Por Limando Rejas / Foto: Adriana Lestido
Limando Rejas participó en una de las mesas de debate sobre “Mujeres y cárceles” del 30 Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que se realizó en Mar del Plata del 10 al 12 de Octubre. A continuación, acercamos algunas de las discusiones y conclusiones que se dieron en la mesa respecto de las diversas problemáticas que aquejan a las mujeres en contexto de encierro.
Se enfatizó sobre el hecho de que la mayoría de las mujeres presas no cuentan con apoyo en el medio libre para cuidar a sus hijxs. Son jefas de hogar, y depende únicamente de ellas su crecimiento y desarrollo. Por esas razones, se decidió idear estrategias para que las mujeres puedan acceder a arrestos domiciliarios con mayor facilidad, y visibilizar las consecuencias que su denegatoria -o falta de aplicación- ocasiona.
En lo casos en que el niño o niña es privado de su libertad junto con su madre, la cárcel naturalmente afecta su normal desarrollo, y se ve violentado ante la circunstancia de atravesar sus primeros años de vida encerrado. Por otro lado, el vínculo madre e hijo o hija es esencial y su separación solo puede causar más dolor y estigmatizaciones. En este sentido, es que el arresto domiciliario es la solución que aparece como más adecuada.
También, se evidenció la necesidad de organizarse “en red” desde el medio libre para colaborar con los reclamos de las compañeras presas; como así también incentivar la organización interna entre ellas. En este punto, Limando Rejas como agrupación que promueve la organización colectiva tanto fuera como dentro de la cárcel pudo acompañar en varias ocasiones a las compañeras que, frente a determinada vulneraciones de derechos, se organizaron para hacer valer su voz y frenar aquellos avasallamientos institucionales (por ejemplo: el Amicus Curiae presentado junto a la organización Yo No Fui acompañado por otras organizaciones y por casi 700 firmas, en el que denunció los traslados violentos de las mujeres de la Unidad 31 del SPF y el alojamiento de imputados y condenados por delitos de lesa humanidad -acción llevada adelante a la par de la presentación sistemática de pedidos de permanencia en la Unidad 31 por parte de las afectadas-, la resistencia opuesta en conjunto por las mujeres privadas de la libertad en el CPF IV ante las insistentes requisas vejatorias, entre otras).
Otra problemática que se consideró atraviesa a las mujeres presas fue el “después del encierro”. En este punto, se trabajó sobre las experiencias de cooperativas de liberadxs y propuestas de modificación a la normativa de cooperativas y de contrato de trabajo, para que no se siga penando en el afuera a quienes sufrieron una condena, en particular a las madres que el propio sistema genera las condiciones de vulnerabilidad para que luego las capte el sistema penal.
El taller fue muy rico porque participaron compañeras docentes, de organizaciones militantes contra la violencia institucional, trabajadoras sociales, sociólogas, familiares de detenidas, todas vinculadas a la labor anti-encierro, incluida una reciente egresada de la Escuela del SPF; lo que hizo muy plural y álgido el debate.
Sin embargo, quedaron latentes como propósitos a llevar adelante en el próximo ENM: la invitación a compañeras que trabajen en distintas áreas del Estado (las que actualmente no dan respuestas adecuadas a las demandas de las mujeres privadas de la libertad), como por ejemplo trabajadoras del Patronato de Liberados ; y la posibilidad de replicar las mesas “Mujer y Servicio Penitenciario”, “Mujer y cárcel”, “Mujer y salud en el encierro”, entre otras, en las propias cárceles, para lograr la participación activa de las mujeres que se encuentran privadas de su libertad, verdaderas protagonistas de los flagelos que implica el encierro. Desde nuestro lugar, incluso pensamos que sería importante que el próximo encuentro puedan estar presentes las compañeras detenidas para expresar sus vivencias con su propia voz.