En el medio de las discusiones sobre la seguridad del subte en las nuevas estaciones de la Línea B recientemente inauguradas, un trabajador sufrió quemaduras en el taller de San José, de la línea E. Los metrodelegados responsabilizan a la empresa por la precaria seguridad del servicio y de los lugares de trabajo.
Hoy a las diez de la mañana se realizará la cuarta reunión en once días entre los representantes de los trabajadores del subterráneo nucleados en la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro y la empresa concesionaria del servicio, Metrovías, con el fin de intentar superar el contrapunto surgido a raíz de la inauguración el pasado viernes 26 de julio de las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas, en la línea B, con las que el subte llega al barrio de Villa Urquiza.
Recordemos que debido a deficiencias en la seguridad tanto para los trabajadores como para los usuarios, verificadas por técnicos de Seguridad e Higiene de la AGTSyP, los trabajadores del subte de Buenos Aires se niegan a conducir hacia ambas estaciones, por lo que el servicio se limita hasta ahora a las antiguas cabeceras de línea, Leandro N. Alem y Los incas.
Según los metrodelegados, las filtraciones existentes, la carencia de sistemas aptos de comunicación y los percances ocasionados por la inundación generada en el sector durante el temporal del pasado 2 de abril generan “riesgo de vida” ya que existen inconvenientes con cables de alta tensión y serios problemas eléctricos, situaciones que fueron minimizadas por la empresa y fundamentalmente por el gobierno porteño, apresurado en promocionar la inauguración antes de la veda electoral para esta clase de actos públicos.
Sin embargo, en el día de ayer se conoció otro hecho que se suma a la larga y lamentablemente cada vez más cotidiana serie de accidentes que sufren los trabajadores del subte y que refuerza el reclamo por mayor seguridad laboral. El viernes un obrero sufrió importantes quemaduras cuando realizaba tareas de mantenimiento a un tren en el taller San José, de la línea E, debido a una descarga eléctrica de 1.500 voltios sobre su cuerpo.
Los trabajadores denunciaron que la fosa donde el operario realizaba su labor “estaba sucia con aceites y no estaba en condiciones para realizar una tarea de este tipo” debido a “la falta de iluminación adecuada en ese sector, falta de limpieza correcta y elementos de trabajo obsoletos”. En un comunicado describieron el hecho de la siguiente manera: “Walter C., de 50 años, entre las 17.40 y las 18 tuvo que realizar un corte de corriente en la unidad Nagoya 865, formación J (…) La tarea encomendada se debe realizar antes de comenzar a trabajar en los trenes y después de terminado el trabajo. El trabajador debía realizar la siguiente tarea: llegar a una caja por el costado, abrirla, tomar la “pértiga” (barra aislada de 30 cm) y proceder al corte de corriente en la misma caja en donde se hallan los contactos de 1.500 Volt de Corriente Continua”.
Pero algo falló: “Al iniciar el procedimiento con la mano izquierda, su mano resbala y toca de lleno los contactos en donde circula la tensión de tracción de los trenes, lo cual produce inmediatamente la descarga (…) como su cabeza se encontraba más próxima, la corriente logra derivarse a tierra por la nuca y es ese el momento en que Walter logra zafar de los contactos, socorrido inmediatamente por los compañeros”.
El operario se encuentra aún en observación, fuera de peligro pero con quemaduras visibles en su mano izquierda y en su nuca. El peritaje estableció además la presencia de sangre en la fosa donde se realizaba la tarea, junto con grasa, aceite y mucha suciedad. Según los trabajadores, el lugar carece de los seccionadores de corriente de línea aérea necesarios.
Con este nuevo accidente a cuestas, entonces, los representantes de los trabajadores se acercarán hoy a la reunión por la falta de seguridad en la línea B, donde esperan llegar a un acuerdo siempre y cuando se contemplen los pedidos por mejorar la seguridad del servicio y así evitar situaciones como la sufrida el viernes, por lo que pidieron que un ingeniero de la empresa y uno del sector analicen nuevamente las condiciones de las estaciones. Lamentablemente, ante quienes señalan que los reclamos obreros se deben a minucias electorales -como el actual Jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri-, la realidad sigue demostrando su pertinencia.