Por Camila Parodi. La noticia de la aparición de cuerpo de Daiana puso nuevamente a la violencia contra las mujeres en la agenda pública, en ese marco movimientos sociales y familiares de mujeres víctimas de trata y femicidios decidieron manifestar su voz en un grito unificado: “El machismo nos mata”, aseguraron en la convocatoria realizada el día de ayer en el Obelisco.
Hace una semana, Daiana salía de su casa en Paternal, donde vivía con su mamá y hermanos, para dirigirse a una entrevista de trabajo que le había propuesto el tío de un amigo. Desde ese momento no se supo mucho más. Mensajes confusos y teléfonos apagados alertaron a familiares y amigos que realizaron la denuncia de desaparición de la joven. Al día siguiente, el cuerpo de Daiana es encontrado en una bolsa en la ruta 4 y a partir de ese hecho, comienza la investigación del caso encontrando hasta el momento como principal autor a un conocido de la joven, Juan Manuel Fígola, quien se suicida ese mismo día.
Una vez conocida la noticia, el discurso de los medios hegemónicos tergiversó y estigmatizó la historia de vida de Daiana, reprodujo la violencia machista que la joven ya había tenido que atravesar. Es así que, como en tantos casos de femicidios mediáticos, la información se centró en la vestimenta, actitud y familia de la víctima en vez de enfocar en el agresor como femicida. De esta forma, la víctima se volvió de alguna manera culpable de su muerte por haberla “provocado” con su “short corto y su libertad de andar sola”.
Basta de femicidios
En el día de ayer, a partir de una convocatoria realizada principalmente por Facebook movimientos sociales, colectivos culturales y familiares se movilizaron en el Obelisco desde las 19 para visibilizar que el caso de Daiana en particular no es un hecho aislado. La plaza de la Republica concentró más de doscientas personas conmovidas y enrabiadas por lo acontecido que, con carteles, intervenciones, siluetas y canciones manifestaron su preocupación sobre la violencia sistemática que existe en nuestro país contra las mujeres por el simple hecho de serlo.
En Argentina muere una mujer cada 30 horas por causa de femicidio. La Casa del Encuentro detalló que durante el año pasado, 277 mujeres murieron por femicidio, de las cuales 105 de esas víctimas tenían menos de 30 años. Por ello el caso de Daiana no es casual ni peculiar, la vulnerabilidad que atraviesan y el rol de mercancía de consumo en el que se coloca a las jóvenes es la inseguridad de la que nadie habla. De la violencia patriarcal que en ellas ejecutan los varones que están detrás, tampoco.
“No están perdidas, son desaparecidas para ser prostituidas”, se escuchaba cantar en el centro de la ciudad porteña. Mientras tanto, cientos de personas que salían de sus trabajos atravesaban velozmente la movilización dirigiéndose a sus hogares, algunos interpelados frenaban a escuchar al grupo convocado allí. Que repetía los nombres de algunas mujeres víctimas de femicidios: “Iara, Daiana, Daniela, Romina, Reina, Micaela, Marita, Florencia entre tantas y tantas, presentes!”.
En conferencia de prensa, Karina Lopinto madre de Daiana, expresó su agradecimiento ante la solidaridad recibida en la concentración, sobre todo por estar “apoyada por tantas otras familias que pasaron lo mismo. Que no pase más, y si pasa que las victimas no sean las culpables”, enfatizó. En ese marco, manifestó que siguen esperando una respuesta judicial sobre el caso de su hija. “No sólo es Daiana, es por todas”, planteó, a modo de cuestionamiento del rol de los medios hegemónicos que allí se encontraban presentes, ya que “lo primero que hacen cuando aparece una joven asesinada es cuestionar como se vestía o si era simpática o si no lo era. Las mujeres pueden andar solas, ese no es el problema”. Seguido de ese pronunciamiento, pidió respeto para sus seres cercanos: “atrás de las chicas hay padres, hermanos, primos que están muy dolidos como para escuchar estas barrabasadas”.
“Mujeres: tenemos que organizarnos, no pueden seguir matándonos como si nada.”
Marisol Mouriño es integrante de “Compadres del Horizonte” y formó parte junto con otras mujeres de diversas organizaciones de la realización de la convocatoria “Basta de femicidios”, realizada ayer, en la avenida 9 de Julio y Corrientes. Allí la militante dialogó con Marcha.
“La iniciativa surge a partir que una compañera es prima de Daiana, y además gran parte de las compañeras que impulsamos esta movilización integramos movimientos sociales, somos mujeres que nos estamos organizando y la idea es poder visibilizar lo que pasa, que nos matan por ser mujeres porque creen que tienen algún tipo de decisión sobre nuestro cuerpo. Y más aún, que ni social ni legalmente se reconoce el femicidio como una figura”, enfatizó Mouriño.
Además, manifestó que la necesidad de realizar la movilización surge especialmente a pedido de la familia, que “tenía ganas de reivindicar a Daiana”, relató. Sin embargo, aclaró que “no fue sólo a ella sino que acá también hay familiares de otras mujeres y eso es un poco el objetivo de esta concentración dar cuenta que Daiana puede ser cualquiera de nosotras. Si no salimos nosotras a pedir justicia, no lo hace nadie”, acentuó la integrante del colectivo cultural.
En ese marco, expresó que “hay distintos colectivos feministas organizándose, a veces se posiciona al feminismo como algo negativo y como opuesto al machismo”. Sin embargo, recalcó “el feminismo no sólo es antimachista, es un movimiento humanitario por sobre todas las cosas.”
La violencia sufrida en los últimos días por Daiana y su difusión estigmatizada en los medios aparecen nuevamente como una instancia organizativa para los colectivos de mujeres que luchan contra la violencia patriarcal. En esa línea, Mouriño resaltó que, “si bien nos organizamos en nuestros propios espacios, hay instancias que nuclean nuestras luchas como la Campaña Nacional Contra las Violencias Hacia las Mujeres y la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En esa articulación nos proponernos accionar juntas contra estas violencias que atravesamos las mujeres. Lo interesante es eso, que nos atraviesa a todas sin distinguir clase ni raza por eso este es un llamado a todas las mujeres, a poder despertar y decir basta. Nadie nos da respuesta, por eso nos corresponde a nosotras las mujeres esa tarea para terminar con todo tipo de violencia.”