Por Maro Skliar*
Un grupo importante de organizaciones sindicales de base, movimientos populares y fuerzas de izquierda estarán hoy en la calle expresando una posición política frente a la reunión celebrada por la UIA, en la que estarán presentes el nuevo presidente Macri, varias dirigencias sindicales burocráticas y el director de la OIT, Guy Ryder.
El nuevo gobierno y sus principales aliados patronales buscan avanzar en lo que llaman un “acuerdo social” o también “pacto social”. El rol de las burocracias sindicales es clave en esa ingeniería, porque la gobernabilidad que imagina el macrismo está basada en aislar los conflictos y reprimirlos, evitando que el malestar se expanda por las bases trabajadoras y el pueblo en general. Para aislar la protesta, necesitan que la misma quede asociada en el sentido común de la mayoría a la inseguridad y la anomalía. La burocracia viene a jugar el rol de la cordura y la racionalidad, la institucionalización de la organización gremial, frente a los grupos díscolos y “minoritarios”.
Esta movilización es un grito de denuncia que viene siendo desde hace años. Pero la denuncia tiene que hacerse práctica en cada contexto y sabemos que no estamos en cualquier escenario, sino en el de un gobierno integrado por los representantes de los grupos económicos y la derecha orgánica; ya no un mero representante de, sino –como escuche decir a varios compañeros y compañeras- un Estado atendido por sus propios dueños. Construyeron un partido a medida y lograron llegar a la Rosada. Desde ahí que se intenta organizar una Jornada de Protesta que ponga el foco en denunciar qué hay detrás de este verdadero cónclave del poder dominante.
Una alternativa en perspectiva
Nosotros y nosotras queremos construir una posición política desde los y las trabajadoras frente a la búsqueda de un pacto social que ya está en marcha y a la que políticos, sindicalistas y empresarios del sistema vienen respondiendo con marcado entusiasmo. Ahora todos quieren ayudar al nuevo gobierno, acompañar lo bueno y marcar lo que está mal. En la calle vamos a decir que cuando ellos hablan de acuerdos y pactos, están hablando de cuidar y aumentar su tasa de ganancia. El gobierno capitalista (nada hay más estructuralmente violento que el capitalismo) no deja de serlo por llegar con los votos y en ese sentido todos buscan la ganancia; los hay que buscan ganancia económica y quienes buscan ganancia política, impunidad, perpetrarse en lugares de dirección, seguir teniendo su porción de la torta. Todo ello se juega en la reunión de Parque Norte que convoca la UIA. La pátina tecnocrática internacional expresada en la presencia de la OIT a través de Ryder marca cuán importante es para las clases dominantes este momento político.
No hemos empezado hoy a luchar contra el macrismo. En la Capital el PRO maneja el Estado hace ocho años y siempre hemos sido un dolor de cabeza para ellos. Por eso no vivimos esta movilización como el inicio de la resistencia al macrismo sino como su continuidad bajo el nuevo contexto. Para plantear que cuando ellos dicen pacto social en realidad dicen ajuste y criminalización de la protesta, desde la Corriente Político-Sindical Rompiendo Cadenas salimos a buscar a todas las organizaciones sindicales que le vienen poniendo el cuerpo a las luchas y marcando el ejemplo, organizándose desde las bases en asamblea y entendiendo que radicalidad, masividad y protagonismo real de los y las laburantes deben ir juntos en las peleas sindicales, sean estas ofensivas o defensivas. Por eso nos reunimos con los Aceiteros, con la Línea 60, con Cresta Roja; e impulsamos la participación en esta actividad en todos los gremios y juntas internas donde tenemos referencia o inserción. Se construyó un arco amplio de organizaciones que entusiasma a la hora de proyectar nuestras fuerzas.
El giro a la derecha que venía quedando claro desde la conformación del balotaje presidencial, es un hecho. Pero también lo es la acumulación de experiencias de lucha contra esa derecha. El desafío de ahora es hacer de la unidad una práctica cotidiana y un faro para guiar la política de los y las de abajo, porque si bien es cierto que existe organización popular a lo largo y ancho de la Argentina, la fragmentación es el innegable síntoma de la falta de maduración política de una opción de disputa por el poder real nacida y protagonizada por el pueblo trabajador. Buscamos aportar a ese rumbo y por eso decimos NO AL PACTO SOCIAL de los de arriba.
* Militante de la Corriente Político-Sindical Rompiendo Cadenas.