Entrevista a una ex Oficial del Ejército Popular Sandinista a 40 años de la Revolución Sandinista en Nicaragua. Recuerdos y reflexiones en voz protagónica.
Por Claudia Korol
¿Qué significó para vos la Revolución en Nicaragua?
Para mí, la revolución significó la posibilidad de construir una sociedad de justicia e igualdad, la posibilidad de construir una nueva ética, nuevas maneras de relacionarnos como hermanas y hermanos de un proyecto revolucionario. La revolución fue de fondo la posibilidad de construir justicia social y justicia económica con la participación activa del pueblo nicaragüense.
Amé la revolución. Creo que di todo lo que pude, desde mis 16 años que me incorporé en la lucha contra la dictadura somocista.
¿Y cuál es tu mirada del Frente en la actualidad?
El Frente ceo que hoy se volvió un partido electoralista que se alió con parte de la oligarquía para subir al poder y gobernar. El gran problema es que la participación del pueblo, la juventud, las mujeres, realmente fue una participación decorativa, simbólica, de números, pero no se ha propiciado en todos estos años la generación de una conciencia revolucionaria, de una conciencia crítica, sino de obediencia a los mandatos.
De esta etapa no puedo decir que se trate de una revolución. Me parece que se usan las mismas de “revolución segunda etapa” pero se ha vaciado de contenido. Lo más importante de la revolución fue la creación de una conciencia crítica y de acciones conjuntas para construir en cada área, en la educación, en la salud y en la organización comunitaria, la defensa de la revolución. En cambio en estos años del Frente se ha vaciado el contenido de la revolución. Luego de perder las elecciones en 1990 se abrió otra etapa. Se abrió una posibilidad que se pudo haber aprovechado para revisar nuestro actuar y por qué la gente le quitó el apoyo a una revolución que se suponía era del pueblo.
¿Y cómo caracterizas a la etapa en la que se encuentran actualmente?
Una etapa que se caracteriza por un levantamiento de los y las jóvenes, que fue criminalizado. Eso es inconcebible desde una organización revolucionaria. Que mate, que mande a matar, que use las armas para contener las protestas masivas que se hicieron, además de crear un concepto de un supuesto golpe suave de estado, que llevó a la matanza que se generó.
¿Cómo es la Nicaragua de hoy?
La represión, la persecución, el exilio. Es increíble que hoy en Nicaragua a las feministas nos cueste hablar, nos cueste la seguridad de nuestras vidas y de nuestras familias por ser feministas. Es inconcebible ser perseguidas y volver a repetir una historia que vivimos en los tiempos de la dictadura somocista.
¿Qué alternativas y respuestas están dando?
Tomando el concepto de revolucionar las revoluciones, siento que es lo que está haciendo el movimiento feminista en Nicaragua. Profundizar, y desarrollar la conciencia pública de las múltiples opresiones que vivimos, no sólo por pertenecer a una clase social, sino también por ser mujeres, por ser indígenas, por ser negras o por vivir en países del llamado tercer mundo. Revolucionar las revoluciones es lo que estamos haciendo las feministas junto al movimiento campesino, que se ha organizado luchando por sus derechos y las y los estudiantes de las ciudades. Se ha marcado a partir de Abril del año pasado una nueva etapa.