Por Sergio Álvez*
Cobran 2400 pesos por mes y están obligadas y obligados a realizar todo tipo de tareas. No tienen aguinaldo ni obra social familiar. Recogimos sus testimonios para mostrar una realidad que enfrentan cotidianamente.
Las y los promotores de Salud dependientes del Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Misiones son 1150 pero ningún trabajador o trabajadora de la Salud Pública en la Argentina tiene un salario inferior al que ellas y ellos perciben. Actualmente tienen un “sueldo” de 2400 pesos por tareas que, en teoría, deberían ser de cuatro horas diarias pero por la fuerte explotación laboral que pesa sobre el sector, llega a ser de hasta de diez o doce horas diarias.
Esta remuneración –que equivale a 30 pesos por hora de trabajo– representa apenas un tercio del Salario Mínimo Vital y Móvil y menos de una quinta parte de lo que necesita un hogar para acceder a la Canasta de Consumos Mínimos establecida por la Junta Interna de ATE INDEC en un reciente ejercicio técnico. Además de salarios de hambre, el sector padece una fuerte precarización laboral, sobrecarga horaria, asignación de tareas impropias, falta de indumentaria e insumos suficientes y persecución laboral para evitar la organización colectiva.
Origen y arquitectura de la precarización
En 2005, el Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Misiones implementó la figura del “promotor de salud”, bajo una concepción que desde el vamos negó la condición de trabajadores al sector. Bajo la excusa de desplegar una estrategia de formación y capacitación, el Estado provincial incorporó una masa laboral que hoy alcanza las 1150 personas, consideradas “becarias”. Desde esta figura engañosa, se ejecutaron y ejecutan verdaderas calamidades laborales. La primera injusticia que remarcan es salarial. “Yo hace diez años soy promotora de salud. Como a todos, nos prometieron que nos iban a pasar a planta permanente. Pero eso nunca pasó, son muy poquitos los que pasan. El resto trabajamos entre siete y diez horas por día por un sueldito que hoy de 2400 pesos, sin aguinaldo”, cuenta una promotora de la zona sur. Su caso se repica de a cientos.
La gran cantidad que se mantiene dentro del sistema de beca contradice, incluso, el marco normativo –Programa de Formación de Agentes Sanitarios– que determina la necesidad de incorporar a las y los promotores a un régimen más digno. “Muchos nos formamos, nos capacitamos, incluso hay quienes están en la universidad, pero pasan los años y nos siguen explotando y pagando como becarios cuando claramente somos trabajadores de Salud Pública”, indica otro de los promotores con los que conversamos.
Un régimen de explotación que se profundiza
En teoría, un promotor de salud debería realizar tareas durante cuatro horas por día, cinco veces a la semana. Dos de estas horas diarias debe desempeñarse en tareas específicas- que no tendrían que ser la de enfermería u administrativas- en hospitales o Centros de Atención Primaria y las dos restantes en “terreno”, es decir, en interacción con la comunidad en los barrios o colonias.
Sin embargo, la acuciante y dramática falta de personal que se evidencia en todos los ámbitos de la Salud Pública Provincial desvirtuó de tal manera la carga horaria y las tareas de los promotores de salud, hasta alcanzar un régimen de explotación laboral que –según detallan las y los trabajadores consultados– se viene profundizando cada vez más. “Con toda claridad señalamos que lo que Salud Pública está haciendo es usar a los promotores de salud para tapar los agujeros que tienen los hospitales y CAPS por falta de personal. Nos mandan a hacer trabajos de enfermería, cubrir licencias de enfermeras sin que nos paguen por eso, hay compañeras que hacen Inmunizaciones y muchas que hacemos tareas administrativas cuando eso no es lo que corresponde. Todas estamos destinadas a hacer cosas que no tienen que ver con lo que establece el régimen sino a cubrir huecos. Por eso, esto se fue convirtiendo en un régimen de explotación. Todos los días se supera las cuatro horas establecidas y eso no se reconoce”, advierten.
Aunque el propio Ministerio de Salud Pública en su página oficial establece que los promotores “se han convertido en el eje principal de la Atención Primaria de la Salud en Misiones y, sobre todo, en el nexo real entre el Estado y la Comunidad”, el desapego de la cartera sanitaria para con las condiciones decentes de trabajo no se limita a la cuestión salarial y a las formas de contratación. Además, las y los promotores padecen la falta de indumentaria adecuada y de insumos básicos para el desarrollo de su tarea. “Tenemos compañeras que tienen que andar por las picadas en alpargatas por falta de un buen borceguí o un calzado adecuado. Lo único que nos dan es una chaquetilla que ni bolsillos tienen. Hay promotoras que se mandan a hacer su propia camisilla con bolsillo, y que se tienen que comprar su propia conservadora para transportar vacunas porque no nos dan ningún elemento. Muchas veces faltan insumos básicos pero nos mandan a trabajar igual” denuncian desde el sector.
Uso partidario y persecución
A la sobrecarga horaria por asignación de tareas impropias que afecta a los promotores de salud de Misiones, se le suma una obligatoriedad que realmente lesiona la dignidad de estos trabajadores. “Nos obligan a ir a cada acto político, a cada acto de campaña, a inauguraciones, a ir a aplaudir a los políticos de la Renovación. Eso no es parte de ninguna capacitación ni de nuestro trabajo pero al que no va le sacan el sueldo o le amenazan con echarle. Nos usan para hacer número” indican.
Por otro lado, y ante un decidido intento de organización colectiva del sector, hay trabajadoras que vienen recibiendo el hostigamiento de autoridades. “Queremos organizarnos, queremos agremiarnos y luchar por lo que nos corresponde y lo vamos a hacer. Pero estamos recibiendo amenazas, presiones. Ellos no quieren saber nada que nos organicemos porque saben que si nos organizamos vamos a luchar para terminar con esta explotación. Somos el sector más explotado en la provincia y el país. Y queremos cambiar eso” aseguran.