María Etchevers (*). El pasado fin de semana se realizó el primer Encuentro de Mujeres de Uruguay en la ciudad de Montevideo (EMU) que contó con la presencia de mujeres de varios departamentos de Uruguay, entre ellas mujeres del pueblo Charrúa y afrodescendientes, así como también participaron mujeres de Brasil, Chile, Perú y Argentina.
Las rondas se llevaron adelante en tres instancias sucesivas y estaban organizadas en torno a un eje específico: educación, trabajo, salud, salud sexual y reproductiva, aborto, feminicidios, situación económica, violencia patriarcal, organizaciones sociales y políticas, colonialismo y etnias, derechos humanos, defensa de los bienes comunes, mujeres y trabajo, cultura y prácticas artísticas, comunicación y tecnología, feminismos, maternidades, adolescentes y jóvenes, sexualidades, cuerpos, privación de la libertad, trabajo sexual y explotación sexual.
Considerando que la violencia machista es a común a todos los espacios, la respuesta desde el movimiento feminista organizado es trasversal. Algunas de las reivindicaciones por las que se proclamó fueron, la perspectiva de género en los planes de estudios de todos los niveles educativos. Mediante la cual revisar y abandonar todos los presupuestos epistemológicos con los que se imparte la enseñanza y se reproduce la cultura patriarcal, despejando a las ciencias y a la enseñanza de prejuicios sexistas. A su vez, se exigió el cumplimiento con la paridad de género en los ámbitos de representación política y sindical e incluir en las agendas de las organizaciones políticas, sociales y sindicales la agenda feminista como parte importante y necesaria de las mismas.
Por otro lado se consideró la importancia de la creación de protocolos contra la violencia de género en todos los espacios institucionales y laborales, para tener las herramientas necesarias para actuar con velocidad y eficacia ante los múltiples casos que se presentan de abusos, acosos y violencias ya que muchas veces las mujeres no saben o no tienen a dónde recurrir en estas situaciones. Como así también la ley de cupo laboral trans, el respeto y cuidado de los bienes comunes. Del mismo modo el pedido reconocimiento y protección estatal a los pueblos originarios históricamente desplazados, masacrados y violentados por los Estados nacionales también fue central a la hora de unificar los reclamos, al día de hoy Uruguay se reivindica como territorio “sin indios” mientras que existen 76 mil personas que se autoperciben y autodeclararon como descendientes de pueblos originarios, especialmente del pueblo Charrúa.
Todas las mujeres, todas las voces
Sofia, es integrante de la comisión organizadora del EMU al preguntarle sobre el encuentro explicó “nosotras nos vinimos del Encuentro de Mujeres de Argentina del año pasado en Rosario con una fuerza tremenda, con una energía gigante. Las mujeres necesitamos escucharnos, compartir y deconstruirnos para enfrentar la violencia que vivimos en toda América Latina. Por eso decidimos organizar el primer encuentro de mujeres del Uruguay”. Y ante el actual contexto uruguayo reflexionó “las leyes son muy frágiles y nosotras como movimiento social tenemos que buscar la forma de unirnos y que las cosas se cumplan para que no haya mujeres que, habiendo una ley, tengan que pasar por una situación de vulnerabilidad”. En ese contexto, como organizadora del encuentro expresó “nosotras tenemos que generar estos espacios donde unirnos para transformar la realidad. Así fue que nosotras consideramos que este Encuentro es una de esas instancias fundamentales.”
Por su parte Julia, es integrante de la comunidad de afrodescendientes de Uruguay y a la hora de hablar del EMU nos decía “soy afrodescendiente de Rivera, estoy acá reivindicando nuestros derechos: que las mujeres también tenemos voz. En la organización de afrodescendientes luchamos por la igualdad, la salud, la educación y la vivienda”. “Que todas las mujeres seamos reconocidas en igualdad y derechos” finalizó.
Desde Argentina y otros países, cientos de mujeres se acercaron a compartir esta nueva experiencia en Uruguay, es así que Malena militante de Agite Rebelión relató para Marcha “participé de la ronda de cultura y arte donde se hizo especial hincapié en la necesidad de ocupar más espacios, romper estructuras, desnaturalizar situaciones que aparecen como dadas, potenciando nuestra capacidad creadora y transformadora”. En ese sentido afirmó “el arte y la cultura como herramienta de transformación, levantar la voz no sólo hacia el afuera de los colectivos sino poder prefigurarla hacia el interior.”
América Latina va a ser toda feminista
El domingo se realizó la marcha desde Plaza Independencia hacia la explanada de la Universidad en donde se leyó la proclama y se dio cierre al encuentro con música, poesía, rap y murga.
En toda Latinoamérica el avance de políticas de ajuste y precarización de la vida de los pueblos recae fuertemente sobre las mujeres ya que somos quienes más sufrimos la explotación, la desocupación y la pobreza. Nuestros trabajos están peor remunerados, más precarizados, el trabajo doméstico no reconocido y las políticas de género son las que más recortes sufrieron por los gobiernos de la región. Ante estas situaciones las mujeres nos encontramos, construimos redes y espacios propios, nos organizamos y damos pelea todas juntas como sucedió el pasado mes de Octubre donde más de 70 mil mujeres de Latinoamérica compartimos tres días en Chaco para discutir, intercambiar y marchar por nuestros derechos. Así como también se va a estar realizando el 14º Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe los próximos 23, 24 y 25 de noviembre en Montevideo.
El feminismo, los feminismos crecen, se expanden y multiplican por toda Latinoamérica, son semilla, somos semilla; hermanadas, juntas, nos encontramos, nos escuchamos, nos abrazamos, compartimos, caminamos, gritamos, no bajamos los brazos, estamos seguras que vamos a transformar la realidad porque ya lo estamos haciendo.
(*) Militante del Frente Popular Darío Santillán y Agite Rebelión.