En diciembre de 2021, Nanci Sinto, joven maya kaqchikel, defensora de derechos humanos y activista social, se enteraba que el Estado iniciaría acciones legales en su contra tras una de las protestas más importantes de los últimos años en Guatemala. Dialogamos con ella entonces y con su abogado defensor en este contexto de elecciones. El poder judicial y los gobiernos corruptos se ensañan con las referentes populares.
Por Laura Salomé Canteros / Foto: Juan Rosales para RUDA
El próximo 25 de junio habrá elecciones generales, presidenciales y legislativas, para definir qué fuerza política seguirá oprimiendo a los pueblos que habitan Guatemala. Con la proscripción de Thelma Cabrera del MLP y las escasas chances de disputar para el movimiento Winaq- Semilla; los comicios serán en un contexto de continuidad de la represión cultural, del saqueo del débil Estado por sucesivos gobiernos de corruptos y un poder judicial afín, de racismo estructural y violencia patriarcal contra mujeres y LGBTTIQ+, desigualdad, migración forzada y el exilio de referentes populares.
Para quienes resisten fronteras adentro del país, la persecución del Estado y a la libertad de expresión es cotidiana. De hecho, mañana, 14 de junio, comienza uno de los juicios más relevantes: el del Estado de Guatemala contra Nanci Chiriz Sinto, joven maya kaqchikel, Defensora de Derechos Humanos y activista social, detenida el 24 de noviembre de 2021 en un despliegue desmesurado de fuerzas policiales debido a su participación en la manifestación tres días antes, en la que miles de personas llegaron a la ciudad a repudiar los actos de corrupción por parte del Gobierno y el Congreso.
La Fiscalía de Delitos contra el Patrimonio Cultural del Ministerio Público la acusa del delito de “depredación de bienes culturales”, por unas supuestas pintadas en la fachada del Congreso. En junio de 2022, el Juzgado Duodécimo especializado en estos delitos, presidido por la jueza Wendy Coloma dictó la suspensión de su proceso penal. Sin embargo, la Fiscalía, junto a los querellantes del Congreso y la Procuraduría General de la Nación, presentó un recurso para retraer el juicio a su etapa intermedia y desde entonces Nanci es citada a comparecer ante la llamada justicia.
Qué pasó el 21 de noviembre de 2020
“El gobierno hace un mal uso del derecho penal para criminalizar la organización política, individual y partidaria”, afirmó Nanci Sinto en diciembre de 2021, apenas conoció que el Estado de Guatemala la acusaba tras participar de una protesta social. Se refería al gobierno del antiderechos Alejandro Giammattei, que termina su mandato que inició en enero de 2020, con un 75% de desaprobación hacia su gestión. “El sistema de justicia es clave para cumplir con la orden de criminalizar del Estado”, reflexionó Sinto, y agregó que en su caso “no cuentan con los fundamentos”.
Junto a Nanci Sinto fue detenido otro referente social, Juan Francisco Monroy, y ambos enfrentan un proceso por el delito de “depredación de bienes culturales”. Contra Nanci resolvieron en primer momento, arresto domiciliario, la prohibición de salir del país y el pago de una caución. O sea, una condena antes del juicio. Por eso, tras popularizarse la persecución, en las calles y las redes comenzó la solidaridad.
El 21N de 2020, “Giammatei hizo uso de la fuerza pública”, recordó contundente Nanci al repasar los hechos que ese día la llevaron a ejercer su derecho a la protesta y posteriormente a la legítima defensa. Ese día, la Defensora fue agredida por las fuerzas policiales que hicieron abuso de sus funciones públicas en nombre del Estado, hecho que fue admitido por la Fiscalía en audiencias pasadas. “En Guatemala, no importa si eres víctima, siguen vulnerando tus derechos”, afirmó Nanci, quien fue golpeada por la policía que ejerció abuso de poder y tuvo que ser ayudada para poder incorporarse.
“La lectura social que hago tras mi detención es que la idea de los poderes es silenciar. En Guatemala, las élites trabajan con el temor, con sostener el miedo”, reflexionó más allá de lo subjetivo de su situación; y habló de un cambio desde 2015 a esta parte, en las formas de manifestación popular: “Se empezaron a dejar de lado los símbolos patrios, la bandera celeste y blanca, a la hora de salir a la calle para hablar de plurinacionalidad”. También contó que percibe una ruptura con “el Estado criollo, paternalista, colonialista, racista y patriarcal”, y la construcción de nuevas legitimidades. “Desde el gobierno de Jimmy Morales y sin las instancias de fiscalización internacionales, la institucionalidad fue perdiendo legitimidad y además hubo grupos críticos, sobre todo con las élites que se acomodan en el gobierno y el Congreso”, dijo.
“Se está haciendo un mal uso del derecho penal”
Para Esteban Celada, abogado defensor de Nanci Sinto, la persecución del Estado de Guatemala contra la referente maya kaqchikel “es un caso de criminalización porque se está haciendo un mal uso del derecho penal”. Es que la defensa técnica de Nanci presentó seis amparos ante la justiciapor violación a los derechos fundamentales de: defensa, debido proceso, juez imparcial, recurso sencillo y efectivo, no admisión de pruebas y la no resolución de las peticiones de la defensa en la audiencia intermedia.
“La situación actual de Nanci es que está sujeta a proceso penal por el delito de depredación de bienes culturales, que tiene prevista una pena de prisión de seis a nueve años”, confirmó el abogado. “Es una situación preocupante, porque trunca su proyecto de vida”, agregó Celada en referencia a la gravedad de la situación.
“Se le atribuye haber hecho una pintada, y por eso esta persecución que consideramos ejemplificante y una forma de criminalización a las garantías fundamentales de expresión, libertad de manifestación y de asociación”, sostuvo el abogado, quien consideró que este proceso judicial es “para infundir temor en cuanto a manifestaciones de cara al proceso electoral que va a vivir Guatemala”.
“Lo que está intentando el Estado es que no haya voces que reclamen sus derechos ni cuestionen los actos arbitrarios que está haciendo el Gobierno”, referenció el defensor de Nanci. “Nos parece sumamente preocupante el hecho de que hayan escogido precisamente estas fechas para llevar a cabo el debate oral y público, además de que el delito de por sí contiene penas sumamente excesivas y desproporcionales”.
Nanci, otra de nuestras defensoras
Nanci advirtió sobre la situación en Guatemala en los últimos años: “la agenda de DDHH retrocedió y por eso, hubo una interpelación al sistema. El gobierno no garantizó vidas dignas y ni que hablar cómo fue el manejo de la pandemia, muchas personas perdieron a sus seres queridos por la negligencia y la corrupción del gobierno”. Y reflexionó, “se vivieron un cúmulo de frustraciones que hizo que desde 2015 y sin las instancias de fiscalización internacionales, las personas ya no salieran a manifestar con los símbolos patrios y perdieran credibilidad en el Estado” y agregó una demanda histórica de las comunidades: “queremos un Estado plurinacional”.
Nanci quiere denunciar que “tenía claridad jurídica” al momento de su detención, porque sabe que es inocente de los cargos de los que se la acusa y así se la escucha al narrar la arbitrariedad. Es que además de ser comunicadora estudia Derecho. “Me preparé para ese momento, tenía la esperanza de que no llegara, pero llegó”, contó. “Lamentablemente las herramientas que la cooperación internacional le otorgó al Estado para perseguir al narcotráfico las usan en la construcción del enemigo interno”. Y no casualmente la persecución del poder judicial se aplica contra Defensoras de los territorios y los DDHH; mujeres indígenas que están alejadas de los centros urbanos.
Se la escuchó profunda y atenta al proceso individual y colectivo que le tocó en puerta. Nanci repasó su trayectoria: aportó en el espacio de juventudes del ex presidente Alvaro Colom (2008- 2012) y luego militó en el Winaq, el movimiento y partido político indigenista y de izquierdas fundado por la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú con actual representación parlamentaria y una candidatura presidencial. “Luego trabajé en el acceso a la justicia y la defensa de los DDHH de mujeres indígenas y en la recuperación del espacio público a través del arte”, contó.
“A partir de lo que pasó, desde el 24N -día de su detención-, pude ver el reconocimiento al trabajo con las comunidades”, dijo, y admitió que es una situación que, a pesar de las consecuencias, “me pone muy feliz”. Al responder sobre la situación de las mujeres mayas, la Defensora habló sobre los cuerpos y los territorios militarizados: “A partir de la pandemia, se ejerció el control del Estado en mayor medida sobre las comunidades y la militarización con la excusa de las medidas sanitarias y las consecuencias para las mujeres fue la violencia sexual, además del saqueo de los territorios y la naturaleza”.
Nanci reflexionó también sobre las opciones electorales y lo difícil que es sortear la diversidad étnica, identitaria y también política de las comunidades y los movimientos en Guatemala. “El CODECA ha dado una batalla muy ardua y los costos han sido altos; muchos hombres y mujeres han sido criminalizados y asesinados por su militancia”, reflexionó. “Recién en 2015 se logró una apertura en reconocer los procesos de los movimientos con la inscripción de la candidatura de Thelma Cabrera y tras la conformación del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP)”. “Se juega mucho en las próximas elecciones”, afirmó, y tiene certeza que los grupos económicos están asustados por las opciones que se están levantando desde los movimientos.
“Es importante que los pueblos puedan acuerpar y defender estos proyectos políticos”, expresó Nanci en relación a las pocas opciones populares en Guatemala, algo que incluye al Winaq como camino hacia el Estado plurinacional que la historia merece. La referente, reflexiona que cuando la criminalización golpea a una de nosotras, a los círculos cercanos, a las amigas y las compañeras, “se siente acompañada y sabe que somos muchas en eso”. Y agregó que no hace falta que nos conozcamos para sentirlo: “Hay una solidaridad genuina que nos hace acompañar a otras. El amor de mis amigas, la ternura radical es lo que me hace seguir luchando”. Y así seguirá.