Por J. M. D. S*. Luego de tres años en la B Central revivió; le ganó a Newell´s y salió de los puestos de descenso.
Más de tres años tuvieron que pasar para que estos dos gigantes del fútbol argentino se volvieran a encontrar. Rosario Central y Newell´s reeditaron un clásico que fue emocionante de principio a fin. En la semana se palpitaron todas las sensaciones que se pueden esperar en un encuentro de tal magnitud: ansiedad, nervios y entusiasmo.
Los simpatizantes leprosos demostraron el apoyo para su equipo con un banderazo imponente en pleno estadio, mientras se producía el entrenamiento de los muchachos de Berti. Casi treinta mil personas se dieron cita para alentar a Maxi Rodríguez y compañía ante la imposibilidad de asistir al Gigante de Arroyito. Por el lado de Central, se destacó la tranquilidad que transmitían Abreu y Miguel Russo con sus coherentes declaraciones y sus análisis sesudos sobre lo que significaba el clásico y fundamentalmente intentando desdramatizar.
Fue muy destacable la predisposición de ambos planteles para juntarse a jugar un “picadito” en uno de los barrios más humildes de Rosario. Igualmente, y por los antecedentes recientes (se llegó a suspender un partido amistoso por incidentes, semanas antes de llevarse a cabo) se dio un operativo de seguridad sorprendente: casi dos mil quinientos policías afectados exclusivamente al encuentro. Repartidos en zonas estratégicas, en el Gigante y en lugares aledaños. Y con todos estos ingredientes a cuestas, por fin llegó el domingo.
Y se dio lo que se podía imaginar de un lado y del otro: Newell´s con su porte vistoso, de circulación de pelota y paciencia para construir la jugada adecuada. El “Barcelona” de cabotaje no traiciona nunca su idea, menos aún ante el rival de siempre. Central no se amilanó en ningún momento y empujó constantemente hacía el arco de Guzmán. Con sus argumentos, con la presión como estandarte y las ganas de sus once jugadores para pelear cada pelota dividida como si fuera la última. La orden de Russo era clara: estar atentos en defensa y en el medio, pero lo fundamental era tapar a los dos laterales del rival: Cáceres y Casco. Por eso, el trabajo tanto de Lagos como de Encina fue clave. Encimando, presionando y atacando en todo momento.
A los 11 minutos Donatti de cabeza decretó la apertura del marcador luego de un tiro libre. La alegría duró poco; Maxi Rodríguez demostró toda su categoría definiendo de manera notable un gran pase de Figueroa, la pelota dio en el palo y La Fiera la empujó a la red. El empate envalentonó al visitante y de tanto insistir tuvo dos chances clarísimas que desaprovecharon Pablo Pérez y Muñoz. Y Central volvió a golpear en el momento menos pensado. Luego de un forcejeo entre Luna y Víctor López, el Chino cayó y casi sin quererlo le dio una asistencia magnífica a Encina quien definió con gran tranquilidad.
Newell´s siguió atacando y casi lo vuelve a empatar de la mano de Figueroa. El segundo tiempo le permitió al local acomodarse mejor en el campo y con la ventaja conseguida se volvió más fuerte en defensa y siguió peleando cada pelota con una actitud ponderable. Trezeguet ingresó para darle algo de peso a la buena elaboración y tenencia de pelota de Newell´s, pero la profundidad deseada jamás se hizo presente. Central jugó de manera inteligente y buscó la contra que le posibilitara definir el pleito. Sebastián Abreu ingresó por Luna y con toda su experiencia casi liquida el partido pero Guzmán le cerró el arco. Caranta por su parte, no tuvo mucho trabajo pero se mostró muy seguro ante cada centro que le llegó.
La gente enloqueció en las tribunas y la alegría contagió a todos los presentes. Tanto sufrimiento luego de tres años en la B Nacional, las cargadas rivales, quedó sepultado luego de un triunfo que invita a soñar. El equipo volvió a mostrar un buen rendimiento y salió de los puestos de descenso, la preocupación máxima de Russo por estos días. “Central es un club grande que se merece esto. Hacía tiempo que no teníamos una alegría como ésta. La gente venía golpeada por los años que pasó en la otra categoría y por eso disfrutamos este momento”, expresó un satisfecho Miguel Russo en la sala de conferencias. Por el lado del Leproso, queda la resignación y la tristeza por una derrota muy dolorosa, pero que igualmente lo deja puntero en el torneo y las ganas de revancha para la próxima fecha. Lo más importante es que se volvió a vivir un partido histórico entre dos equipos que pertenecen a la elite del fútbol argentino.
*Juan Manuel De Stefano