Segunda parte de la entrevista realizada por Con el pie izquierdo de Radio Sur FM 88.3 a Carolina Ocar, delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) a seis años de su intervención. La cotidianeidad en el organismo, el sistema de premios y castigos y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
-¿Cómo es un día “normal” en el INDEC desde la intervención? ¿Cómo se transformó la cotidianeidad?
-Bueno, depende de para quién. Para los delegados es estar siempre al pie del cañón. Llegar a trabajar y saber que todos los días vas a tener algún tipo de conflicto. Hace muy poco, en el mes de diciembre, intentaron despedir a un compañero que está en planta permanente (sabemos que la planta permanente en el Estado no se toca). Gracias a la resistencia, la pelea y una estrategia legal junto con nuestros abogados hemos podido sostener al compañero. Pero hasta que no frenamos la situación teníamos que ir todos los días con la escribana, ver que al compañero no lo dejaban ingresar y demás. Esa es una situación. Otra cosa que sucede es que vienen al local gremial los compañeros a denunciar situaciones concretas. Por ejemplo “traje un cuestionario donde yo consigné con lapicera que el pan estaba siete pesos y me lo adulteraron”.
Entonces estamos en un proceso tanto de defensa de los trabajadores, para que no se sigan alterando las condiciones de trabajo, como también llevando todo un registro de las situaciones que tienen que ver con la manipulación de los datos. A su vez, hemos hecho denuncias en la Justicia y a mí ahora me toca ser testigo por el despido de un compañero. Además, ante la falta de información estadística tenemos una comisión técnica en el marco de la Junta Interna donde intentamos acercarle a los trabajadores y al pueblo herramientas que le permitan tener algún tipo de dimensión sobre la realidad. Hemos sacado el dato hace muy poco tiempo, con una medición alternativa, que nos ha dado que una familia tipo (4 personas) necesita para vivir alrededor de siete mil pesos, lo cual está muy lejos de los $6 diarios que según el INDEC necesita una persona para subsistir.
-Hace pocos días el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer un informe cuestionando las estadísticas del INDEC y emitió una sanción. ¿Esto tuvo alguna repercusión en el organismo o en los trabajadores?
-Efectivamente, el FMI el 1 de febrero se manifestó con una sanción que es casi un hecho inédito ya que el Fondo parecía que no aplicaba este tipo de sanciones por conveniencia. Pero finalmente la aplicó porque le convenía para otra cosa. Para los trabajadores es una situación complicada porque si bien pone en el tapete el tema de la manipulación de las estadísticas públicas también es cierto que nosotros desde hace mucho tiempo nos venimos manifestando en contra de las políticas de ese organismo multilateral de crédito.
En primer lugar, es pertinente decir que el FMI, al ser un organismo de crédito, no es una institución que asesore en estadísticas. Si nosotros queremos que alguien nos asesore en cómo se deben elaborar las estadísticas tenemos que recurrir a otro tipo de organismo. No a un organismo multilateral de crédito del que conocemos los condicionamientos que viene ejerciendo no sólo hacia la Argentina sino también con otros países de América Latina.
Desde nuestras organizaciones siempre hemos manifestado que la Argentina tiene que romper con el FMI. Entonces en este momento no vamos a ser oportunistas y decir “como el FMI sancionó ahora bancamos al FMI”. No, nosotros seguimos sosteniendo lo mismo.
No queremos ningún tipo de intervención. Ni la intervención del Gobierno nacional ni la intervención de un organismo multilateral de crédito. Creemos que la única manera de salir de esta crisis por la que atraviesa el INDEC es que se vayan la intervención y la patota, que vuelvan los trabajadores despedidos y que se les devuelvan las tareas a los trabajadores desplazados.
Y, por supuesto, que quienes han sido removidos, que son quienes saben cómo se hace el trabajo, tengan una mayor participación en la elaboración de las estadísticas. Los trabajadores tenemos un rol fundamental en el funcionamiento del Estado.
-¿Cómo viven los trabajadores que han sido desplazados, que saben cómo se hace el trabajo pero se encuentran sin tareas asignadas, el ingreso de gente afín a la intervención que no tiene trayectoria ni conocimientos respecto de la elaboración de estadísticas?
-La intervención entró con una política de premios y de castigos. De premios a los que manipulan, a los que eran hostiles la crítica. Esos premios significan darle los aumentos salariales que a nosotros nos quitan, reparto discrecional de dinero, mejores condiciones en el lugar de trabajo, etc.
Dentro de los castigos existe la política de desplazamiento y hay distintas categorías. Están los desplazamientos completos como en mi caso y el de muchos delegados. Ese desplazamiento total significa que cuando se rearmaron las oficinas nos dejaron afuera. Es decir que no había lugar para nosotros, nos quitaron escritorios y computadoras. Ese es un tipo de desplazamiento.
Después hay otro tipo de desplazamiento que es, por ejemplo, la quita de la clave informática para poder entrar en la máquina. Entonces a esa persona se le deja el escritorio, su lugar en la oficina, pero no tiene acceso a una computadora. Es una situación de mucho desgaste. Este es uno de los factores que ha llevado a tantos compañeros a renunciar.
-Este viernes 15 hay un nuevo abrazo al INDEC
-Exacto. Nosotros desde hace seis años que hacemos un abrazo todos los meses cuando se anuncia el Índice de Precios al Consumidor manipulado. Este va a ser muy especial porque se cumple un nuevo aniversario desde que estamos en la calle. A las 13 horas vamos a estar en Diagonal Sur y Perú.
Entendemos que la batalla cultural la tenemos ganada, que el pueblo se ha hecho eco de esta pelea.