Por Mara Oliveira. Vecinos de la villa 31 y 31 bis del barrio Carlos Mugica realizaron ayer una vigilia y marcharon frente a la Legislatura porteña en reclamo de la urbanización. Denunciaron que el PRO no quiere aprobar el dictamen que reglamenta la ya sancionada ley 3.343 de urbanización.
Mirella Churqui vive en la villa hace más de 30 años. Fue elegida por sus vecinos como delegada de manzana y consejera de uno de los sectores del barrio, YPF. Ayer fue una de las que mantuvo la vigilia frente a la Legislatura de la Ciudad para exigirle a los legisladores de la Comisión de Vivienda que aprueben el dictamen que permite reglamentar la ley de urbanización de la Villa 31. “En 2009 se aprobó la ley. Ahora se debía tratar en recinto el dictamen y ya hace dos jueves que lo patean, lo postergan, nosotros nos cansamos y decidimos comenzar una vigilia. Al PRO no le conviene la urbanización porque se cortan los negocios internos. La urbanización implicaría apertura de calles, los servicios públicos de agua, luz, gas. Eso es lo que estamos reclamando”.
La vigilia, el corte realizado por los vecinos ayer en Retiro y la posterior movilización fueron consecuencia de una larga espera. Semanas pasadas, los delegados del barrio Mugica se acercaron a la Legislatura para pedir que se avance con su reclamo, enviaron notas, se reunieron con legisladores porteños, pidieron ser escuchados. Recién con el corte de ayer, el legislador del PRO, Cristian Ritondo, decidió dar una respuesta al tema.
El legislador macrista rechazó los reclamos de los vecinos, diciendo que “carecían de sentido” y aseguró que la Ciudad ya había destinado “20 millones de pesos para la urbanización de la Villa”, agregando que se impulsaron obras a partir de cooperativas de trabajo de habitantes de las villas. Lo que no dijo Ritondo es que las obras realizadas por el gobierno porteño hoy están por fuera (y en muchas casos contradicen) el proyecto de urbanización presentado por el arquitecto Javier Fernández Castro, que lleva años trabajando junto a los vecinos en la mejor forma de urbanizar ambas villas y que las cooperativas que realizan tareas en las villas son parte del esquema de punteros y de control clientelar del gobierno porteño en estos barrios.
En efecto, un de las denuncias de los vecinos en que, en los reclamos hechos en los debates de Comisión de Vivienda aparecieron varios punteros de la Villa 31 que responden al PRO para boicotear la reunión. “Los diputados del PRO no quieren aprobar el dictamen de reglamentación. Nuestro barrio está colapsado, hay más de 40 mil habitantes. Le pedimos a Macri que le diga a sus legisladores que bajen y den quórum. A fin de año vence el plazo para aprobar el dictamen y no vamos a permitir que se caiga, vamos a redoblar la apuesta para que el macrismo nos escuche, que por favor se den cuenta, están jugando con la historia de nuestro barrio y con el patrimonio de nuestros niños”, afirmó otro de los vecinos, Carlos Aleman.
Otro de los puntos de debate que se da en la Legislatura tiene que ver con la titularidad de las tierras. Uno de los argumento del PRO es que para avanzar con la urbanización la Nación debe traspasar las tierras que le pertenecen al ámbito de la Ciudad, mientras que desde el kirchnerismo denuncian que el traspaso se debe hacer “sin la tercerización del gobierno de Macri”. El debate entre kirchnerismo y PRO dio argumentos al macrismo para obstruir la reglamentación de la ley.
Tras la protesta de ayer, los vecinos lograron que el próximo lunes se debata en la Comisión de Vivienda y esperan lograr el tratamiento parlamentario de la iniciativa en la próxima sesión del 25 de octubre.
“Queremos ser parte de la Ciudad, no queremos que nos discriminen más”
La urbanización es definida por los vecinos, palabras más, palabras menos, como la integración de la villa a toda la ciudad. Ser un barrio más de la ciudad, lograr la apertura de calles dentro de la villa, garantizar el servicio de agua, luz y gas estable y permanente para todos los vecinos, son algunos de los puntos centrales que reclaman. Además denuncian la discriminación que sufren al decir que viven en una villa: niños que no son aceptados en las escuelas, trabajos que se pierden, dificultades de traslado.
El reclamo por la urbanización de las villas tiene larga data y la 31 (o el barrio Carlos Mugica, como lo llaman sus vecinos) es ejemplo y referencia de esa pelea. Con la lucha de la 31 como horizonte, hace pocas semanas vecinos de la villa 20 de Lugano iniciaron una campaña por la urbanización de su barrio y en la villa 21/24 de Barracas funciona una Mesa de Urbanización, que hace poco menos de un mes se presentó ante la Legislatura porteña para presentar el proyecto de barrio en el que trabajan los vecinos junto al arquitecto Javier Fernández Castro.
A pesar de su negativa y excusas, el reclamo por la urbanización en las distintas villas de la Ciudad comienza a llegar, a fuerza de gritos, a los oídos del PRO. La expectativa de los vecinos es lograr una respuesta.