Fotografía de Haymarket Square, Chicago en 1892, 6 años después de que en la misma plaza se llevara a cabo la represión que dio origen al día del trabajador
Una breve historia del día del trabajador. De Chicago a Plaza Lorea, hechos que marcaron la memoria colectiva del pueblo trabajador.
Hace 126 años, en la primavera de 1886, la clase trabajadora norteamericana salía a la calle a exigir la jornada de laboral de ocho horas y haciendo caso omiso a las amenazas de patrones y autoridades, convocaba a la huelga general. Más de 350.000 trabajadores en 11.562 establecimientos adherían al paro.
En la ciudad de Chicago, los huelguistas, dirigidos por el militante socialista Alberto Parson y por el anarquista Augusto Spies, paralizaron la ciudad al grito de “muerte a los enemigos de la humanidad”. Ese día una movilización obrera frente a la fábrica de maquinaria agrícola McCormick de esa ciudad fue salvajemente atacada por la policía. En respuesta a la represión, el 4 de mayo se realizó una masiva movilización de miles de obreros en la Plaza Haymarket y al finalizar el acto explotó una bomba que dejó decenas de heridos. La respuesta policial no se hizo esperar y el saldo fueron más de una docena de obreros muertos y 200 heridos. Ocho militantes anarquistas y socialistas fueron detenidos acusados de instigar a la violencia, entre ellos los dirigentes Parsons, Spies, Fischer y Engel que fueron ejecutados.
Tres años después, se reunía en París la Segunda Internacional que declaró el 1° de mayo como jornada mundial de lucha obrera e internacionalista, y convocó para dicha fecha a una jornada de movilización por las ocho horas y en solidaridad internacional con los “mártires de Chicago”.
En nuestro país, se realizaron movilizaciones en Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca y Chivilcoy. Al reclamo de la jornada de ocho horas se le sumaron otras demandas: la igualdad de trabajo entre el hombre y la mujer, la prohibición del trabajo de niños menores de 14 años, la abolición del trabajo nocturno, seguro obligatorio contra accidentes a expensas de los empresarios y del Estado, etc. Días más tarde, dichas reivindicaciones fueron presentadas en el Congreso de la Nación en una proclama conocida como “Primer Programa”, que fue acompañado con siete mil firmas. Llamativamente, entre los oradores se encontraba una trabajadora anarquista, Virginia Bolton, mostrando el protagonismo de las mujeres como constructoras de la organización del movimiento obrero argentino.
A partir de 1890, los trabajadores del mundo conmemoran todos los 1ro de mayo su derecho a la emancipación. Desde entonces los sectores dominantes han realizado grandes esfuerzos para que los trabajadores del mundo olviden el contenido de lucha y solidaridad de aquel 1ro de Mayo. Estados Unidos es el único país que no conmemora aquellas jornadas. Allí el día del trabajador se celebra el primer lunes de septiembre, y en varios países se ha convertido en un simple feriado.
Argentina, 1909: “La Semana Roja”
El 1ro de mayo de 1909 las tropas de la policía al mando del Coronel Ramón Falcón asesinaron a 12 trabajadores e hirieron a centenares para dispersar un acto convocado por los anarquistas en Plaza Lorea.
Más de 20.000 trabajadores que marchaban desde Constitución a plaza Colón en el acto organizado por los socialistas, convocaron de inmediato a una huelga general en solidaridad con los compañeros asesinados exigiendo la renuncia del jefe de la policía. La indignación popular fue creciendo y el 3 de Mayo las organizaciones obreras conformaron el comité de Huelga contra la represión, pues a la masacre de Plaza Lorea se sumaban varios hechos represivos graves y las persecuciones y deportaciones sufridas por la Ley de Residencia, mediante la cual el Poder Ejecutivo tenía la faculta de expulsar o negar la entrada al país de todo extranjero que tuviera antecedentes o representara un “peligro para la seguridad nacional”.
Más de 300.000 trabajadores participaron del sepelio de los 12 obreros asesinados y se multiplicaron los actos de solidaridad. A pesar de las detenciones y las persecuciones, la organización y resistencia del movimiento obrero continuaba desarrollándose. Ese mismo año, Simón Radowiztky, joven herrero y anarquista de 19 años, ajusticiará al jefe policial, siendo condenado a la cárcel de Ushuaia.
Sin lugar a dudas, los sucesos de Chicago y Plaza Lorea representan momentos claves en la historia del movimiento obrero. La reacción y la solidaridad de los trabajadores frente a la brutal represión formó y seguirá formando parte de la memoria histórica del pueblo trabajador y se reactualiza en cada una de sus luchas.