Por Lucrecia Fernández, desde Córdoba. Una vez más la policía de Córdoba es noticia por casos de gatillo fácil. En menos de una semana, los jóvenes Miguel Ángel Torres y Alberto “Guere” Pellico fueron asesinados por el accionar impune de la policía y la impericia de la justicia.
I
Dudas, armas que no aparecen, datos que no encajan y versiones contrapuestas de los testigos en relación a la declaración de la policía, son el escenario actual en la ciudad de Córdoba. Por contraparte, la bronca y el dolor de familiares y amigos no encuentran consuelo.
El viernes 18 de julio a las 20 horas Miguel Ángel Torres de 32 años fue asesinado de dos disparos en el pecho cuando salía de una librería en el barrio San Roque al sur de la ciudad de Córdoba. El autor de los disparos era un comisario dueño del local que lo esperaba en la puerta. Pasaron más de 12 hs cuando un policía forense tocó la puerta de la casa de la familia Torres: debían ir a la morgue a reconocer el cuerpo de Miguel. “Al llegar a la morgue no nos dejaron entrar a ver el cuerpo, parecía un chiste de mal gusto” denuncia Sandra, hermana de Torres y agrega: “solo accedimos al cuerpo cuando lo entregaron en el cajón para el velatorio. Tenía la cara toda golpeada y un tajo en la cabeza. A mi hermano lo fusilaron y nadie nos dice nada”.
Sandra y su familia, que aún aguardan respuestas de parte de la Policía y sin poder comprender lo que sucedió decidieron cortar ayer la intersección de Ruta 20 y Petirossi, a dos cuadras de donde sucedió el asesinato, “para exigir justicia porque a Miguel lo mataron como a un perro”.
Allí se encontraron con familiares de otros jóvenes asesinados por la Policía durante este año. Las caras ya se conocen lamentablemente. Tanto Sandra como el mismo Miguel Ángel Torres, venían participando activamente de diversas movilizaciones en Córdoba contra el gatillo fácil y la represión en el pedido de justicia, entre otros para su sobrino, Lautaro Torres. Lautaro, es el joven de 16 años que fue asesinado el 13 de abril de este año por una mujer policía que le efectuó 4 disparos en la espalda. La versión policial del intento de robo e intercambio de disparos dista mucho de la versión de testigos oculares que se encontraban en el lugar y vieron a Lautaro correr, luego de 4 disparos. Ningún otro disparo más se efectuó esa noche, además de los que le dieron muerte al joven.
En solo tres meses la familia Torres se ha visto desmembrada por el dolor y ha sido víctima de la impunidad y brutalidad de la policía. El comisario que disparo quedó imputado de homicidio simple.
II
El sábado 26 de julio a la madrugada Guere y Maxi salieron en moto a comprar una gaseosa. Eran las 3 de la mañana cuando Guere manejaba sin su carnet de conducir. Maxi que iba de acompañante le señala un control policial en el barrio Los Boulevares al sur de la ciudad, el cual decidieron esquivar para que no les llevaran la moto.
Nunca hubiesen imaginado el desenlace de aquella decisión. “La policía nos empezó a perseguir sin sirena de alto y nos empezó a disparar” (así, directamente). “Sentí que un disparo me paso cerca de la cabeza, entonces me tiré de la moto”, relata Maximiliano Peralta, de 20 años.
Maxi salió en libertad el pasado domingo 28 a las 22 hs, luego de vivir el horror y la muerte. Alberto “Guere” Pellico, de 18 años, no llegó a tirarse de la moto. Antes lo encontró, una de las balas que dispararon a matar los policías que los perseguían. La bala impactó en su nuca. Sólo había pasado una semana del asesinato de Miguel Ángel Torres.
La odisea de Maximiliano
“Podría haber sido yo y no mi primo (Alberto). Me tiré de la moto cuando sentí el disparo cerca. Cuando caí al piso me di cuenta que tenía un disparo en la pierna. Pero estuve dos horas esperando la ambulancia y llegué casi desangrado al Hospital de Urgencias. Me tuvieron que hacer una transfusión y aunque pedí y pedí que me dejaran ver a mi familia, se negaron”, relata Maximiliano luego de salir en libertad. Fueron las primeras horas luego de que Alberto, su primo, se le muriera en los brazos.
Con la voz firme pero el rostro quebrado continúa: “Estaba solo, no sabía nada, solo tenía constantemente imágenes en la cabeza de Guere. Mientras estuve detenido no dormí nada, recién algo esta mañana por los calmantes” dice el joven que sólo se quebró cuando al mismo tiempo preguntó si todavía estaban velando a su primo y le dijeron que no.
Pero la impunidad en Córdoba no tiene límites y la justicia hace mucho por perpetuar el paradigma punitivo. Luego de salir del Hospital de Urgencias, Maxi fue trasladado y detenido en la Unidad de Contención de Aprehendidos Sur (UCA Sur), en el barrio Güemes de Córdoba. Fue acusado del delito de “resistencia a la autoridad”. Era el único testigo clave del asesinato de Pellico, estaba herido y asustado. Sin embargo, fue preso e incomunicado.
Durante casi 48 hs Peralta estuvo detenido. Aún con la presencia de un abogado, no se le permitió comunicarse ni con su letrado, ni con su familia. Entre el día sábado y domingo ninguna institución, ni la UCA Sur, ni la fiscalía de turno, brindaban información. Tampoco se sabía con exactitud la imputación, o la razón por la que Peralta seguía detenido. Recién alrededor de las 15 horas del domingo, representantes del Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos y de la Coordinadora Antirrepresiva de Córdoba junto a un abogado, lograron contacto con la ayudante del fiscal de turno quien manifestó que la imputación era de resistencia a la autoridad y que aunque era un delito excarcelable, “no tenían orden de liberarlo”
Fue por todos estos atropellos, que durante la tarde del día domingo organizaciones de DDHH se apostaron en la puerta de la UCA Sur para exigir la libertad de Maximiliano Peralta. “Como único testigo del asesinato de Guere, no solo no debería estar preso, sino que tememos por su seguridad” mencionó Agustin Sposato del Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos. “Al estar preso por la propia Policía que asesinó a su primo, agravada ante la situación de que está incomunicado. No nos dejan ingresar y sabemos que está herido. Es una vergüenza la impunidad con la que está manejando esta situación la Policía y la Justicia” agregó Sposato.
Por su parte, Matías Calderón de la Coordinadora Antirrepresiva mencionó en el mismo sentido que fueron alertados en tono amenazante de un posible traslado a Bower “si no nos retirábamos y si seguíamos llamando para pedir la libertad de Maxi”. Calderón aseguró que no hubo en ningún momento una explicación “de porqué estuvo detenido. Los abogados averiguaron y (confirmaron) que no tiene ninguna imputación que haga efectiva su detención. Fue secuestrado prácticamente”, concluyó.
La impunidad desmedida: nombres que no son sólo nombres
La postal punitiva y represiva en Córdoba está dejando el terrible saldo de un joven asesinado por mes a manos de la institución policial. Lautaro Torres, Ezequiel Ávila, Ezequiel Barraza, Cristian Guevara, Miguel Ángel Torres y Alberto Pellico son sólo algunos de los nombres de los jóvenes asesinados en lo que va de 2014 en Córdoba Capital. ”Los que hemos podido relevar por denuncias o porque salieron en los medios” relata Lucrecia Cuello del Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos. “Hay muchos más que no trascienden y quedan invisibilizados”, agrega.
Los policías Chávez y Leyva, quienes efectuaron los disparos que asesinaron a Alberto Pellico continúan libres. Durante el fin de semana trascendió en diversos medios y desde la propia fiscalía que se les había imputado por “homicidio grave calificado por el uso de arma de fuego”. Sin embargo, fue mentira. En las primeras horas de la mañana de ayer, cuando los familiares de los jóvenes se movilizaron hasta las puertas del Tribunal II, tomaron conocimiento oficial de que sobre los policías no recaía ninguna imputación.
Mientras Maximiliano estaba preso y Guere era velado y llorado por su familia, los oficiales de policía continuaban libres y sin cargo alguno. Como agravante, se hizo llegar información a la familia de Alberto, que Leyva habría participado en el asesinato de otro joven meses antes en el mismo barrio.
En la tarde de ayer, familiares y amigos del joven, organizaciones sociales y organismos de DDHH realizaron un corte en Av. La Voz del Interior y Bvd. Los Alemanes en Córdoba Capital, en reclamo de justicia y cese de gatillo fácil sobre los jóvenes.
Recién al cierre de esta edición, la fiscal a cargo del caso Pellico, Jorgelina Gutiez, imputó al policía Lucas David Chávez, chofer del móvil desde donde se efectuaron los disparos de “homicidio agravado por el uso indebido de arma de fuego”. El sargento Rubén Leyva, no ha sido imputado aún.