Cuarta entrega de la encuesta a escritores argentinos sobre el vínculo entre literatura y política. En esta ocasión nos responde Martín Kohan.*
1 ¿Considerás que tus búsquedas literarias, tanto al escribir como al leer, se corresponden con búsquedas políticas de algún tipo? ¿Por qué?
Me interesa esa relación, evidentemente, igual que a tantos otros; pero procuro que no sea nunca directa, ni explícita, ni inmediata. No creo que la literatura deba ser la continuación de la política por otros medios. O en todo caso, si los medios son otros, como de hecho lo son, es razonable esperar que ahí se diga otra cosa, que aparezca otra cosa, y que por lo tanto la correspondencia con lo político gane una cualidad diferencial. Menciono un caso personal: di alguna vez con una lectura de Ciencias morales que la abordaba como “novela de mensaje”. Imaginate la amargura.
2 ¿La literatura argentina actual ofrece o intenta ofrecer respuestas e intervenciones sobre problemas y acontecimientos de la Argentina contemporánea? ¿En qué casos y de qué modos?
Sí, claro. Hay toda una línea volcada a un registro más bien referencial, o realista si se quiere, haciendo centro casi siempre en la crisis de 2001 y partiendo de la premisa de que esa crisis partió la historia argentina en dos. Me inclino personalmente por los textos que se relacionan con los acontecimientos cercanos inventando una distancia que resulte productiva; me interesan mucho, por ejemplo, esos mundos raros que construye Gustavo Ferreyra, y donde pueden perfectamente figurar problemas y acontecimientos de la Argentina contemporánea, como pasa en El director o en Dóberman.
3 En esta línea de pensar vínculos posibles entre política y literatura, ¿qué autores nacionales rescatas o están entre tus lecturas?
Mi ideal definitivo de novela política es Glosa de Juan José Saer. Novela de la minucia descriptiva y, como solía decirse, “de lenguaje”, que pone permanentemente en duda la posibilidad misma del realismo, de la representación, del testimonio; y que aun así hace irrumpir una ráfaga de historia política en sus páginas con una potencia literaria que quita el aliento.
* Nació en Buenos Aires en enero de 1967. Enseña Teoría Literaria en la Universidad. Es autor de las novelas Los cautivos, Dos veces junio, Segundos afuera, Museo de la Revolución, Cuentas pendientes, Bahía Blanca y Ciencias morales, llevada al cine bajo la dirección de Diego Lerman con el nombre La mirada invisible.