Décima entrega de la encuesta a escritores argentinos sobre el vínculo entre literatura y política. Hoy nos responde el poeta Emiliano Bustos*.
-¿Considerás que tus búsquedas literarias, tanto al escribir como al leer, se corresponden con búsquedas políticas de algún tipo? ¿Por qué?
-Creo que toda búsqueda literaria (seguramente toda búsqueda) se corresponde con búsquedas políticas de algún tipo. En mi caso claramente me pregunto o me vengo preguntando bastante seguido, sobre la memoria; es mi historia como hijo de un poeta desaparecido pero es también un tipo de construcción (política) desde la palabra, que me propongo entender, trabajar. Preguntarme sobre la memoria no como un cierre definitivo o cristalización de alguno de sus relatos. La intensidad viene, me parece, por la pregunta que no puede ser contestada, justamente, dentro de un relato (de la memoria) y debe ser respondida (o intentar ser respondida) fuera de él, tal vez en otro relato, que a su vez será repreguntado.
-¿La literatura argentina actual ofrece o intenta ofrecer respuestas e intervenciones sobre problemas y acontecimientos de la Argentina contemporánea? ¿En qué casos y de qué modos?
-De unos años a esta parte soy un lector demasiado intermitente de literatura argentina; no podría responder con claridad en qué casos y de qué modos responde o intenta responder sobre la Argentina contemporánea. Aunque, volviendo a la pregunta anterior, supongo que cualquier literatura denota contemporaneidad (y política); por supuesto habrá que indagar qué sujeto político presenta, y en qué medida nos hace intervenir -en términos de lectura- o no.
-En esta línea de pensar vínculos posibles entre política y literatura, ¿qué autores nacionales rescatas o están entre tus lecturas?
-Pienso en autores como Luis Tedesco y Julián Axat. El primero está empeñado en la fundación de una lengua, y eso lo torna revulsivo en un sistema literario (o poético) que, en las últimas décadas, se volcó más a la “normalización” de la lengua. Axat, también hijo de desaparecidos, traza un mapa político desde la memoria, y además involucra en su poesía su condición de defensor penal juvenil; es un poeta-político que no se fija, que no podría fijarse en un relato único de la memoria, como tampoco en un relato único de la justicia. Tanto Tedesco como Axat piensan también la literatura y sus discursos en un sentido político, es decir, la literatura como una frecuencia determinada de discursos. Fundamentalmente política en el orden, precisamente, de sus discursos.
*Emiliano Bustos (Buenos Aires, 1972). Poeta y dibujante. Publicó Trizas al cielo (Libros de Tierra Firme, 1997), Falada (Libros de Tierra Firme, 2001), 56 poemas (La carta de Oliver, 2005), Cheetah (El suri porfiado, 2007) y Gotas de crítica común (Libros de la Talita dorada, 2011). Escribió artículos sobre poesía argentina contemporánea. Participó en muestras colectivas de dibujo y pintura.