Del temporal a la catástrofe social, un panorama del impacto de la inundación que afecta a ciudad y provincia de Buenos Aires. La mirada de un experto en planificación urbana.
56 muertos, 600 mil personas sin luz y 2200 evacuados son las cifras más impactantes de una jornada que se caracterizó por el desconsuelo pero también por una amplia solidaridad.
Si bien las consecuencias de las precipitaciones continuaron en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) durante toda la jornada de ayer, la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires fue el centro de todas las miradas. El desastre social que generó la inaudita tormenta de la noche del martes aún está lejos de poder medirse en su totalidad, pero todo el mundo coincide en que el impacto no será fácil de contrarrestar. Viviendas, autos, calles, todo fue arrasado por los ríos tormentosos que inundaron y agobiaron la ciudad, alcanzando más de un metro y medio de agua de altura en algunas zonas.
En La Plata hubo un total de 48 personas fallecidas, de las cuales al cierre de esta edición sólo se conocía el nombre de la mitad y se esperaba que la lista aumente con el correr de las horas, al avanzar las tareas de rescate casa por casa. Dos muertes ocurrieron en el conurbano bonaerense y las seis restantes en la CABA.
Las distribuidoras Edenor y Edesur, que operan en la CABA y el conurbano bonaerense, indicaron que a medianoche sumaban 52 mil los clientes afectados por los cortes (aproximadamente 208 mil personas). Por su parte Edelap, que se ocupa del suministro eléctrico en La Plata, Gran La Plata, Berisso y Ensenada confirmó que los clientes sin servicio sumaban alrededor de 85 mil, es decir unos 340 mil habitantes. A 24 horas de las lluvias, la empresa aún no podía confirmar cuando se restituiría el servicio a las zonas afectadas, ya que, según explicaron, se irá haciendo a medida que bajen las aguas de las cámaras subterráneas.
Entre las medidas de contención, el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, indicó que se dispondría de alrededor de 400 efectivos de la policía bonaerense para patrullar ayer por la noche las áreas más afectadas por el temporal en la zona de La Plata (Los Hornos, Villa Elvira, San Carlos y Tolosa y la franja de las calles 32 a la 40, en el centro de la ciudad) con el fin de constatar la presencia de personas dentro de las viviendas afectadas y evitar robos.
Tanto Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, como Mauricio Macri, jefe de gobierno porteño, anunciaron créditos y subsidios para los damnificados.
En la CABA, todavía continúan barrios enteros sin luz como Belgrano, Coghlan, Villa Urquiza, Villa Pueyrredon, Villa Ortúzar, Núñez y Saavedra. Y zonas de Villa Crespo, Versalles, Villa Luro, Floresta, Villa Devoto y Villa del Parque también sufren interrupciones parciales de suministro eléctrico.
Por otro lado, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, recorrió algunas de las zonas más afectadas y habló con vecinos y con la prensa sobre la situación. Luego se reunión con Scioli en la gobernación para articular la ayuda del Estado nacional con el de la provincia.
Solidaridad Popular
Decenas de organizaciones populares y sociales pusieron manos a la obra en tareas de contención, distribución de donaciones, colectas y ayuda a las víctimas de la inundación en la CABA y en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires. Federaciones estudiantiles de la Universidad Nacional de La Plata y la UBA (FULP y FUBA), organizaciones de izquierda, agrupaciones alineadas con el kirchnerismo, comedores populares, entre otros, difundieron durante toda la jornada decenas de puntos de recolección de donaciones y estuvieron colaborando solidariamente en las zonas más afectadas.
Planificación cero
Marcha dialogó con Guillermo Boffelli, arquitecto y ex funcionario de la municipalidad de Quilmes, quien acercó algunos elementos para pensar las inundaciones. Analizó la falta de planificación de la ciudad de Buenos Aires como una de las causantes por las que la zona desborda, no sólo en situaciones de precipitaciones abundantes y sorpresivas como esta vez, sino habitualmente: “La cuenca hídrica existe y no se respetó. Vos deberías tener barrios como por ejemplo Caballito, Almagro, un campo de dos kilómetros con un río en el medio, y después de nuevo otro barrio como Belgrano o Nuñez. Y en el medio tenés un kilómetro de campo o por lo menos 300 metros dejando la cuenca natural”. Y, por otro lado, agregó: “El Estado tiene que regular a qué altura se construye, cuanta densidad de gente. Porque el Estado después va a llevar el agua, el gas, las cloacas, la luz, todo. La ciudad la tiene que hacer el Estado. Si la hacen los privados pasa esto. Pero no es de ahora, viene de hace 200 años el problema”.
“Hay un montón de cosas no pensadas en función de lo que podría pasar si hay inundaciones. Abajo de los edificios está aprobado poner medidores de gas. Una locura. Se te llena de agua y los medidores no sabes si vuelven a funcionar. Abajo de los edificios podes poner cocheras de autos, también otro problema”, continuó explicando, sobre la falta de previsión y planificación de las ciudades.
“La última ley que hay para regular la planificación urbana de la provincia de Buenos Aires es la 8912 del año 1979”, explicó. Y agregó“Estamos trabajando con una ley de la dictadura militar”.