Por Sebastián Saade. Desde el gobierno municipal intentaron vetar la resolución aprobada por el Consejo Deliberante que prohíbe el uso de fumigaciones con agrotóxicos, pero una asamblea de vecinos resiste en los campos ubicados en los márgenes de la ciudad.
La organización Asamblea por la Vida, la Salud y el Medioambiente de la Ciudad de Pergamino había presentado en mayo de 2013 un proyecto de ordenanza que planteaba la prohibición de la aplicación por vía terrestre de agroquímicos a una distancia menor a los 500 metros desde la zona urbana, y en el caso del uso por vía área se determinaba la imposibilidad de su uso a una distancia inferior a los 3000 metros contando desde el comienzo de la zona rural.
La sanción de la ordenanza fue aprobada en el Consejo Deliberante luego de dos años, producto del constante apoyo y reclamo de las asambleas de vecinos, con la entrega de petitorios avalados por más de 3000 firmas y la entrega de un proyecto de ordenanza a las autoridades. En un comunicado difundido por la Asamblea por la Vida, la Salud y el Medioambiente expusieron sus críticas a la modificación del proyecto original presentado. La norma aprobada limita la aplicación de agroquímicos en una franja de 100 metros a medir desde el límite de la zona urbana tanto de la ciudad de Pergamino como de cada uno de los pueblos de la zona rural, tomando como referencia el código de zonificación vigente en Pergamino desde 1980. Desde la Asamblea hacen hincapié en que en la actualidad existen miles de kilómetros cuadrados edificados, que según la ordenanza quedan fuera de la zona urbana, y por lo tanto, desprotegidas de la zona de exclusión para la aplicación de agroquímicos.
Con respecto a la distancia que debieran respetarse para garantizar la salud de los ciudadanos de Pergamino, Andrés Silva, referente del partido Emancipación SUR, expuso su postura al diario La Opinión de Pergamino: “Tenemos que aclarar también que no éramos ilusos, nunca fueron suficientes los 100 metros para nosotros (aunque ayudaban para empezar). La asamblea pedía 500 metros como número probable y nosotros hablábamos de 2.000 metros, como en la localidad de Cañuelas, o más”.
A solo cincuenta metros
El intendente radical e integrante del espacio UNEN de Pergamino, Omar Pacini, vetó el artículo 6° de la ordenanza de fitosanitarios, y realizó una propuesta de modificación para que en lugar de 100 fueran 50 los metros libres de fumigación desde el límite de la zona urbana. El lobby de sectores vinculados al agronegocio estuvo presente desde un primer momento en esta disputa por la reglamentación de la ordenanza.
En los últimos días del año pasado, un grupo de veinte entidades agropecuarias, instituciones y productores hortícolas dieron a conocer un documento que presentaron por mesa de entrada, y se pedía que fuera trasladado con carácter de urgente al Intendente Pacini. La Sociedad Rural de Pergamino, la Federación Agraria filial Pergamino, la regional AAPRESID Pergamino Colón y la Universidad Nacional del Noroeste (UNNOBA) son algunas de las entidades más reconocidas que lo firmaron.
En declaraciones al medio diariopergamino.com el Ingeniero Belloso, de Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), refirió que los principales interesados en las buenas prácticas de los fitosanitarios son los productores, porque la correcta aplicación del tratamiento hace a la salud del área urbana y periurbana donde, además, viven y/o trabajan los productores agropecuarios. Agregó que “establecer una zona de exclusión, además, se torna inaplicable porque con el tiempo esa franja será invadida de malezas, insectos y roedores, donde se hará necesario un control mecánico o químico utilizando los mismos productos y formulaciones que los usados por los productores”.
La respuesta desde la Asamblea por la Vida, la Salud y la Vida no tardó en llegar. En el comunicado que emitieron, resaltan que los defensores del veto de la ordenanza pertenecen a un grupo de corporaciones que representan a los fabricantes, comercializadores y profesionales ligados al agro-negocio. “El mensaje implícito en esta maniobra es claro: este sector no admite que una voluntad extraña a su propio círculo de intereses interfiera en lo más mínimo en el uso que hacen, con el objeto de obtener ganancias, de la tierra, el agua y el aire, bienes que constituyen un patrimonio común. No reconocen el derecho que tienen otros sectores sociales de disponer a través de mecanismos democráticos y en vista del interés comunitario”, expresaron desde la Asamblea.
Por su parte, el referente del Partido Obrero de Pergamino, Lucas Gianetti, expresó a Marcha que “el veto del art. 6 pone de manifiesto la complicidad de todo el arco político local para con el sector de los agronegocios. Pero no va a ser suficiente esta denuncia si no mencionamos que, tanto el intendente municipal como al Partido al que pertenece, el UNEN, como el resto de los partidos patronales, tienen un reaseguro. Se trata del glifosato, que hoy las organizaciones ambientales luchan por mantener alejado de las viviendas, al igual que otros agroquímicos de probada toxicidad, o cuya inocuidad no puede ser probada porque tiene autorización del Senasa, organismo que depende del gobierno nacional, y que considera al glifosato como el más inocuo de los agroquímicos”.
Otro de los actores que resisten al glifosato en la región es el partido Emancipación SUR, escisión de Proyecto Sur. Andrés Silva, referente de este espacio político en la ciudad, planteó que se abren otros frentes en esta lucha, que la pelea sigue. “Pero esto, que parece ambicioso, no es el final, juntos, ciudadanos de a pie y productores, tenemos que pensar un modelo de producción agropecuario sustentable de verdad y que no contamine, que no envenene, muchos estudios se están llevando adelante en este sentido, es posible hacerlo, no es utópico, existen los mercados para ello, hace falta la decisión política y el esfuerzo”, afirmó al diario La Opinión de Pergamino.
Mientras aumentan de manera alarmante los enfermos de cáncer u otras enfermedades autoinmunes en las poblaciones que están en contacto permanente con las fumigaciones de los campos con glifosato, también lo hacen las organizaciones, asambleas de vecinos y agrupaciones políticas que han tomado conciencia de que la consigna “No a Monsanto” es un camino inevitable que hay que tomar.