Por Vivian Palmbaum – @vivi_pal
En la tarde del sábado 20 de enero, en Adrogué, se realizó el 1º Encuentro Latinoamericano de Propuesta Tatú: “Utopía al hombro”. Presentar el trabajo por la salud comunitaria, que se realiza en distintas latitudes de nuestra región, como una iniciativa que se multiplica, como legado del Che y como una batalla por la humanidad, tal como lo señalara Fidel Castro: soldados de batas blancas. Asistieron al encuentro vecinos de barrios populares, representantes de la iniciativa de distintas regiones, delegaciones de organizaciones sociales y políticas y el embajador Cubano, Orestes Perez Perez.
Propuesta Tatu es una experiencia realizada por médicas y médicos egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) en Cuba. “Tratar de que llegue la salud a los más humildes, es lo que nos enseñaron en Cuba”, con estas palabras inició la presentación la Dra. Celia Espinoza, una de las fundadoras de Tatu-3. Con Gino Straforini, otro de sus fundadores y coordinador de Tatú, hace casi 12 años se pusieron al frente de este proyecto que se inició en distintos barrios carenciados, donde el acceso al derecho a la salud es inexistente y las condiciones de vida extremadamente precarias. Hoy Propuesta Tatú está radicada en el Barrio 14 de Febrero de Longchamps, desde hace más de 10 años. Desde allí la iniciativa se multiplicó a distintas regiones: Santiago del Estero (Argentina), Chile, Perú, Guatemala, Honduras, Ecuador.
Tatu
Llevar ayuda a las “otras tierras del mundo que reclaman la contribución de mis modestos esfuerzos” escribió el Che en su carta a Fidel Castro, en ocasión de los numerosos contactos con los dirigentes progresistas africanos. Cuando el Che llegó a Tanzania el 11 de abril su optimismo estaba justificado. Cuba había enviado al Congo, a través de este país, a los combatientes cubanos negros, por una parte “para confundir al enemigo” y por otra para sensibilizar a estos combatientes hacia una lucha que debía desafiarlos por “solidaridad internacionalista” ya que África era su continente de origen. El Che era entonces el único blanco que participaba en esta lucha. Para encubrir su identidad -y su importancia- hicieron de todo para volverlo invisible a los ojos y oídos de los servicios secretos imperialistas. Desde que llegó a Tanzania el Che se convirtió en “Tatu”. Tatú es el seudónimo que toma el comandante Che Guevara.
Marca Cuba: “soldados de batas blancas”
Viviana Caballero, médica de Propuesta Tatú en 14 de febrero, presentó el trabajo mancomunado que realizan. Aludió a la presencia del Che como médico pionero en el trabajo voluntario que tanto promovió en Cuba. Expresó que a cambio “recibimos de los niños y los adultos mucho amor, del que nos nutrimos, y llevamos adelante nuestra tarea en una población tan vulnerable y necesitada con un estado ausente”.
En una toma de tierras muy pobre, con una población sin agua potable ni cloacas, sin cobertura médica de ningún tipo y con una población casi sin trabajo, donde solo hay algunos que tienen algunas changas. “La salita donde ejercemos se llama Miguel Enriquez en homenaje al médico chileno del MIR”. Viviana afirmó: “con el trabajo voluntario, encuentro en Tatu un espacio donde ejercer la medicina de manera solidaria, no mecanizada y de manera interdisciplinaria, que además se sostiene en el tiempo con el esfuerzo de todos los compañeros médicos y no médicos que comparten una visión del mundo menos desigual y más justa”. “Hay barreras económicas y geográficas en el acceso a la salud”, enfatizó la médica.
Sandra Leticia Ibarra Acostas, otra de las médicas egresadas de la ELAM, nos cuenta el sentido de la experiencia inicial en Cuba: “Cuando llego a Cuba lo hago con un solo apellido, como la mayoría de los argentinos y latinoamericanos y allí comienza un cuestionamiento de porque llevo solo el apellido paterno y que ha pasado con la madre, si ella vive. Entonces en el carnet de identidad que me hacen en la escuela de medicina es la primera vez que aparece el apellido de mi madre en los registros.
¿Para qué sirve una utopía? Para seguir caminando decía Eduardo Galeano, así lo propone la trabajadora social Belén Rodríguez, del 14 de Febrero, que también relató su experiencia. En el trabajo que hacen de orientación y asistencia se destaca la necesidad de la presencia de referentes que conozcan las realidades y las situaciones problemáticas que se atraviesan en el barrio, y con quienes se puede empezar a pensar estrategias de intervención cuando las situaciones quedan silenciadas en el ámbito doméstico. “Tenemos el compromiso para trabajar con las mujeres del barrio para desnaturalizar la violencia machista, para obrar en la asistencia, prevención, asesoramiento y también en el posterior seguimiento de esta situación. Es muy importante el trabajo interdisciplinario”. Además se trabaja en conjunto con un programa de la UNLa, con un relevamiento en el último asentamiento que se produce en uno de los límites del barrio. “Quienes somos hijos de la educación pública tenemos un compromiso con el trabajo voluntario” expresó.
“Vamos a subir a la altura de un obrero”. Una experiencia que se multiplica en distintas regiones.
Alma Zacarías, la médica pediatra guatemalteca, trajo un saludo en su lengua nativa maya: muy buenas tardes, señor, señora, niños y muchas gracias a la tierra y a los abuelos, a la dadora de vida, la “abuela Isyucané”. “Vengo en representación de un grupo pequeño que estamos trabajando en la zona de Quetzaltenango al oeste del país. Somos un país pequeño, tenemos 18 millones de personas, el 60 % de la población es indígena maya, con sus variantes regionales. Nuestra cosmovisión es rescatar la vida en todas sus dimensiones, desde el agua, la tierra, la semilla, la tierra, los arboles. Creemos que todo tiene vida y que por lo tanto así como es respetada la vida humana deben ser respetadas las expresiones de vida independientemente del tiempo que tenga de existencia el tiempo de los sujetos. Nuestro esfuerzo por la niñez es porque pensamos que todo tiene que girar en torno a la niñez y con ello es inherente los padres, los hermanos, tenemos una concepción de comunidad vinculada a la familia no solamente como la sagrada familia sino que consideramos que la familia son los hermanos que nos va poniendo la vida con sus nuevos desafíos”. Con el abordaje comunitario, que toma en cuenta la cultura de pertenencia de la comunidad, las dificultades de acceso a la salud y el sentido de pertenencia de los pueblos originarios, la médica nos introdujo en la práctica voluntaria que llevan adelante. Además nos acercó los elevados índices de mortalidad materna, en función de la pertenencia de clase social. “Es un Tatu dirigido a la niñez y a lo que ellos consideren en ese momento que es su familia. Estamos trabajando en acciones que beneficien a la niñez en situación de calle y niños trabajadores”, expresó.
Richard Villalba, médico graduado de ELAM, lleva adelante su práctica en los Juries, Santiago del Estero, su tierra natal. Los Juries está en el departamento Taboada, en el límite con Santa Fé (noreste) a 250 km de la capital provincial. “Logramos insertarnos en la salud pública de mi ciudad, compuesta por 250 mil habitantes, una población campesina. Empezamos en diciembre de 2016, allí nos sorprendió el analfabetismo, no lo habíamos visto en ningún lado, gente que no sabía que día había nacido, no sabía su número de documento, la mama que no sabía que día cumplía años el nene. Vimos como principal problema el analfabetismo con el que teníamos que lidiar, por el tema de las prescripciones medicas, las indicaciones que no se cumplían. Así empezamos a trabajar con el programa Yo Si Puedo”. Alfabetizar para comenzar a hacer la práctica de la medicina social, una tarea que lleva adelante Richard junto a su compañera Sandra Leticia Ibarra Acostas que viene del trabajo en Haití con los afectados por el terremoto.
“Propuesta TATU nació al calor del Che”
La actividad finalizó con las palabras de Gino Straforini, coordinador de Propuesta Tatú y el embajador cubano Orestes Perez Perez.
El Embajador de Cuba, agradeció el esfuerzo de Gino Straforini y la presencia de graduados de la ELAM, quienes “son parte de un esfuerzo grande que hizo la Revolución y lo va a seguir haciendo, por formar personas capacitadas que puedan ayudar a sus pueblos, a las personas más desposeídas y necesitadas”. El embajador destacó la presencia del espíritu del Che en el evento: “está el Che, con su sabiduría, con su inteligencia, con su altruismo y entrega”. Además fue infaltable la mención a la figura de Fidel Castro: “está Fidel, el precursor de la ELAM, maestro de muchas generaciones de cubanos, quien pensó siempre que un mundo mejor es posible”.
Por su parte, Gino Straforini manifestó que “Propuesta TATU nació al calor del Che”. “Aprendimos de los cubanos qué era la solidaridad, con la ayuda brindada, desde los primeros años de la Revolución, a Chile, Argelia, Ucrania, Angola, entre otros países”. Destacó la fundación de la ELAM como un gesto de compartir lo que la Revolución tenía y no lo que les sobraba con los pueblos de Latinoamérica y el Caribe. Anunció que el documento acordado en el encuentro reclama el levantamiento del bloqueo de EE.UU. contra la isla y la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo.
Sentir que el otro es el semejante para que esta sociedad sea un poco más equitativa, ese es el mayor y mejor producto que exportan fuera de la isla, las y los cubanos, una enseñanza que el capitalismo inhumano ha dejado de lado. No es una consigna sino que es una realidad, no es un idealismo, ni un espejismo sino una práctica que se lleva adelante cotidianamente en los territorios más humildes, y más abandonados por el sistema y los gobiernos, donde las y los que viven son considerados seres humanos.