Este martes se volvieron a registrar serios incidentes en El Cairo, la capital de Egipto y otras ciudades del país. Manifestantes a favor y en contra de la reforma constitucional que se votará el próximo sábado se movilizaron y los enfrentamientos entre ellos y con la policía dejaron muertos y heridos.
El martes, jornada en la cual se anticipaban varias movilizaciones, arrancó con serios incidentes. Desconocidos armados de garrotes y armas blancas asaltaron durante la madrugada las carpas instaladas en la Plaza Tahrir, donde hace dos semanas protestan opositores al presidente egipcio, Mohamed Morsi.
Grupos laicos y de izquierda se oponen a la reforma constitucional que pretende impulsar el gobierno de la Hermandad Musulmana (HM). Este agrupamiento político resultó ganador de las elecciones legislativas y presidenciales que se realizaron en Egipto luego de años de dictadura y el derrocamiento de Hosni Mubarak.
La nueva carta magna contiene leyes de corte religioso, inspiradas en el Islam tal como sostiene el programa de la HM. En su momento, cuando se redactó el proyecto, los diputados laicos y de izquierda se retiraron del parlamento en señal de protesta por lo que el texto final está íntegramente redactado por islamistas. Esta nueva constitución deberá ser votada el próximo sábado en un referéndum popular lo cual ha dividido a la sociedad egipcia.
Intentos de conciliación del primer magistrado, incluida la renuncia a las facultades excepcionales que asumió por una Declaración Constitucional el pasado 21 de noviembre, no han logrado atenuar la crisis, la cual cada vez más adquiere matices de lucha abierta.
En tanto, un comunicado del ministro de Defensa, general Abdel Fattah el Sissy, convocó para este miércoles un diálogo entre las partes en pugna, incluido el mandatario, para allanar las diferencias. Al encuentro están invitados representantes de comunidades religiosas, de organizaciones juveniles, la Iglesia, campesinos y obreros y miembros del Gobierno, según reza el comunicado difundido por el portavoz oficial Mohamed Alí.
Ajenos a la convocatoria, los detractores de Morsi se concentraron frente al Palacio Presidencial de Ittihadiya y vulneraron el muro de bloques de concreto erigido por el Ejército horas atrás. La Guardia Republicana, encargada de la custodia del mandatario, y unidades del Ejército llamadas a preservar el orden, se abstuvieron de impedir el paso de los manifestantes a las proximidades de la mansión. Ante un palacio de paredes pintadas con grafitis contra Morsi y resguardado por un cordón policial, los congregados cantaron lemas que pedían la salida del poder del presidente y mostraron banderas de Egipto y fotografías de jóvenes revolucionarios fallecidos.
Apenas a cinco kilómetros, en Nasr City, una multitud manifestó su apoyo a Morsi y al proyecto constitucional. Manifestaciones similares tuvieron lugar en otras ciudades importantes del interior donde se podían ver banderas con versos coránicos y entonando lemas como “El Islam es la solución”, propio de la Hermandad Musulmana.
Morsi había dado poderes policiales al Ejército hasta que se conozcan los resultados del referendo y lo autorizó a detener a civiles. Sin embargo, la Presidencia aclaró que el decreto no estipula que los civiles arrestados sean procesados ante la Justicia castrense.
Al momento del cierre de esta edición, al menos 8 personas habían muerto y más de 800 resultaron heridas producto de las manifestaciones y enfrentamientos.
Por su parte, el Club de Jueces, la principal asociación de la magistratura, anunció hoy que sus miembros no participarán en la supervisión de la consulta, según lo decidieron más del 90% de los magistrados. Por ahora, la oposición, reunida bajo el Frente de Salvación Nacional, ha pospuesto hasta hoy, miércoles, su decisión sobre si boicotear o pedir el no en el plebiscito. Hasta ahora, el Frente abogó por el aplazamiento de la consulta.