Agencia para la Libertad / RNMA. Carlos Guirula, un albañil de Posadas, fue reducido a golpes el sábado último por los efectivos policiales para ser llevado a la seccional, donde llegó muerto. Brutalidad policial, encubrimientos y silencio oficial.
El sábado 19 de julio por la madrugada el albañil Carlos Guirula fue detenido por policías de la Comisaría XIII de Posadas en el interior de un motel, a pedido de los empleados del establecimiento que lo acusaban de escándalo. También se hicieron presentes uniformados del Comando Radioeléctrico. Luego de ser reducido a golpes y esposado, Guirula fue lanzado a la caja de la camioneta policial para ser llevado a la comisaria, distante a 20 cuadras, a donde llegó muerto.
Las pericias practicadas posteriormente revelan que la causa de muerte fue la brutal paliza que recibió el albañil, que le provocaron el hundimiento del tórax, estallido de un pulmón y del bazo, además de presentar severos golpes en el cráneo y la zona lumbar. La saña con la que fue golpeado cuando estaba indefenso queda demostrada en la huellas de los borceguíes que le quedaron marcadas en la piel. Asimismo quedó en evidencia que los policías participantes habrían intentado borrar pruebas, y que habrían lavado la camioneta en la que se trasladó a la víctima, en la que igualmente se detectaron rastros de sangre.
El magistrado misionero que investiga el homicidio notificó ayer la imputación a los once policías detenidos y continúa investigando si hubo más efectivos involucrados, informaron fuentes judiciales.
Si bien se esperaba que ayer le tomara declaración indagatoria a los imputados, el titular del Juzgado de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, decidió citar a todos, notificarlos de la imputación y su situación procesal y recibir la presentación formal de sus abogados defensores.
Al finalizar la presentación de los abogados, el juez Cardozo se negó a hablar con la prensa y sólo aclaró que busca conocer más detalles de lo sucedido en la madrugada del sábado último, antes de tomar las indagatorias.
La investigación judicial sospecha que, además de los detenidos por su participación directa en el procedimiento y en la golpiza, hay otros efectivos involucrados en el ocultamiento de pruebas, situación que derivaría en una grave cadena de complicidades dentro de la fuerza policial.
Según las primeras investigaciones, de los once efectivos detenidos por el brutal crimen, nueve están acusados de participar en forma directa en el operativo que derivó en la detención y muerte de Guirula, en tanto que los restantes están acusados de encubrir el accionar de sus camaradas.
Entre los agentes que fueron llevados hoy ante el magistrado, están la oficial Lourdes Beatriz Tabarez, el sargento primero Claudio Marcelo Servián y el agente Carlos Da Silva, todos pertenecientes a la comisaría XIII, en cuya jurisdicción sucedió el hecho.
También comparecieron el oficial subayudante Carlos Alberto Sidorak, los cabos primero Lucas Nahuel Saravia, Sergio Damián Recalde y Ricardo Escobar; y los agentes Jorge Marcelo Bogado y Jorge Orlando Barrios, integrantes del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional uno.
Largo historial de muertes bajo custodia
Este nuevo caso de asesinato policial recuerda al de Hugo Miguel Wasyluk en 2010, quien fuera golpeado con saña, también mientras estaba esposado e indefenso, por policías de Villa Bonita. Las gravísimas lesiones provocadas a Wasyluk lo llevaron a la muerte en la Comisaria I de Oberá.
En Misiones, la Policía provincial acumula casos de golpizas y torturas en su haber, que en varios casos culminaron con la muerte de la víctima. Muchas veces, los asesinatos en celda se caratulan rápidamente como “suicidio”, lo que es la mayoría de las veces una sentencia anticipada de impunidad.
Tampoco se dan a conocer medidas políticas que demuestren alguna preocupación por parte del gobierno provincial en poner fin a esta práctica de represión que tienen una larga lista de víctimas. Recordemos que la Policía de la Provincia es una institución vertical, cuyo jefe político es el ministro de Gobierno Jorge Franco, quien continúa al frente de su cartera a pesar de la gran cantidad de casos de violencia policial denunciados.