El gobierno de Estados Unidos anunció el lanzamiento de un plan de medidas para intentar restringir la posesión de armas entre los civiles.
El asesinato de 27 personas, entre las que se encontraban 20 niños de entre seis y siete años, ocurrido en diciembre pasado en el estado de Connecticut, tuvo como resultado la presentación por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de un plan con 23 decretos que buscará reforzar el control de armas en el país.
El programa anunciado por el mandatario, que estima una erogación de 500 millones de dólares, tuvo su prólogo en la comisión especial nombrada por la Casa Blanca para analizar el tema, presidida por el vicepresidente Joseph Biden.
A esto se suma un intenso debate en el país sobre la posesión de armamento en manos de civiles, derecho plantado en la Segunda Enmienda de la Constitución. Con la masacre perpetrada en la escuela primaria de Sandy Hook, en la ciudad de Newtown, la discusión sobre el tema se mantuvo presente en varios sectores de la sociedad. Quienes se manifestaron en contra de regular la tenencia de armas fueron los lobbys vinculados a la ultraderecha y el complejo militar industrial, así como la Asociación Nacional del Rifle (ANR).
En la presentación del plan, Obama dejó en claro su defensa a la Segunda Enmienda y llamó al Congreso a “tomar medidas críticas a través de la nueva legislación”. Igualmente, el mandatario reconoció que las medidas anunciadas no detendrán la actual problemática de la violencia armada, por lo cual llamó a los legisladores a colaborar para revertir la situación.
El plan plantea la prohibición de comercializar armas de asalto, la exigencia de comprobar antecedentes criminales para todas las ventas y un aumento de la cobertura médica en salud mental. A esto se suma otorgar recursos a los centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para que investiguen a nivel nacional el tema de la violencia, como también el nombramiento de un director la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) tras seis años sin una dirección permanente.
A esta medidas se agregan la restricción al acceso a los cargadores de alta capacidad, la eliminación de las balas perforadoras e instar a que los estados compartan a nivel federal sus bases de datos sobre antecedentes criminales. Según explicó el titular de la Casa Blanca, el plan reforzará la seguridad en las escuelas y colegios y ofrecerá fondos para la contratación de cerca de mil consejeros pedagógicos y psicológicos y para la puesta al día de planes de emergencia.
Al igual que la comisión especial comandada por Biden, el presidente estadounidense no se refirió a las compras de armas de forma ilegal, ni emitió crítica alguna a la industria armamentista, que promueve su consumo de manera indiscriminada.
Se calcula que en Estados Unidos, habitado por 311.999.354 de personas, existen en manos civiles entre 280 millones y 310 millones de armas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), estimó que en el país hay un promedio de 88,8 armas por cada 100 habitantes. Una investigación del Instituto de Estudios Internacionales, con sede en Ginebra, reveló que en Estados Unidos hay 90 armas por cada 100 habitantes. En las estadísticas, es seguido por Yemen, con 61, y Finlandia, con 56. En 2011, la encuestadora Gallup informó que 47% de los norteamericanos contaba con al menos un arma en su casa.
Desde la masacre en Sandy Hook, la violencia armada en Estados Unidos ocasionó otras 827 víctimas fatales, difundió recientemente un conteo extraoficial de la publicación Slate.