Por Mario Hernández
Entrevista a Stella Maris “Pila” Garbarino, Presidenta de la Juventud Universitaria Católica en los ‘60
En Buenos Aires estamos viviendo una situación inesperada con el pedido de detención a Hebe de Bonafini.
Nos enteramos porque al estar todos con los celulares llegó rápido la información en relación a lo que está pasando con la titular de Madres de Plaza de Mayo, en medio de lo que estamos viviendo nosotros con el juicio en Tucumán.
¿Te referís al juicio por el Operativo Independencia?
Sí. Estamos muy conmocionadas. Esta noche (4/8) hay una marcha a partir de las 20.00 por el “ruidazo” contra el aumento de tarifas y los jueves a la noche marchan las Madres en la Plaza Independencia así que supongo que habrá otra convocatoria para tratar de entender lo que está pasando.
Se están juntando muchas cosas. Me hace pensar en un caleidoscopio esta situación, porque se presentan múltiples cuestiones que tienen que ver con lo mismo, con determinadas situaciones que parece que se vuelven a reiterar. Pero no podía faltar a tu convocatoria para recordar quién fue el Obispo Angelelli.
Recuerdo una entrevista que te realicé hace años, hablando del Obispo Enrique Angelelli , cuando lo nominan Obispo, vos que por aquellos años eras Presidenta de la Juventud Universitaria Católica, mencionás “por fin uno de nosotros”.
Fijate cómo es la vida, porque hoy se cumplen 40 años de su asesinato y hay una reunión en La Rioja a la cual asistieron 19 obispos, no todos, pero muchos han asistido, sobre todo los jóvenes. Ya el Santo Padre ha dicho que, más allá de que uno pueda o no cuestionar la figura de la Iglesia o la del Papa, se ha comprobado que fue asesinado, por lo tanto, es un mártir, abriendo el camino para la santidad.
Yo a Angeleli lo conocí cuando era asesor universitario en Córdoba y coordinaba los colegios mayores universitarios, que eran pensionados para los que iban a estudiar a la ciudad de Córdoba. Además de la vida estudiantil, se hacían distintas actividades que tenían que ver con ciclos de formación. En ese momento entendíamos esto como militancia cristiana. Angelelli fue un precursor, junto con otros que se formaron en Santa Fe, de lo que fueron los pensionados universitarios. Después fue elegido como Obispo en la ciudad de La Rioja, donde desempeñó una labor muy importante.
Los convocados ahora en la jornada de La Rioja, son los sacerdotes que están incluidos en la opción por los pobres. Eso también es importante, más allá de las creencias. Angelelli nos solía decir que teníamos que estar con el ojo en el Evangelio y el oído en el pueblo.
Más allá de tu recuerdo personal sobre el Obispo Angelelli, ¿cuál creés que fueron los motivos de su asesinato por la dictadura cívico-militar?
Estaban sucediendo muchas cosas, pero creo que lo que colmó la situación, según la información que tengo, es que logró que campesinos pobres accedieran a tierras fiscales y habían comenzado a organizar una cooperativa. Más allá de que el día de su asesinato volvía de dar una misa por otros sacerdotes que habían sido asesinados junto a un grupo de militantes, que supuestamente tenían vinculaciones con el Ejército Revolucionario del Pueblo. Yo creo que lo que más les puede haber molestado fue la posibilidad de la organización y el inicio de una experiencia de cooperativa popular.
¿Qué influencia tuvo sobre la Juventud Universitaria Católica que te tocó presidir en los ‘60?
Era asesor de los universitarios católicos de Córdoba. Teníamos otros asesores, como Pascale, Mugica en Buenos Aires, Ferrante, etc.
¿Cómo marcha el juicio por el Operativo Independencia?
Los juicios se realizan los jueves todo el día y los viernes por la mañana, porque el mismo Tribunal tiene que viajar a otras ciudades. Hoy han pasado bastantes testigos, ha habido testimonios en video conferencia. Hay situaciones muy difíciles, hoy me tocó acompañar a dos hermanos y una hermana, los dos hermanos habían sido secuestrados en la Escuelita, durante un mes aproximadamente y después los dejaron en libertad. Y mucha vinculación con las empresas de la zona, con los ingenios, con el San Miguel, donde inclusive se torturaba y se interrogaba prisioneros.
Más allá de todo eso, siento, y no soy la única, que no se está poniendo mucha energía en llevar adelante los juicios. Creo que para nada el contexto está ayudando y hay muchas dificultades que aparecen fundamentalmente en las actitudes de los abogados de la defensa.
Yo creo que se va a extender por lo menos hasta fin de año. Falta bastante.