Por Ignacio Pérez. Federico Bravo llegó desde Córdoba hace cuatro años para jugar en Boca. De la mano de Carlos Bianchi, comenzó a afianzarse en la primera xeneize.
Cordobés de pura cepa, Federico Bravo nació en Jesús María hace 19 años. Después de hacer casi toda su formación juvenil en Racing de Nueva Italia, en la capital provincial, llegó a Boca en 2009 para jugar en séptima división. Desde el regreso de Carlos Bianchi comenzó a tener posibilidades con los mayores y, aprovechando las lesiones y los bajos rendimientos de Cristian Erbes, Leandro Somoza y Ribaír Rodríguez, se afianzó en el puesto. Después de jugar su primer Superclásico y de cara a la vuelta de la Libertadores frente al Corinthians, le contó a Marcha sus sensación en este momento.
-¿Cómo fue que llegaste a Boca?
-Jugando en un torneo de selecciones, allá en Córdoba, en la ciudad de Embalse. Con el equipo en el que jugaba tuvimos la posibilidad de llegar a la final y tuve la suerte de ser la figura del torneo. Entonces gente de Boca, de River y de muchos clubes de Buenos Aires me invitaron a probarme. Al primer club que vine fue a Boca y tuve la suerte de quedar y como ví que era un club tan bien organizado, me quedé.
-¿Fue complicada la decisión de alejarte de tu familia para venir a jugar al fútbol a Buenos Aires?
-Sí, seguro. Tengo la suerte de tener una familia que siempre me apoyó. Fue difícil pasar de una ciudad de 40.000 habitantes a lo que es una capital de un país, pero de a poco fueron pasando los años y me pude ir adaptando.
-¿Qué pasó por tu cabeza cuando te comunicaron que ibas a jugar en el torneo de verano con la Primera?
-Fue una sensación muy linda. Desde que estoy en Boca esperaba ese momento y cuando me comunicaron que iba a viajar con el plantel fue una alegría muy grande, para mí, para mi familia y todos mis seres queridos.
-¿Qué sentís al saber que estás prácticamente afianzado como titular, reemplazando a un jugador de trayectoria como Leandro Somoza?
-No, no creo que sea titular. Tengo muchos jugadores arriba. Se me dio por lesiones de otros compañeros. Sé que tengo 19 años y todavía tengo muchas cosas que aprender y otras por mejorar. Trato de día a día imitar a los compañeros de bastante experiencia para ir mejorando e ir agarrando más ritmo de Primera.
-¿Es difícil jugar en Boca, teniendo en cuenta lo importante que es el club y la cantidad de hinchas que tiene? ¿Sentís algún tipo de presión?
-Y, más vale que es difícil jugar en Boca. Es un club muy grande, pero uno con el tiempo se va adaptando, porque se formó acá y desde chicos te inculcan lo que es Boca y eso te ayuda a saber manejar mejor las situaciones difíciles. Pero intento tomármelo con calma, tranquilo. Soy consciente de que con sacrificio y esfuerzo se puede todo.
-¿Qué sensaciones tuviste al jugar el superclásico contra River?
-Y, fue una experiencia muy linda. Es el partido que todo el mundo quiere jugar. Es el clásico más importante de Argentina y de los más importantes del mundo. En el partido traté de pensar sólo en el juego y de tratar de hacer lo mejor durante los 90 minutos. Una vez que terminé estaba muy contento. No por el resultado, sino por esta experiencia que había vivido.
-¿Cuál es tu máximo sueño en el fútbol?
-Y, por ahora el máximo sueño que tengo es afianzarme en la primera de Boca. Como decía recién, Boca es un club que me ha brindado muchas cosas desde los 15 años que llegué desde Córdoba. Y todo esto que me dio, quisiera devolvérselo algún día adentro de la cancha. Por ahora no pienso en irme al exterior ni nada de eso. Igual, obviamente todo jugador sueña con estar en la selección de su país. Eso sí sería algo muy lindo.
-¿Qué mensaje le querés dejar al hincha de Boca?
-Y, decirle que tenga un poco de paciencia. Sabemos que no estamos pasando por el mejor momento, pero estamos trabajando para revertir esta situación. Todavía estamos en la Copa Libertadores y con el resultado al favor y vamos a tratar de definirlo en Brasil y seguir en la competencia.