Para el gobierno de facto de Federico Franco, Venezuela es una amenaza regional y Bolivia planea un ataque militar contra territorio paraguayo. En el país del mundo del revés armarse hasta los dientes es la solución a todos los problemas.
La cúpula militar de las tres fuerzas militares paraguayas participaron este martes de un encuentro con la comisión de defensa de la cámara de diputados, allí expusieron sus argumentos para pedir una partida excepcional de dinero, con los que planean adquirir equipo bélico que pueda proteger a Paraguay de la amenaza que presentan los países vecinos.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Felipe Benicio Melgarejo, dio a conocer a través del periódico paraguayo Última Hora, el pedido de 560 millones de dólares extras para adquirir 10 aviones caza, además de radares, armamentos y vehículos militares. El proyecto prevé realizar la compra a Israel y España.
El impreso pone en boca de funcionarios gubernamentales y militares -sin detallar nombres- el argumento de que “hoy día, Bolivia nos puede pulverizar”. Referencia que no resulta novedosa. Desde que Federico Franco ocupara el cargo de presidente, luego de la ilegítima destitución de Fernando Lugo el pasado 22 de junio, son reiteradas las declaraciones que acusan a los países de la región –especialmente Bolivia y Venezuela, antiguos aliados de Paraguay- de estar en una carrera armamentista en su contra.
Apenas usurpado el poder en Paraguay, el diputado del Partido Colorado José López Chávez, presidente de la comisión de defensa, comunicó que se encontraba en contacto con jefes militares estadounidenses para analizar la posibilidad de instalar una base militar. Estas declaraciones pusieron en alerta a todos los países de la región, en especial Bolivia -dado que sería cerca de su frontera- que salió a denunciar inmediatamente el caso.
Esto generó una serie de cruces entre ambos gobiernos que se mantienen al día de hoy. La ministra de Defensa paraguaya, María Liz García, acusó a Bolivia de haberse armado con el apoyo directo de Venezuela y a través de acuerdos comerciales y militares con Irán y China.
Es así que los militares paraguayos propusieron obtener el dinero para la futura compra -que dobla el presupuesto total asignado para este año- a través de un crédito con endeudamiento público a pagar en 10 años. López Chávez agregó que también se baraja la idea de financiarlo con el excedente de la central hidroeléctrica Itaipú.
¿Y por casa cómo andamos?
En el contexto nacional esto se da en el marco de una escalada de conflictos que surgieron al calor del gobierno de facto. Este miércoles miles de campesinos e indígenas marcharon por las calles de Asunción exigiendo una reforma agraria integral y denunciando al actual gobierno golpista. El mismo día, cuarenta sindicatos, nucleados en la Confederación de la Clase Trabajadora (CCT) también se manifestaron en las calles reclamando un aumento general de salarios y pidiendo un freno a los despidos por razones políticas e ideológicas, que se vienen dando sistemáticamente desde la llegada de Franco al poder. Mientras tanto el gobierno paraguayo instó a los trabajadores del ministerio de Hacienda a suspender la huelga que tenían programada, amenazándolos con despidos.
Al parecer estos reclamos no son urgentes para el gobierno de Federico Franco, como sí lo son la necesidad de armarse a través de Israel y el reclutamiento de jóvenes al ejército. La semana pasada la cámara de diputados aprobó la Ley del Soldado Profesional, con la cual se promueve el regreso de los jóvenes que completaron el servicio militar obligatorio, a volver a los cuarteles asegurándoles empleo y buenas condiciones laborales.
La tecla que desafina
Internacionalmente esto se da en un contexto de aislamiento del gobierno de Paraguay, país que se encuentra suspendido temporalmente del MERCOSUR y de la UNASUR por considerar que se alteró el orden democrático. Franco minimizó esta situación y hasta acusó a los organismos regionales de funcionar como “club de amigos”.
Esta situación genera una incomodidad especial en el continente, dado que los últimos años se han venido realizando acercamientos importantes en materia de defensa y seguridad entre los países, incluso entre los que tienen gobiernos de signos opuestos. En este proceso ha tenido un rol fundamental la UNASUR, que cerró filas en torno a privilegiar la paz en la región por sobre conflictos entre países vecinos. Ejemplo de esto fue la importancia que tuvo el organismo cuando Colombia anunció la instalación de siete bases militares estadounidenses en su territorio, rechazando este proceder e instando al gobierno colombiano a garantizar la estabilidad regional.
Por su parte, el gobierno de Bolivia, a través de su canciller David Choquehuanca, recomendó recientemente no dar curso a ninguna convocatoria o invitación de su par de Paraguay mientras no se restaure el “orden democrático” en ese país. La tensión entre ambos países se intensificó al sufrir Bolivia reiterados ataques desde la prensa paraguaya y los miembros del gobierno de Franco. Ambos países comparten una frontera complicada, y fértil para el narcotráfico, lo que siempre genera asperezas en las relaciones bilaterales.
Los medios de la derecha paraguaya celebraron la iniciativa de las Fuerzas Armadas de armarse hasta los dientes, considerando que de este modo recuperarán el prestigio perdido luego de la larga dictadura militar. Estos mismos medios son los que día a día no tienen reparos en insultar directamente al presidente boliviano Evo Morales, señalándolo como un “peligro marxista”. El diario ABC color, el de mayor importancia en Paraguay y fuertemente ligado con el poder económico y político del país, publicó una editorial esta semana en la que compara a Morales con el general argentino Leopoldo Galtieri, indicando que aquel pudiera actuar como éste cuando inició la guerra de Malvinas en 1982.
No es probable que las provocaciones del actual gobierno paraguayo vayan mucho más lejos, aislado como se encuentra y en completa des-sintonía con las iniciativas continentales que se están viviendo, pero es claro que una pieza en la geopolítica regional esta haciendo ruido, mucho ruido.