Por Ramón Raggio, desde Colombia. Tras cuatro días de trabajo y reflexión colectiva, el Foro Social Urbano Alternativo y Popular cerró con un documento programático de unidad frente al modelo neoliberal. Contundente demostración de fuerzas en la antesala de un nuevo paro.
Medellín fue el escenario en los pasados días de dos formas de ver el mundo y las ciudades. Los sectores del capital inmobiliario y financiero, junto a grandes empresas y sus representantes políticos, se dieron cita en sedes gubernamentales y privadas para planificar sobre “modelos sustentables de ciudad” en el marco del World Urban Forum 7.
En el mundo, más de 1200 millones de personas carecen de una vivienda y ambiente digno para vivir. Solamente en Colombia más de 13 millones de personas tienen vulnerado un derecho tan básico como el del acceso al agua potable y al saneamiento que garanticen condiciones higiénicas.
En la Universidad Antioqueña tuvo escenario el otro modelo de ciudad y mundo: el Foro Social Urbano Alternativo y Popular (FSUAP). Sus protagonistas tienen en común no solo el haber sido excluidos de la convocatoria de gobiernos y empresas, son también los que padecen a diario en las barriadas populares un modelo que los estigmatiza, persigue y excluye.
A puertas abiertas, y con una convocatoria de 2500 delegados de diferentes partes del país, participantes de organizaciones sociales, cívicas, comunitarias, políticas y gremiales –urbanas y rurales- se hicieron presentes en mesas y paneles de debate. Fueron parte también delegados de 30 países del mundo.
Ciudades donde quepamos todos
El FSUAP da cuenta de las problemáticas que vienen de largo en los territorios colombianos, tanto urbanos como rurales. Junto a esta iniciativa, experiencias como la Asamblea Mundial de Habitantes 2013, o como la reciente Cumbre Agraria, dan cuenta de un recorrido que viene de tiempo en el pueblo colombiano por encontrar maneras de organizarse para enfrentar las adversidades.
El encuentro pudo poner en común procesos y experiencias, logrando un documento programático de unidad frente al modelo de desarrollo urbano neoliberal, impulsado por los representantes del WFU7.
El FSUAP se manifestó por un “proyecto de ciudad fundamentado en la redistribución de la riqueza, los derechos humanos, medioambientales y de los bienes comunes”, enfatizando en que el nuevo modelo de ciudad se construye con “la responsabilidad de los habitantes de ser constructores y gobernadores reconocidos de los territorios, no meros clientes-usuarios”.
“Nos comprometemos con la lucha por la Paz, saludamos su búsqueda y le aportamos a esta construyendo una nueva ciudad para la vida digna”, agrega el documento, ya que los actores urbanos entienden que esta lucha va en función de ciudades que den cuenta de la justicia social. Para esto se reafirma la necesidad de exigir al “Estado y a los gobiernos en todos sus niveles el cumplimiento de los mandatos surgidos desde los sentires y saberes presentes en éste Foro”.
Las calles de Medellín se llenaron de colores. El martes, tras la lectura del documento, el Foro se movilizó desde Barrio Puerto Nuevo, comuna 4, pasando por Morabia, Carabobo y otras barriadas de la capital antioqueña. Una caminata de casi tres horas que dio a conocer con manifestaciones artísticas, intervenciones y cánticos que el derecho a la ciudad digna se conquista. La numerosa columna arribó al centro de la ciudad por vía oriental para finalizar en el centrico Parque Berrio.
Piso cada vez más alto
El Foro da cuenta de un avance concreto y sólido en la organización popular. Al tomar como eje específico de trabajo el movimiento social urbano se aglutina a una diversidad de identidades y líneas de trabajo que permiten la expresión de un elemento novedoso en la organización política del pueblo colombiano.
Además de resultar una herramienta de articulación concreta, el FSUAP permitió que, tanto las expresiones del Congreso de los Pueblos de Colombia, como las de Marcha Patriótica, -más una masa crítica que comienza a gestarse entre los actores urbanos- consoliden un horizonte inmediato de acumulación de fuerzas en la disputa por el cambio en Colombia. Esa perspectiva, acentuando la integralidad y la necesidad de complejizar el desarrollo urbano con el eje rural, refuerza la construcción de poder popular.
El foro estuvo marcado por un fuerte componente juvenil. Se trata de una generación de colombianos y colombianas que están haciendo sus pasos en la militancia popular. Este actor, en su diversidad de expresiones, fortalece la posibilidad de la organización, abriendo un escenario de esperanza.
En la antesala del Paro Nacional Agrario y Popular, la posición del Foro de convocar a a colombianos y colombianas a movilizar abre la posibilidad de pensar otro modelo de país y de ciudad. Uno que consagre el “cumplimiento de derechos fundamentales como la vivienda y el hábitat digno, los mínimos vitales de agua y energía en los servicios públicos”, pero también que logre “la suspensión de la gran minería y la reducción del 50 por ciento en los precios de los combustibles”, como afirma el documento. Esa es la vía concreta para una Colombia distinta, incluyente, popular y diversa.