Por Marco Teruggi. Ayer hubiera cumplido 36 años. Clara Anahí nació el 12 de agosto de 1976, hija de Diana Esmeralda Teruggi y Daniel “Posky” Mariani. Vivó junto a sus padres hasta el 24 de noviembre de ese año, cuando fue secuestrada por las Fuerzas Armadas. Desde entonces su búsqueda ha sido incansable.
Hablar de Clara Anahí es abrir las puertas sobre nuestra historia reciente, su vida, es decir su ausencia, es el camino que nos lleva desde los años de lucha y resistencia frente al genocidio de la última dictadura militar, hasta la actualidad. Ese camino comienza el 12 de agosto cuándo al nacer, se encuentra inmersa en la historia de sus padres, la de una generación y de una organización armada: Montoneros.
Sus padres eran responsables de la imprenta de la organización, ubicada en la calle 30 entre 55 y 56, dónde eran confeccionadas las páginas de la revista Evita Montonera.
En esa casa vivían junto a otros cuatro militantes montoneros hasta el 24 de noviembre de 1976, día en que un operativo conjunto de las fuerzas armadas –encabezado por Camps, Etchecolatz, Suárez Mason- realizaron un ataque con más de cien efectivos, asesinando a Diana Esmeralda Teruggi, Daniel Mendiburu Eliçabe, Roberto Porfidio, Juan Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio –Daniel Mariani sería acribillado el 1 de agosto de 1977-.
Ese día Clara Anahí, que se encontraba en la casa con tan solo tres meses y doce días, fue secuestrada por las fuerzas armadas, formando parte del botín de guerra de los militares en el Plan Sistemático de robo de bebés -como ha reconocido su existencia recientemente la Justicia-.
Su desaparición forzada es una entre tantas que fueron sucediendo a lo largo del país y es a la vez el nacimiento de Abuelas de Plaza de Mayo, ya que su abuela Chicha Mariani junto a otras más, como Alicia De La Cuadra, se reunieron entonces en una plaza de La Plata para reconocerse e iniciar esa lucha ejemplar.
Desde entonces la historia de Clara es la de los nietos que se llevaron, de las Abuelas y las Madres, de la larga movilización por la construcción de una memoria crítica y popular, dónde fueron ingresando organismos de derechos humanos como Ex Detenidos-Desaparecidos o HIJOS, junto a movimientos populares, partidos o centros culturales.
Han pasado treinta y seis años desde que nació Clara Anahí en aquel invierno, el martes pasado se ha sabido la identidad del nieto número ciento seis – su nombre es Pablo Javier Gaona Miranda-, quedan casi cuatrocientos que aún desconocen su historia, entre ellos Clara.
Con el tiempo se han multiplicado los escraches a los genocidas y sus cómplices civiles, se ha avanzado en el encarcelamiento de más de un centenar de responsables –fruto de la tenacidad de la lucha popular- y la exigencia de mayor celeridad de los juicios, porque cada paso de memoria, de justicia, de verdad es una puerta que se abre sobre el futuro por el cual dieron la vida Diana, Daniel, junto a los treinta mil, futuro que no habita en este presente.
Ayer Clara Anahí cumplió años, la casa de la calle 30 abrigó visitantes, familiares, compañeros, una tarde de recuerdo y búsqueda, finalizando con una suelta de globos dónde una imagen de aquella beba espera caer en manos de una mujer que se reconozca en ella y pueda concluir en un abrazo prístino.