Se retomó el trabajo de la comisión bicameral del Congreso que busca avanzar en la sanción del nuevo Código civil. Las modificaciones a los artículos originales y la presión de la iglesia. El massismo afirmó que apoya en lo general.
Si bien originalmente el proyecto había sido presentado a finales del año pasado, de manos del ministro de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, fue recién el pasado jueves cuando el oficialismo volvió a darle impulso.
Frente a la comisión bicameral estaban citados para participar hoy el ministro de Justicia y Derechos Humanos y su vice, Julio Alak y Julián Álvarez. Sin embargo, excusándose en “cuestiones de agenda”, los funcionarios kirchneristas no se presentaron ante la bicameral. Por este motivo el senador que preside la comisión, Marcelo Fuentes, kirchnerista, pasó a cuarto intermedio de 24 horas hasta hoy.
La comisión prevé avanzar esta semana con la firma del dictamen de los anteproyectos. De esta manera el extenso expediente sería debatido en la Cámara de Senadores una semana después.
Después de las exposiciones de Alak y Álvarez el lunes y la de los juristas el martes, el miércoles se espera que obtenga dictamen en el Senado y luego pase a Diputados, donde sería tratado en el período de sesiones extraordinarias.
Sucede que las mayorías del Frente para la Victoria y sus aliados se estrecharán luego de esa fecha, cuando el Congreso mostrará su nueva composición post elecciones legislativas.
Principales puntos en cuestión
Entre las principales puntos que continúan en pie tras la críticas de sectores de la Iglesia y de la oposición están el divorcio express, la fertilización asistida para matrimonios del mismo sexo y la gestación post mortem. Originalmente el proyecto incluía la gestación por sustitución, más conocida como alquiler de vientre. De las modificaciones al Código Civil participaron el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, su par Elena Highton de Nolasco y la jurista Aída Kemelmajer de Carlucci.
Ya en abril de 2012 la Iglesia había difundido un documento sobre el Código en ciernes. Habían puesto la mira en la permisividad de criterios de la fertilización asistida, particularmente el alquiler de vientres, y en “el status o situación jurídica” de los embriones no implantados en el seno materno. Además objetaron “la casi absoluta equiparación” de la “unión convivencial” con el matrimonio, la fecundación post mortem y el denominado divorcio exprés.
Con Bergoglio en el Vaticano, el texto pasó a dominios de Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados y católico consustanciado, quien fue encomendado por la Presidenta para atender las demandas de la jerarquía eclesiástica.
Hace unas tres semanas, Domínguez convocó al bloque del FPV donde comunicó que los cambios de la Iglesia serían, en parte, atendidos. Allí se acordó que los temas críticos, como el de los embriones, sean pensados para leyes complementarias.
Otro de los puntos que se señalan desde la oposición es la no inclusión de la responsabilidad del Estado en el nuevo Código fue el eje de la discusión durante la audiencia de ayer. En este punto el kirchnerismo argumenta que la responsabilidad civil del Estado y sus funcionarios públicos en hechos que perjudiquen a un particular o a una empresa deberán ser dirimidos en el fuero contencioso administrativo.
El diputado Juan Tunessi, del radicalismo, cuestionó esta decisión por considerar que esta “regulación que se pretende no respeta los estándares mínimos de constitucionalidad”. Gil Lavedra, también del radicalismo, explicó que “las disposiciones del Código civil no son todas del derecho privado” y advirtió que la normativa en ese sentido “debe ser igual en todo el país”. También se manifestó por la negativa el diputado Pablo Tonelli del PRO. Dijo que “la pretensión de excluir” ese punto del Código “es vana” ya que el proyecto oficial “está plagado de conceptos que son del Código Civil”.
Sergio Massa confirmó que los diputados que responden a su bloque van a “separar la paja del trigo y decir qué está mal”. Además, el diputado electo, remarcó que “lo bueno hay que apoyarlo, lo malo hay que criticarlo porque de otra manera, para matar la mosca terminamos matando la vaca”, reafirmando de esta manera la estrategia de capitalizar la referencia positiva que el kirchnerismo generó en algunos puntos.
El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, cerró la discusión al ponderar la actitud del oficialismo de haber dado este “debate de cara a la sociedad” más allá, dijo, de las diferencias que puedan existir “jurídicas y políticas”. De similar modo se refirió Aníbal Fernández al hecho, al asegurar que ya la mayoría de las propuestas estaba aceptadas y que en definitiva lo que se busca es “mejorar la calidad de la relación del Estado con la sociedad”.