Por Laura Cabrera @LauCab
Cualquier realizador o realizadora puede proyectar sus películas en cualquier espacio, todas las películas tienen que contar con un lugar de proyección, todas las personas deberían acceder a la posibilidad de ver cine sin necesidad alejarse de su lugar de pertenencia. Estas son algunas de las premisas que dieron vida a Conurdocs, festival itinerante de cine que viaja por el conurbano buscando activar las inquietudes culturales de espectadores y espectadoras. Este domingo la jornada se realizará en Monte Chingolo, partido de Lanús.
De acciones foráneas a experiencias propias. Una vez, Emiliano Romero probó la experiencia de estrenar su largometraje llamado “Topos” en paralelo a la proyección en salas. La película llegó a centros culturales y fue vista por los espectadores y espectadoras de forma gratuita. Otras tantas veces, el realizador Patricio Escobar decidió presentar sus películas al aire libre en el Parque Lezama. En otro momento, el realizador Néstor Saracho presentó su corto Crónicas Emergentes en un festival internacional. Ganó un premio por ese trabajo, pero faltaba aún que los más cercanos y las más cercanas, aquellas personas que se identificarían con las imágenes y sonidos, pudieran verlo. De la experiencia de los dos primeros realizadores que creyeron que no solo las salas podían ser espacios de proyección y de las inquietudes por dar vida a ese mismo proyecto en espacios barriales es que nace Conurdocs, festival de cine que plantea la importancia de hacer circular las producciones de realizadores y realizadoras fuera de las salas y a su vez generar mediante actividades culturales puntos de encuentro para vecinos y vecinas, espacios con identidad propia, con la posibilidad de generar además distintas actividades útiles o representativas para la comunidad.
“La primera experiencia fue en Villa Corina, en un estacionamiento que hay en medio de los monoblocks. Fue a cielo abierto. Cuando le pregunté a Patricio Escobar si podíamos pasar “Sonata en Si menor” me dijo que me podían prestar equipos (pantalla, generador). Se hizo a cielo abierto y la única entrada era que el espectador se lleve silla o almohadón, buscamos que el espectador también participe con esto de que traiga su silla. De los cinco días, dos estuvieron bastante llenos”, comenta Néstor Saracho al recordar los inicios de ese proyecto al que dio el nombre de Conurdocs. En esas primeras jornadas, el cine fue la excusa para dar lugar a una muestra fotográfica de la Isla Maciel y otra dentro del proyecto de arte urbano “Pintó la Isla”, del mismo lugar. Pero Conurdocs tiene un fin más allá de lo cultural, trabaja sobre las identidades de cada lugar en donde se instala, por ese es que en esta primera experiencia, vecinos y vecinas dejaron reflejado en un mural la historia de un niño del barrio que había sido masacrado en el ’76, casi como pintando su propia historia. “La idea era que el mural tenga un sentido en ese territorio, en esa jornada que tenía que ver con la temática de la dictadura”, explicó Saracho.
Con la alegría de que el primer Conurdocs se haya realizado en el barrio en el que vive, Saracho llevará este domingo el cine al Centro Cultural Crecer Luchando (Salcedo 1026, Monte Chingolo) en donde se proyectará “Bienaventurados los mansos” de Patricio Escobar y los cortos “Que el barrio no calle” (María Fernanda Maidana) y “La Transmisión” (Cultivarte Isla Maciel), estos dos últimos pensados desde la posibilidad de que aquellos cortometrajes producidos en talleres barriales tengan la posibilidad de ser presentados en pantalla gigante. Mientras esto sucede, un tercer Conurdocs se gesta con destino Laferrere, donde el festival de cortos y largometrajes tendrá lugar los días 8, 9 y 10 de diciembre con un trasfondo solidario, ya que además de las muestras dentro del marco cultural y en esa búsqueda de interpelación desde lo local, habrá un bufet para que quienes asistan puedan comprar alimentos y, mediante esa compra, colaborar en la colecta de dinero para lograr que un vecino pueda realizar las modificaciones necesarias para volver a su hogar luego de sufrir un accidente que lo dejó cuadripléjico.
Pensarse desde lo colectivo
Néstor Saracho cuenta su experiencia desde lo individual pero siempre dentro de un marco de lo colectivo, desde esta idea de que cuanto más organizados y organizadas, mayores posibilidades de generar actividades que sigan involucrando a toda la sociedad. En este caso en donde el cine es herramienta para la generación de conciencia sobre las identidades, el realizador destaca que este proyecto que hoy está a cargo de la cooperativa Níspero Audiovisual busca de alguna forma descentralizar, romper con esa logica centro/periferia en donde todo se centraliza en Capital Federal y muchas veces deja afuera al conurbano o las afueras de otras provincias. “Yo quiero que las películas sean vistas en lugares que no son la centralidad de la Capital y además que haya más exhibición. Quizá debería ser una política pública del gobierno, pero como eso no está hay que empezar a agitar un poco eso y mover las películas”, analizó Saracho.
Ante la falta de políticas públicas que favorezca la producción y distribución de cine nacional, Níspero busca darle una solución al problema de la exhibición de películas, tanto para realizadores como para estudiantes de cine que quieran dar a conocer sus trabajos. “Yo creo que desde que uno empieza a estudiar se tiene que empezar a preocupar por la exhibición, no cuando terminás la película y tenés que esperar turno por dos semanas en el Gaumont, después de haber estado trabajando durante cinco años. El Conurdocs es eso”, finalizó.-