Por Susana Gonzalez. El próximo jueves 14 se leerá la sentencia del juicio oral contra Roberto Juan Aquilino, el agente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, acusado por el delito de abuso sexual gravemente de una niña. Organizaciones sociales y feministas junto a la familia esperan la lectura de la sentencia.
“Canta mi pueblo canta, canta de corazón, sin policías abusadores vamos a vivir mejor” sonaban los cánticos en la puerta del Departamento Judicial de Morón la mañana fría y nublada del Viernes 8 de Septiembre. Los 14 grados que se hacían sentir, no impidieron que un grupo de personas se apostaran ahí para pedir justicia por Nabi.
A comienzos de 2014, una aterrada niña de 8 años se acerca a su madre y le revela el suplicio por el que estaba atravesando. Nabi relató haber sido abusada durante 3 años por su vecino, un policía de la bonaerense, llamado Roberto Juan Aquilino, de la localidad de Agustín Ferrari, partido de Merlo.
“Mi hermana menor de edad, a los 8 años se declara delante de mi mamá diciendo ser víctima de un delito sexual y acusa directamente al acusado que hoy está sentado en el banquillo, Juan Aquilino” explicó la hermana de Nabi para Marcha. La denuncia efectuada en Febrero de 2014 llevó al comienzo de una causa caratulada como Abuso sexual doblemente gravemente ultrajante y corrupción de menores por involucrar a otros y otras niñas. Sin embargo, no sólo Roberto Juan Aquilino continuó libre sino que esta gravísima acusación no impidió que continuara en funciones.
Durante estos 3 años “la familia sufrió distintos atentados en casa teniendo que mudarnos de barrio en barrio” relató para Marcha el hermano de Nabi. Su familia, así como otras familias víctimas, se encuentran desprotegidas por un Estado que no hace regir protocolos de protección integral. Por su parte Rita es militante de las Flores Libertarias, ese 8 de Septiembre manifestó “la Justicia, lamentablemente, ha dado muchos signos de ser lo que es: una Justicia Patriarcal que no toma gran dimensión, parece que apoyara a veces.”
En esta historia resulta un respiro la aparición de las organizaciones sociales y feministas que llegaron para poner el grito en el cielo. Producto de la casuística o de la que solemos llamar como la presencia de “feministas en todas partes”, el 4 y 8 de Septiembre se consiguió que la causa llegue a Juicio Oral, como pocas causas por abuso lo hacen. Y que finalmente, el pasado viernes, el Tribunal Oral Criminal N° 5 a cargo del juez Marcos Lizza, dictara la prisión preventiva.
“¡Yo sabía, yo sabía que a los violadores los cuida la policía asesina!” se escuchaba gritar al son de los bombos de la murga Mala Yunta el lunes pasado frente en las puertas de los tribunales de Morón. Pues, desde que se anoticiaron del caso, distintas organizaciones sociales hicieron eco del reclamo y estuvieron presentes aquella primera instancia del juicio. Aquello no consiguió impedir que también la impunidad se hiciera presente cuando al finalizar esta audiencia debate, el acusado “en forma provocativa, optó por pararse con su abogado en frente de los manifestantes” explicó el hermano de Nabi para Marcha.
“Con la Justicia nunca se sabe”, expresó Rita, refiriéndose a aquel Lunes, “de la primera Jornada nos fuimos tranqui porque se acercaron bastante personas, en su mayoría mujeres a apoyar.” Durante ambas instancias, sólo los bocinazos de los autos que pasaban y se enteraban de la causa, sonaban más fuertes que los bombos y los cánticos.
“¡No queremos policía ni tampoco abusadores, que le den 300 años a todos los abusadores!” se escuchaba desde la cámara donde se estaba llevando a cabo el juicio. Gritos que volveran a escucharse este jueves 14 cuando se lea la sentencia. Mientras el fiscal, Gabriel Sotelo, pide 10 años de prisión, el defensor del acusado pide 6 meses a 3 años y la familia pide 15 años. Este jueves 14 se leerá la sentencia y allí hemos de estar con los nervios pero también la tranquilidad de que no descansaremos hasta que se haga Justicia por Nabi.