Por Lucio Garriga Olmo
El primer ministro israelí participó en la asamblea de Naciones Unidas y reforzó sus vínculos con Estados Unidos, además de embolsar 38 millones de dólares de ayuda militar brindados por Washington.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dedicó su estadía en Nueva York para hablar ante la 71ª Asamblea Ordinaria de la ONU, pero también para sumar apoyos al Estado de Israel y reforzar la relación de amistad con Estados Unidos.
Ante la ONU, aseguró que está dispuesto a iniciar diálogos con Palestina para lograr una paz estable y duradera, pero advirtió que no aceptará que los términos los “dicte la ONU”. En ese sentido, afirmó: “El camino a la paz pasa por Jerusalén y Ramala, no por Nueva York”, además de calificar al organismo como “una farsa moral”.
Netanyahu no desperdició la oportunidad de reforzar los lazos que unen al Estado sionista con Estados Unidos y aprovechó la cita para firmar un convenio militar de 38 mil millones de dólares, el acuerdo más grande en la historia de ambos países, por un plazo de diez años.
El miércoles pasado mantuvo una reunión con el presidente Barack Obama, quien aseguró que “el vínculo entre Estados Unidos e Israel es indestructible”. Cabe recordar que la relación entre ambas naciones tuvo discrepancias luego del histórico acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán.
Por su parte, Netanyahu le agradeció a Obama por la ayuda recibida y manifestó que “Israel no tiene un gran amigo como Estados Unidos y América no tiene un amigo como Israel”, y agregó: “Es un vínculo inquebrantable, basado en valores comunes, reforzado por el interés común y unido por un destino común”.
Netanyahu también se reunió, por más de una hora, con el candidato a presidente republicano, Donald Trump, quien le prometió que si gana las elecciones presidenciales reconocerá a Jerusalén como la capital de Israel. Además, aseguró que “habrá una cooperación extraordinaria entre los dos países en materia estratégica, tecnológica y militar”.
Según un comunicado oficial de su oficina, Trump “coincide con Netanyahu en que los israelíes quieren una paz justa y duradera con sus vecinos, pero esa paz sólo llegará cuando los Palestinos renuncien al odio y a la violencia y acepten a Israel como un Estado Judío”. En la reunión también hablaron sobre “la exitosa experiencia de Israel con la valla que protege sus fronteras”.
Netanyahu además mantuvo un encuentro con la candidata demócrata, Hillary Clinton, quien dijo que “un fuerte y seguro Israel” es vital para los Estados Unidos. Ella, al igual que Obama, “reafirmó su compromiso inquebrantable” a la relación bilateral y manifestó su total rechazo a “cualquier intento por parte de terceros para imponer una solución” al conflicto con Palestina.
Además de reforzar lazos con Estados Unidos, Netanyahu aprovechó la ocasión para consolidar las relaciones con el continente africano. El jueves se reunió con más de 15 líderes africanos y aseguró: “Israel está mirando a toda África, y yo tengo la esperanza de que todos los países africanos miren a Israel”.
“África excita nuestra imaginación; nos gustaría proponerles amistad y colaboración a cada uno de vuestros países”, afirmó Netanyahu y anticipó que podría participar en la reunión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS, por su siglas en inglés) a fin de año.
Los esfuerzos por parte de Netanyahu para vitalizar las relaciones con África no son nuevos. A mediados de este año realizó una gira por el continente visitando Kenia, Etiopía, Ruanda y Uganda. En este sentido, comentó: “Me gustaría ir a todos los países de África, es un plan atrevido, muy ambicioso. Pero habiendo estado en África Oriental, desearía empezar con los países de África Occidental”.
Netanyahu se va de la ONU con un discurso ambiguo ante los mandatarios del mundo, con la certeza de que la relación con Estados Unidos es y será fuerte por mucho tiempo más, y con la esperanza de poder consolidar las relaciones con África. Nada mal, para una estadía que no superó una semana de duración.