Primera parte de nuestro diálogo con Lorena López Guzmán y Nicolás Herrera Farfán sobre la presentación en Argentina de Unidad en la diversidad. Camilo Torres y el Frente Unido del pueblo, libro sobre la figura y el legado político del cura, militante popular y guerrillero colombiano.
Unidad en la diversidad. Camilo Torres y el Frente Unido del Pueblo es un libro coeditado por Ediciones Desde Abajo, Periferia Fondo Editorial, Corporación Kabisilla y la Fundación Colectivo Frente Unido. Reúne escritos de y sobre Camilo Torres que giran en torno a la utopía pluralista del Frente Unido del Pueblo y es el resultado de varios meses de trabajo mancomunado de organizaciones sociales y políticas y de intelectuales y pensadores de diversos países de Latinoamérica.
Esta producción colectiva -que incluye textos de Atilio Borón y de Isabel Rauber, entre otros- fue editada conjuntamente en diversos países de nuestro continente, y recientemente fue presentada en la Argentina. Marcha dialogó con dos de sus coordinadores, la historiadora Lorena López Guzmán y el psicólogo Nicolás Armando Herrera Farfán, investigadores de la Fundación Colectivo Frente Unido, quienes vienen trabajando desde el año 2010 en el proceso de investigación-acción sobre la memoria del sacerdote, sociólogo y político revolucionario colombiano Camilo Torres Restrepo. Aquí publicamos la primera parte de este reportaje:
“Unidad en la diversidad” es un trabajo conjunto entre organizaciones de varios países, ¿por qué eligieron trabajar de esta manera?
El libro hace parte de un proyecto colectivo de carácter integral. Eso no se advierte a simple vista, porque los procesos de largo aliento a veces se hacen en medio de meticulosas coordinaciones adelantadas en silencio. Durante el último año, el proceso se ha enraizado en diferentes ciudades de Colombia y en otras está teniendo repercusiones, situación que nos emociona enormemente porque rearma un coro colectivo con iniciativas de Argentina, Canadá y Cuba. En este esfuerzo confluyen hombres y mujeres, así como procesos colectivos; desde cristianos y educadores populares, pasando por habitantes de barrios, estudiantes y profesores universitarios, hasta intelectuales, centros de pensamiento, movimientos sociales, grupos de trabajo y colectivos de prisioneros políticos.
Esta diversidad de experiencias, saberes, tradiciones (incluso generaciones) y militancias se han venido articulando en perspectiva de unidad en torno a tres propósitos: en primer lugar, desmitificar y desacralizar a Camilo, sacarlo de la figura de yeso de “cura guerrillero”, en segundo lugar, devolverle la potencia como sacerdote pionero y como intelectual militante y orgánico de las luchas populares; y finalmente, articular el trabajo en perspectiva del hoy: la memoria como herramienta de acción política… Es una suerte de “bajarlo de la bandera” y ponerlo a caminar con nosotros y nosotras, a caminar la palabra colectiva, como dicen los indígenas colombianos.
Ahora, nosotros y nosotras tenemos una lectura del momento que nos obliga a pensar el trabajo en función de la articulación de esfuerzos. No es un momento de aislamiento y vaguardismos; por el contrario, es necesario organizarnos como sujeto colectivo plural, como la manera “natural” de organización y dinámica de los movimientos indígenas (la minga) que apuntan siempre a relaciones horizontales y de consenso, con los demás y con la naturaleza. El momento político actual nos hace trabajar colectivamente; en tiempos en que Latinoamérica está viviendo el debilitamiento de la ALBA, de UNASUR y de CELAC, y a la vez vemos el avance de la Alianza del Pacífico y la proliferación de firmas de “TLC”. Este libro de Camilo sólo puede ser visto como un tizón encendido en el fogón de Artigas…
En el libro participan dos intelectuales argentinos, Atilio Borón e Isabel Rauber. ¿Qué aportan sus miradas al análisis del pensamiento camilista? ¿Por qué pensaron en ellos a la hora de la edición del libro?
La idea inicial era proveer algunos insumos ordenados para el debate político de la unidad, tan urgente y esquiva, desde el sentimiento, el pensamiento y la práctica (senti-praxis) de Camilo Torres Restrepo. Para ello partimos de discursos y escritos del propio Camilo, pues lo primero que buscábamos era tender un puente de comunicación con Camilo, sin mediaciones ni interpretaciones. Después de la voz de Camilo, que vinieran los comentarios y los análisis, desde los afectos, la vivencia y la academia; publicar los importantes análisis de pensadores y pensadoras colombianas hechos a lo largo de 49 años (desde el inicio del Frente Unido del Pueblo en 1965). Ahí encontramos voces como las de tres amigos entrañables de Camilo: Orlando Fals Borda, Germán Guzmán Campos y Gustavo Pérez Ramírez, verdaderas piezas de análisis y amor (sin adulación o complacencia); a su lado, las voces de intelectuales prestigiosos del presente como Orlando Villanueva Martínez y Alejo Vargas Velásquez, así como la de investigadores regionales muy serios y disciplinados como Ana María Jaramillo y Everardo Ramírez Toro. Los orígenes de estos escritos van desde capítulos de libros y conferencias hasta columnas de análisis en medios de comunicación alternativos.
Finalmente, queríamos ampliar las voces y balances desde estos tiempos con miradas continentales. Nos interesaba invitar a algunas y algunos pensadores contemporáneos a que (re)leyeran a Camilo Torres en función de su mirada del hoy. El criterio era que estos intelectuales y pensadores estuvieran vinculados al trabajo con movimientos sociales o en sintonía con los debates de lo que ocurre en los “gobiernos progresistas”; a su vez, queríamos que fueran referentes ideológicos para sectores del movimiento social, principalmente, colombiano. Barajamos diversos nombres con quienes no pudimos coordinar: Claudia Korol, Frei Betto, Renán Vega Cantor, Néstor Kohan, Fernando Martínez Heredia. Finalmente, cinco acudieron a la cita: Isabel Rauber y Atilio Borón (Argentina), Modesto Guerrero (Venezuela-Argentina) y Miguel Eduardo Cárdenas Rivera y Carlos Medina Gallego (Colombia). Uno de los grandes aportes que hacen para este libro, es que nos ayudan a ver la lógica de pensamiento de Camilo Torres: pensador heterodoxo y descolonizador, con una aguda mirada sobre los problemas y una capacidad de leer los grandes problemas de su tiempo (que en cierta medida son los de nuestro tiempo, también). Lo ven sin culto pero sin desdén.
Ahora bien, el prólogo está escrito por François Houtart, un personaje determinante en todo este proceso, quien nos insiste que a Camilo hay que verlo como un pensador de nuestro tiempo (porque era un pensador de su tiempo, situado históricamente) y en cierta medida como anticipador de ciertos debates en perspectivas teóricas (el Bien Común de la Humanidad) y prácticas (el “sentipensamiento”).
Este trabajo busca orientar y potenciar a una generación, que definen como “sentipensante”, por un camino que conduzca al bien común de la humanidad. ¿Cómo ven actualmente el desarrollo de este propósito?
Primero definamos brevemente estos dos elementos que ustedes proponen, para profundizar su pregunta. El “Bien Común de la Humanidad” puede ser entendido como un nuevo paradigma del mundo, opuesto a la modernidad y el posmodernismo, contrario a la idea del progreso material y científico y diferente a la lógica de megaproducción-superacumulación-híperconsumo que devora y explota los seres humanos, los animales y la Pachamama, rompiendo el equilibrio que garantiza la vida. El Bien Común de la Humanidad es una crítica y superación del paradigma capitalista, y del modelo eurocéntrico.
Por otro lado, está el “sentipensamiento”, una categoría construida por Orlando Fals Borda a partir de una alegoría de los pescadores del Río San Jorge, en el Caribe colombiano: los hombres-anfibios. Para Orlando Fals Borda, los sentipensantes son aquellos seres humanos que no escinden lo que piensan de lo que dicen, lo que dicen de lo que hacen, y lo que hacen, piensan y dicen de lo que sienten; aquellos con capacidad de pensar con el corazón y sentir con la cabeza. El sentipensamiento es, en todo caso, una manera latinoamericana de ser, pensar y sentir con, desde y para la comunidad de referencia, con amor y rigor. Se opone al racionalismo europeo y al emocionalismo mercantilista y mercantilizado.
Creemos que Camilo debe entenderse en medio del paradigma (Bien Común) y la disposición personal (sentipensamiento), en medio del programa y la cotidianidad. La sentipraxis de Camilo está articulada a un propósito mundial común: acabar con el capitalismo. Es la confluencia entre la vida privada y la vida pública; lo micro, lo mezo y lo macro; lo político, lo intelectual y lo afectivo; lo privado y lo púbico. Además, nosotros advertimos cinco valores que Camilo deja como legado para los y las militantes y sus organizaciones para enfrentar la crisis civilizatoria que vivimos: la ética (de alteridad), la escucha (activa y sincera), el amor (eficaz), el humanismo (cristiano y militante) y el compromiso exigente (consigo y con los otros). De esta manera, el pensamiento de Camilo Torres apunta hacia la redefinición de las lógicas de aniquilación y exterminio de las formas de vida.
Para más información, se puede contactar al Colectivo Frente Unido vía mail a colectivofrenteunido@gmail.com, en las redes sociales –www.facebook.com/colectivo.frenteunido y https://twitter.com/cfuii– o en soundcloud www.soundcloud.com/colectivofrenteunido
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