apoyar la causa y exigir justicia por Ornella. “Por ella y por todas las víctimas que padecieron a Martin Romañach”. Más información en: https://www.facebook.com/events/215218589056009/