Por Ximena Schinca / @ximenaschinca – Foto por Florencia Bertolini
A horas de la jornada histórica del 8A, mientras persistía el frío en los huesos y secaba y renovaban lágrimas de emoción y orgullo feminista, hablamos con Belén, la joven tucumana que pasó tres años presa tras un aborto espontáneo. Pocos días antes de cumplirse dos años de su liberación en agosto de 2016, el diálogo -que comenzó como un intercambio de palabras de apoyo entre compañeras – devino entrevista por la fuerza propia de su voz.
Hoy Belén tiene 30 años, “me pasaron los años”, bromea. A los 24 años, el Estado argentino encerró a Belén en un penal de su provincia, acusándola del peor crimen que una persona pudiera cometer: homicidio. Belén había llegado al hospital con un aborto en curso, de allí pasó al penal del que recién salió con 27 años de edad.
“Me arrebataron tres años y muchas cosas más”, dice hoy y es, por eso, y porque siente que el pasado 8 de agosto, las y los senadores le negaron justicia a ella y todas las mujeres, que Belén decide hablar y contarnos cómo vivió el debate por la IVE.
- ¿Cómo estás hoy?
– Disculpá si se me entrecorta la voz o hago pausas. Es que después de ayer siento bronca, impotencia, dolor, tristeza —, responde Belén, con un tono conmovido, que irá tomando fuerza y firmeza al transcurrir del diálogo.
– ¿Cómo viviste estos meses de debate en el Congreso?
– Por un momento, pensé que se iba a hacer justicia por todo lo que pasamos las mujeres. Creí que los diputadores, senadores, la gente del Gobierno nos apoyaría a las mujeres para tener nuestro derecho. Pero ayer (por el 8A), ninguno se preocupó por el bienestar de la mujer. Porque nadie sabe lo que una pasa, no saben el dolor que se siente, no saben la situación que una mujer pasa, no saben lo que pasa una mujer cuando está presa por un aborto espontáneo. Y ayer lo que pasó fue triste, doloroso, angustioso.
Ayer (lxs senadores) hablaron cosas que no tienen sentido. Hubiese sido lindo que muchos de ellos hubieran agarrado un expediente, mi expediente, para que vean que no puede haber presas por aborto espontáneo, no puede haber presas por aborto, no puede haber ni una muerte más por aborto. O sea, terminemos con el aborto clandestino, nosotras tenemos derecho a una buena salud, a que nos atiendan bien en un hospital, no a que nos manden presas.
– Una de las más fervientes opositoras al proyecto IVE fue la senadora por Tucumán, Silvia Elías. ¿Qué opinás de su posición?
– Ni ella ni ningún político de Tucumán pueden hablar así de aborto. Se notó que no saben nada. Hablan mucho de nosotras, pero ninguno hace nada para cuidar a las mujeres. ¿Salvemos las dos vidas? ¿Qué es eso? ¡Están muriendo mujeres! ¿Eso es salvar la vida? No. Eso no es salvar la vida.
– Sectores religiosos fueron los principales opositores al proyecto. ¿Qué opinás de la posición que tuvo la Iglesia en el debate?
– La verdad no me gustó. Yo soy católica, y todos somos hijos de Dios y él nos ama a todos. Y ante todo, solo él y nosotras sabemos lo que pasamos en esos momentos fuertes. Esa gente que habló no tiene idea. En mi vida, vi y escuché muchas cosas, pero tantas barbaridades como las que se dijeron en estos días… Fue mucho
– Se escuchó a muchxs legisladorxs decir que no hay presas por aborto en Argentina, una incluso votó en contra sin conocer el proyecto. ¿Qué les dirías?
– A los que dijeron que no hay presas por aborto les diría dos cosas. Primero, pregunten por el caso Belén, la chica tucumana que estuvo presa 29 meses y condenada a 8 años de prisión. Segundo, antes de hablar, tendrían estar y conocer las realidades.
– ¿Participaste de la movilización, militancia, de estos meses?
– Por ahora, no estoy participando activamente. Es muy reciente todo lo que me pasó, y me agarra angustia y a la vez agradecimiento. Sí lo seguí por los medios, y trato que mi voz aparezca de alguna u otra manera. Es una forma de darle las gracias a todo el movimiento de mujeres y de las personas (que se movilizaron por mi liberación). En algún momento, voy a participar, voy a salir a la calle, alentando y ya no va a hacer tan oculto como lo vengo haciendo hasta ahora.
– ¿Pensás volver a Tucumán?
– Fueron muchas cosas las que me hicieron dejar Tucumán; la injusticia, el dolor, no podía caminar tranquila. Hubo personas que dieron mi dirección y me seguían por la calle. Sentía pánico de andar por la calle. Mi Tucumán, más allá de la familia hermosa que tengo, me dio dolor. Por eso tomé la decisión de irme a otro lugar y empezar una nueva vida.
– La ley no salió y habrá que esperar al menos un año más. ¿Qué les decís a todas las mujeres que lucharon estos años para llegar al Congreso?
– Que no bajen los brazos, que sigamos luchando hasta que salga la ley. No hay derrota. Nosotras ganamos porque hicimos ver que somos muchas y que, por más que no haya ley, vamos a seguir luchando. También quiero agradecerles y abrazarlas muy fuerte porque el movimiento de mujeres fue fundamental para lograr mi libertad. El 18 de agosto se cumplen dos años desde que recuperé mi libertad, pero yo creo que finalmente se hará justicia cuando haya una ley para todas las mujeres.