Por Tomas Eliaschev* – @TomasEliaschev
Durante la última dictadura cívico-militar los grandes medios encubrieron y promovieron crímenes contra la humanidad. No fue gratis: se beneficiaron de negociados como el de Papel Prensa. Mientras tanto, y no por casualidad, el gremio de prensa fue uno de los más golpeados.
La violencia contra periodistas ya venía desde antes de 1976, con Onganía primero y luego con la Triple A. Entre las 172 trabajadoras y trabajadores de prensa asesinados y detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado entre 1966 y 1983, estaban quienes construían medios al servicio del pueblo y se organizaban sindicalmente en las redacciones. La potencia de sus historias de lucha alumbra el camino de nuevas generaciones que emprendemos las mismas búsquedas.
Este 24 de marzo encuentra al gremio de prensa en plena lucha. Nos toca enfrentar a los represores de hoy: durante el 2017 las fuerzas policiales detuvieron a 13 periodistas y dispararon balas de goma contra medio centenar de compañeros. En lo que va 2018 dos compañeros trabajadores de prensa fueron apresados. Su delito fue estar cubriendo la represión policial. A la par que denunciamos la violencia policial contra la prensa nos toca salir a movilizarnos en defensa de los puestos de trabajo: ya van más de 3000 puestos de trabajo perdidos desde que asumió Mauricio Macri. En estos días, estamos luchando contra vaciadores en Radio El Mundo y ajustadores en los medios públicos.
En Canal 7 vienen peleando, entre otros puntos, para que noticiero vuelva a salir el aire los fines de semana. Fruto de su lucha, los laburantes acaban de conseguir una victoria. Habían alertado que en el único canal estatal de alcance nacional no iba a realizar ninguna cobertura periodística de las movilizaciones que habrá en todo el país para reivindicar la memoria, verdad y justicia. Ante el inminente papelón, las autoridades decidieron realizar una cobertura de emergencia. De todas maneras, este sábado 24 de marzo, los trabajadores de prensa de la TV Pública, además de garantizar que la trasmisión oficial salga lo mejor posible, hacen su propio noticiero, el #NotiTrabajadoresTVP, y una radio abierta, junto al SiPreBA.
El compromiso con el movimiento de los Derechos Humanos tienen una larga tradición en el gremio de prensa. Algunos hitos nos demuestran que es posible que los trabajadores y las trabajadoras de prensa discutan colectivamente los contenidos periodísticos y desmarcarse el pensamiento patronal:
-En 1987, poco después del primer alzamiento carapintada, en la sección corrección del diario Clarín advirtieron que el diario estaba por publicar una solicitada a favor del genocida Jorge Rafael Videla. Lo mismo iba a suceder en otros cinco diarios. Los correctores llevaron su malestar a la Comisión Interna que dirigía Pablo Llonto. No querían trabajar para que ese texto salga sin errores. El tema se discutió en una asamblea, donde se habló del derecho a oponerse a la propiedad privada y de la potestad que tienen los laburantes para opinar sobre los contenidos. A raíz de la acción de los laburantes de base, los sindicatos gráficos, canillitas y prensa impulsaron una denuncia judicial que logró frenar el texto, que fue considerado como “tentativa de apología del delito”. Cuando todavía la democracia tambaleaba, fue un gran homenaje para Pedro Barraza, asesinado por la triple A y para Conrado Ceretti, Carlos Alberto Pérez, Ernesto Luis Fossati, Daniel Daroqui, Enrique Raab, Jorge Harriague y Luis Guagnini, desaparecidos por la dictadura.
-En 2014 la comisión interna de Atlántida/Televisa, que se había logrado organizar luego de dos décadas sin representación sindical, hizo su primera acción pública: un homenaje a los desaparecidos que trabajaron en la editorial. Uno es el ya mencionado Fossati. Los otros son Enrique “Jarito” Walker, Marcelo Ariel Gelman, Mario Waldino Herrera, Heraldo Juan Marucco y el gran escritor y guionista Héctor Germán Oesterheld. “Los valores de solidaridad, igualdad y justicia social que guiaron la militancia de los compañeros que estamos homenajeando, son los mismos que hoy marcan el camino de la Asamblea de Trabajadores de Editorial Atlántida-Televisa. Su ejemplo es el que alimenta nuestra lucha por dignificar el trabajo y hacer valer los derechos laborales. Recordarlos con esta baldosa es una manera de reforzar la memoria colectiva y ponderar la unidad de los trabajadores; con el deseo de que esta unidad, la cual venimos construyendo desde que comenzamos con las Asambleas, tome la forma de autonomía y habilite un posicionamiento crítico ante los contenidos que se produjeron y producen en las revistas para las que trabajamos… manifestamos nuestro más enérgico repudio a la complicidad que mantuvo esta empresa con la dictadura. Nos produce un profundo rechazo saber que desde revistas como Gente, Para Ti y Somos, se armaron operaciones de prensa en connivencia con los genocidas”.
-En 2015, ni bien ganó la alianza Cambiemos el balotaje, los dueños del diario La Nación sintieron que tenían que marcarle la cancha a Macri. Escribieron el editorial “No más venganza”, donde luego de plantear similitudes entre los terroristas de ISIS y los militantes de los ’70 reclamaban prisión domiciliaria a los genocidas ancianos y que no se avance sobre los criminales de lesa humanidad que integraban el poder judicial, es decir que no avancen los juicios contra los civiles. La reacción de los laburantes fue histórica: “Rechazamos la lógica que pretende construir el editorial de hoy, que en nada nos representa al igualar a las víctimas del terrorismo de Estado y el accionar de la Justicia en busca de reparación en los casos de delitos de lesa humanidad con los castigos a presos comunes y con una ‘cultura de la venganza’. Los trabajadores del diario La Nación decimos SI a la DEMOCRACIA, a la continuidad de los juicios por delitos de lesa humanidad y decimos NO al OLVIDO”, plantearon en un comunicado votado en una asamblea masiva, en el corazón del medio más tradicional del país. La foto que se sacaron en la redacción se divulgó tanto por las redes a tal punto que al día siguiente, La Nación publicó la imagen y el texto, un hecho sin precedentes. Como no recordar a Emilio Jauregui, el primer mártir del gremio de prensa, asesinado por policías en 1966. O a María Cristina de Solís, Francisco Marín, Rita Irene Mignaco, Juan Miguel Satragno, Victor Seib y Horacio Speratti, desaparecidas y desaparecidos por la dictadura.
En ese camino estamos como Sindicato. Por eso estuvimos en agosto pasado participando del homenaje a Héctor “el Negro” Demarchi, delegado del Cronista Comercial por la Asociación de Periodistas de Buenos Aires. Y por eso estamos junto a la Comisión Vesubio y Puente 12 reclamando justicia. Allí fueron vistos tres notables creadores que tuvieron mucho que ver con las redacciones: el ya nombrado Oesterheld, Haroldo Conti y Raymundo Gleyzer.
Hace unos días estuvimos junto con Patricia Walsh en la esquina de San Juan y Entre Ríos, homenajeando a su padre, Rodolfo Walsh. Fue durante la marcha de antorchas organizada por el Espacio para la Memoria “Virrey Cevallos”, el 21 de marzo. “El SiPreBA tiene toda la autoridad para reivindicar la memoria de mi viejo”, nos dijo Patricia ese día, destacando la importancia de la organización sindical en prensa.
Hoy, domingo 25 de marzo, participamos junto a ella en San Vicente de las actividades por el 41 aniversario de la desaparición de Rodolfo Walsh. Nos sumamos a la marcha que se realiza a la casa donde se escribió la Carta Abierta a las juntas militares. La vivienda se encuentra usurpada por un policía que participo del allanamiento y saqueo que se produjo mientras Walsh era trasladado a la ESMA.
En su memoria y en la de todos los compañeros caídos por el terror de Estado, levantamos sus banderas. Continuamos su lucha por una sociedad más justa y nos seguimos organizando junto al pueblo trabajador. Nuestro compromiso como trabajadores de prensa es que nunca más los medios de comunicación sean una herramienta del terror.
*Secretario de Derechos Humanos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA)