El 15 de marzo iniciará el juicio por la absolución de Eva Analía de Jesús, Higui, acusada de “homicidio simple” tras defenderse de un ataque de odio. Higui estuvo privada de su libertad casi ocho meses y la campaña por su absolución trasciende fronteras. El proceso es de interés público.
Por Laura Salomé Canteros @laurasalome / Fotos: Dan Damelio @dan.dan.ph
“¡La libertad, la libertad, chicas, la libertad!”, gritó Higui en el pasillo del penal de Magdalena en horas de una tarde de junio cuando una de sus hermanas le comunicó por teléfono lo que ya era noticia en las redes que lucharon por su libertad: la Cámara de Apelaciones de San Martín le había concedido la excarcelación extraordinaria y esperaría el juicio oral en libertad. Cuentan que en las celdas se escucharon cantitos de festejo y que Higui bailó y lloró de alegría al saberse libre. De ese momento pasaron cuatro años y ocho meses. Hasta que el inminente comienzo del juicio que dictaminará en la absolución su definitiva libertad convocó a les activistas a volver a organizarse.
El 15 de marzo en los tribunales de San Martín, provincia de Buenos Aires, comenzará el juicio oral y público que juzgará a Eva Analía de Jesús, Higui, por “homicidio simple” en al menos cuatro jornadas en las que se presentarán los testimonios de 30 testigos y pericias psicológicas. Por esto, el sábado 19 de febrero en la Plaza de Mayo, con la presencia de Higui, su abogada Gabriela Conder, y alrededor de 70 activistas, se realizó una reunión de estrategia colectiva. Porque como manifestaron, “la lucha por la absolución de Higui se tiene que dar en todos los espacios”.
El juicio contra Higui es de interés público y social. En primer lugar, debido al hecho que se investigó, una violación correctiva en ataque contra la integridad física, sexual y psicológica de una lesbiana; la articulación del colectivo LGBTIQ+ para alcanzar la masividad del pedido por su libertad; y finalmente, debido a las críticas sobre la falta de capacitación en DDHH del poder judicial que están manifestando los feminismos populares. Por eso, para que no persista la impunidad, la garantía de un juicio público por parte del tribunal 7 de San Martín es una de las primeras preocupaciones de su defensa: que se asigne la sala más grande para el ingreso de familiares, amigues, activistas y el periodismo; y que haya transmisión en vivo.
“El Estado te acusa si salis de cómo se supone que tenes que actuar ante un ataque heteronormativo”, opinó la abogada Gabriela Conder y fundamentó la importancia de que se generen las condiciones para que todes sigan el juicio contra Higui: “Queremos saber cómo resuelve el poder judicial en relación a una violación correctiva”, dijo. “Necesitamos estar en el juicio y que sea público”. El mensaje que otorgue uno de los poderes más cuestionados no puede ser la condena tras una legítima defensa con las herramientas de trabajo de una lesbiana.
Memoria feminista: el Estado es responsable de su encierro e integridad
La excarcelación extraordinaria de Eva Analía De Jesús, Higui, llegó el 17 de junio de 2017 tras días de incertidumbre y lucha. El 1 de junio de ese año, la habían trasladado desde el destacamento policial donde se encontraba privada de su libertad desde que fue atacada por varones violentos el 16 de octubre de 2016 en San Martín hacia el penal de Magdalena, en la órbita del Servicio Penitenciario bonaerense, alejándola de su familia. Desde entonces se lucha por su absolución.
Una semana después de ese traslado compulsivo, el 8 de junio, una convocatoria acompañó el pedido de su defensa ante la Sala de Apelaciones en los Tribunales tras la marcha que gritó el 3 de junio “ni una menos, vivas y libres nos queremos”, ocasión en que la libertad para Higui fue una demanda urgente en las calles y el escenario. Atrás había quedado la jornada que se organizó en varias provincias el 17 de mayo, día de lucha contra el odio hacia el colectivo LGBTIQ+.
La jornada por #LibertadParaHigui se realizó con la decisión de instalar el reclamo en el centro político e institucional del país. Ya que el acoso que padeció, las agresiones y las amenazas de los machos; la discriminación y criminalización de sus acciones de parte del poder judicial; y la negligencia de la policía apenas ocurrido el hecho que se juzgará; son una evidencia de la revictimización y el lesbo- odio del Estado. Al finalizar ese 17 de mayo, el reclamo por libertad para Higui trascendió todas las fronteras y tuvo uno de los guiños de color más emocionantes: René Higuita, el legendario arquero colombiano por quien Eva lleva el apodo, se solidarizó con el reclamo de libertad y subió a sus redes sociales una foto con el cartel #LibertadAHigui.
“Higui” es una lesbiana del conurbano profundo y estuvo privada de su libertad desde la noche en que se atrevió a defender su integridad del ataque de un grupo de varones violentos que la abordaron en su barrio, en el conurbano noroeste, con fines disciplinadores de su orientación sexual. Una agresión en contexto de amenazas que podría haber sido mortal y por la que fue imputada de forma inmediata por herir de muerte a Cristian Espósito.
Eva es otra víctima de la violencia machista que padeció en el encierro la revictimización de las instituciones que debieron protegerla, tras ser acusada por “homicidio simple” sin que se le crea ni se tenga en cuenta el contexto de desigualdad, lesbo- odio y violencias y desigualdades biográficas y sociales cotidianas que acompañaron la agresión que padeció.
En su historia, no casualmente, los varones que atentaron contra su integridad en impune abuso de poder no fueron señalados, investigados, detenidos ni imputados; ni por “lesiones graves”, ni por “abuso sexual”. Por eso, tras años de criminalización, la absolución de Higui apenas se acercará a la reparación y a la definitiva reconstrucción de sus opciones de vida y sus libertades.
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La reunión en la Plaza de Mayo fue una ronda y circulaba la palabra, como la pelota que anticipaba el “fulbito” que tendría como protagonista a Higui. Los trapos verdes y negros se mezclaban en las fotos con los pañuelos de las Abuelas y las Madres y las fotos con la frase “Yo me defendería como Higui” volvieron, junto a la organización disidente. La memoria y la solidaridad se activaron con los cuerpos historizados. La esperanza de la definitiva libertad rondaba; y se contagiaba de la misma forma en que lo hará la convocatoria a acompañar el juicio durante los próximos días. Un hit se anticipaba “Olé olé/ Olé olá/ Olé olé/ Olé olá/ Una lesbiana se defendió/ se llama Higui queremos la absolución”. Serán las frases que se escucharán frente a los tribunales de San Martín.
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